Sala de estar.

Despedí a Seraphine con la mano. Escuché como Tanya presionaba a Ethan para que le contara lo que pasaba, verdaderamente agradecí que él no dijese nada, quería hablar con él antes de nada. "Todo está bien" dije respondiendo a la pregunta de Kenlya

vi como sonrio y le dije bueno esta bien que sonrias un poco tienes una sonrisa hermosa -ojala y que no le moleste que le dijese eso ya que tal vez se sentia un poco incomodo.
bueno no te preocupes me diras cuando estes listo -le dije con una sorisa

Escuché a Tanya animar a Ethan y me sentí fatal, yo debería hacerle sonreir, no provocarle el estado de ánimo que tenía en este momento... Apoyé la cabeza en mis rodillas sin saber que hacer ni que decir

Escuché a Alice decir que todo estaba bien, a mí no me lo parecía, pero aún así mantuve la boca cerrada. Oí a Tanya alabar mi sonrisa, en otra ocasión mi ego hubiera actuado, pero ahora no tenía ni siquiera ganas de eso - Gracias - dije con una leve sonrisa - Es una buena manera de levantarme el ánimo - bromeé.

bueno me parese que esi esta mejor no cres?? -le dije viendo una pequeña sonrisa y le sonrei al verla.

- Tú tambien tienes una gran sonrisa - dije siendo cortés, al menos eso sí podía hacerlo. No pude evitar mirar a Alice, no se la veía nada bien, yo tampoco lo estaba.

Escuché la conversación entre Tanya y Ethan, me alegró que al menos ella intentara animarle, aunque odiaba no ser yo quien lo hiciera... Tenía mucho miedo de su reaación si me acercaba a él, pero quería que supiera que seguía siendo yo a pesar de todo... Solté una de las manos que abrazaban mis piernas y la acerqué a la suya lentamente para cogerla. Escuché que Kenlya se iba y la despedí, "Adios"

Gracias -le dije sonrendo bueno me tengo que ir de hecho nos tenemos que ir -le dije señalando a kenlya espero que cuando me vaya sigas sonriendo y espero que sigas mejor -le dije sonriendo y me despedi de el con un beso en la mejilla pero me preocupaba dejarlo asi no se veia vien asi que decidi dejarle un papelito en la mano donde estaba mi numero por si algo se le ofrecia adios Alice -le dije sonriendo esta bien -le dije a kenlya siguiendola y sali de alli.

Vi cómo Alice acercaba su mano a la mía, ¿Qué era lo que yo quería hacer? No lo entendía, pero una parte de mí sentía que ella ya no era Alice. Estuve a punto de apartar la mano, de hecho mi mano se movió unos centímetros, pero al final no lo quité de allí, no me parecía justo, no quería que se sintiera aún peor. Miré a la chica que se marchaba, no me había hablado, supuse que no la concería. Tanya tabien se marchaba - Hasta luego - dije, miré el papel que me había dado, no sabía si llegaría a utilizarlo. Me había quedado solo con Alice, me puse nervioso.

Escuché que Tanya se iba y llegué a ver que le daba un papel a Ethan. He de reconocer, que no me hizo gracia, aún así quise pensar que fuese lo que fuese lo que llevaba escrito el papel, lo habría hecho para animarle... Escuché como el corazón de Ethan se aceleraba cuando nos quedamos solos, pero no supe interpretar si era por miedo o por preocupación... aunque claramente esperaba que fuera lo segundo... Bajé las piernas del sofá y me volví hacia él, "Me gustaría que tomáramos la decisión entre los dos..." me limité a decir.

La miré, pero sus ojos rojos hicieron que cambiara la mirada hacia otro lugar, cualquiera - No puedo tomar una decisión sobre algo que no comprendo. Yo no sé nada de vampiros, ni de sangre, ni nada... Sólo sé que eso antes estaba dentro de alguien como yo... y no me gusta... - Junté mis manos, nervioso, miré a la pared, allí había colgado un cuadro, no podía distinguir nada en él, aún así, era sobrecogedor, no ayudó a que me sintiera mejor.

Ví como evitaba mirarme, supuse que sería por el color de los ojos, aún así me dolió. "¿Y no podemos hablarlo?" no quería presionarle, pero quería que al menos viera mi punto de vista...

- Habla, yo te escucho - respondí, intentando no sonar demasiado arisco - Quiero entenderlo - sabía que iba a resultarme difícil, yo había pasado por alto casi todos los detalles de su condición, pero beber sangre humana... era demasiado para mí, aunque no matara a nadie, aunque nadie sufriera... cada vez que la besara iba a pensar que la sangre de otra persona había tocado sus labios... sólo de pensarlo me dio arcadas.

- ¿Por qué te alimentabas de animales, entonces? - era algo que mi mente no llegaba a entender, había algo que no me cuadraba. Me guardé mi opinión, hasta poder entender su postura, era lo mejor que podía hacer, quizá ella conseguiría que cambiara de opinión. Aún así, no estaba seguro de poder aceptar lo que ella había hecho, ni de soportar que siguiera haciéndolo.

"Porque las únicas opciones que tenía en mente eran hacer daño a la gente o alimentarme de animales... Y a pesar de que alimentarme de animales no me ayudaba en nada, prefería eso a hacer daño a nadie..." expliqué.

Seguí hablandola sin dirigirla la mirada, aunque aquellos ojos rojos se me había clavado en la mente, no iba a poder olvidarlos, por mucho que los evitara - ¿Cuál es la diferencia? ¿Por qué no te hace bien la sangre de animal? Creo que llevas mucho tiempo alimentándote así - al menos eso pensaba yo - ¿Por qué cambiar ahora? - No entendía a qué venía esto, ¿de dónde había sacado esta otra opción? Quizá no hacía daño a nadie, aún así...

"Principalmente, no me sacia, siempre tendré hambre por mucho que me alimente de ella, y como consecuencia, siempre tendré esa tentación que me puede hacer perder el control. Aparte de eso, los dones vampíricos se ven afectados, pero no es ese el motivo por el que me he planteado cambiar...". Intenté dejar para más tarde su pregunta de por qué ahora. "¿Por qué no me miras? Que mis ojos sean distintos no significa que yo haya cambiado..."

Era una buena explicación, aún así... era demasiado para mí. La escuché pedirme que la mirara, y lo hice, aquellos ojos rojos seguían allí - ¿Por qué tienes los ojos así...? - pregunté intrigado - Me gustaban más antes - Por no decir que aquellos ojos me hacían sentir incómodo. Bajé la mirada de nuevo, era algo que no quería hacer, pero no podía sostener su mirada, no podía hacer como si eso fuese normal, porque para mí, no lo era.

"El color de los ojos me cambia dependiendo de lo que me alimente..." contesté, obviando que la sangre humana les daba este color. "Me gustaría que tu único problema fuera mi color de ojos, puesto que las lentillas llevan años inventadas, pero sé que no es así... ¿Por qué rechazas tan rotundamente esta... alimentación?" pregunté un poco confusa, no sabía realmente lo que pensaba de mí o como se sentía con todo esto...

Así que tambien estaba causado por la sangre humana. Escuché su pregunta, no sabía si debía contestarla - No la rechazo profundamente, sólo me ha pillado desprevenido - mentí. No quería interferir en su decisión - Si es lo mejor para ti, yo no tengo nada que decir - sabía que iba a costarme, y mucho, pero iba a intentarlo, si era lo que ella decidía yo tenía que aceptarlo, y soportar las consecuencias.

"No quiero tomar la decisión sola, quiero tomarla contigo..." le expliqué. "Me importas mucho, y esto nos afecta a los dos. No quiero tomar una decisión con la que realmente no estás de acuerdo o que no te hace feliz... El motivo de mi cambio era para intentar mejorar las cosas entre nosotros, hacer las cosas más fáciles, pero si tú no eres feliz con el cambio, no veo la mejora..." añadí. No quería hacer algo con lo que él no estuviera de acuerdo...

¿Qué debía hacer? ¿Decirlw la verdad o apoyarla y mentir? Lo mejor para ella era que mintiera, pero lo mejor para nuestra relación era que dijera la verdad, fui un egoista y elegí la opción que me beneficiaba - No quiero que lo hagas - dije mirandola de nuevo a ella - No creo que pudiera soportarlo, saber que te alimentas de la sangre de alguien como yo... Lo siento... - negué con la cabeza y bajé la mirada de nuevo.