Sala de estar.

Escuché sus palabras, de veras me gustaría pensar eso a mí también... "Bueno, ¿y qué te retiene en Forks a parte de la tranquilidad del pueblo? Dudo que este sea el mejor sitio para proyectar un parque de atracciones..."

"Lo cierto es que básicamente es eso por lo que estoy aquí" respondí. No quería dar muchas explicaciones. No le estaba mintiendo, pero tampoco le dije toda la verdad. En este pueblo, vivía el hombre que me convirtió en lo que soy. No quería hablar de él, sería ponerla en peligro...

Escuché su explicación. No saciaba mis dudas, como ya le había dicho, Forks no era un pueblo de grandes empresas... Aún así no quise presionarle más, no nos conocíamos demasiado... Dí un ligero sorbo a mi copa e intenté saborear la sangre tal y como me había dicho.

Ví como volvía a beber de la copa. Intentaba hacerlo con cuidado como yo le había dicho. Quise desviar la conversación hacia ella, ahora que parecía que no quería preguntarme más. Dime,¿cuál es el motivo de que llegaras a Forks? le pregunté curioso

"Simplemente necesitaba un cambio" contesté sincera, "Supongo que estaba cansada de vivir en Nápoles con mi familia" añadí a modo de aclaración.

"La verdad es que es un gran cambio. Te vinistes a la otra punta del planeta." contesté "Aunque no sé cómo cambiastes un lugar tan bello como ese, por un lugar como este." añadí

"Bueno, Forks tiene su propio encanto..." dije contestando a su pregunta.

"Es cierto." contesté"Además hay más vampiros aquí que en toda Nueva York" añadí irónicamente

Me reí por su broma, "Sí, es muy curioso que haya tantos vampiros para ser un pueblo tan pequeño..." comenté entre risas aún. "Por no hablar de la cantidad de licántropos que hay..." añadí divertida

Su última respuesta me sorprendió. Desde hace siglos, los vampiros y licántropos hemos estado en conflicto. "La verdad es que a pesar de mi larga vida, no me he cruzado con muchos de ellos. Y los pocos que he conocido, desearían ahora mismo no haberlo hecho. Sé que ahora las cosas han cambiado y la rivalidad no es tan grande. Pero me resultaría díficil convivir con ellos. respondí algo confundido

"Pues más te vale que te acostumbres, sobre todo por el acuerdo de paz que hay entre nosotros... La verdad es que para mí no suelen ser agradables, tampoco estoy acostumbrada, pero intento no ser yo la primera en crear rivalidad cuando los conozco. Sin embargo hay muchos de nosotros que tienen buenas amistades con muchos de ellos..." contesté

"Intentaré ser un chico bueno." dije con cierta ironía, puesto que mis primeros encuentros con la gente del lugar no habían sido del todo amigables. "Tengo que admitir que a veces soy algo difícil de tratar. Tu has sido la única en este pueblo capaz de domar a la bestia" dije sonriente

Escuché lo que me dijo, "Yo soy capaz de domar lo que se me ponga delante..." dije con cierto tono orgulloso antes de que unas risitas se escaparan entre mis labios.

"No creas que te lo he puesto todo lo difícil que puedo" respondí con cierta picardía

"Ya, ya... cuando quieras ponme a prueba" contesté divertida

"Te tomo la palabra" respondí. Ví como seguía bebiendo poco a poco su copa. El color de sus ojos era de un rojo oscuro, muy intenso. Era una desgracia que el humano no entendiera su necesidad. "Tus ojos cada vez son más rojizos. Parece que tu nuevo menú te está haciendo efecto." añadí sonriente

Me sobresalté al escuchar lo que dijo de mis ojos, me levanté muy rápidamente y me aerqué a un espejo que había junto a la puerta de la sala de estar. Casi me dio miedo ver mi reflejo con los ojos de color rojo escarlata muy intenso. Miré la hora de mi reloj, era muy tarde para ir a comprar las lentillas... "Supongo que si viene, tendré que decirle la verdad..." dije aún mirando el reloj. "Dudo que mi color de ojos pase desapercibido para él..." añadí volviendo a subir la mirada para ver mi reflejo.

"Estoy seguro de que lo entenderá." respondí para tranquilizarla. "No has hecho nada malo." añadí.

"Esto nos complica mucho las cosas, aunque sólo sea de manera temporal..." contesté volviéndome para sentarme de nuevo en el sofá. No quería seguir viendo el cambio de mis ojos

"No te preocupes más de eso. Sólo hará que te entre más ansiedad y tu sed sea más difícil de saciar." le expliqué. Al principio, siempre cuesta controlar los nervios así que añadir más problemas sólo retardaría el proceso.

Apoye mi espalda en el respaldo del sofá, cerré los ojos y froté mi frente con la yema de mis dedos. Tenía razón, era mejor calmarse... Suspiré profundamente y volví a abrir los ojos dejando la mano apoyada sobre mi pierna, "En fin, cuanto antes mejor..."

Me di cuenta de la hora que era. Tenía que marcharme aunque no lo deseara. "Lo siento mucho pero me voy a tener que marchar. En una rato volveré a estar por aquí si no te vas." le dije algo resignado, puesto que no deseaba irme de allí. "Por cierto déjame algo para cuando vuelva." le dije sonriente mientras señalaba al frasco de sangre. A continuación, cogí su mano y le di un sutil beso. Me levanté del sofá y salí de allí.

Escuché que se iba, la verdad es que así tendría tiempo para pensar como hablar de esto con Ethan, no sabía ni por donde iba a empezar... "No hay problema, nos vemos más tarde". Escuché lo que dijo señalando el frasco y bromeé "No te prometo nada...". Aunque lo cierto es que esperaba saber controlarme... Noté que de nuevo se despedía de mí besando mi mano y no pude evitar sonreir nerviosa mientras le veía salir por la puerta.

Entré en la casa, estaba cansado, había tenido un mal día y sólo quería encontrar a Alice para que este mejorara. Recorrí la casa encontrándola, cuando entre en la sala de estar y la vi, sonreí. Caminé hacia ella, fue entonces cuando vi lo que había sobre la mesa, parecía sangre... mi sonrisa desapareció ¿Qué hacía eso ahí? Quizá era normal en una casa llena de vampiros, pero desde luego, no era normal para mí.

Ví que Ethan entró en la sala de estar y me tensé. ¿Por qué no le había escuchado? ¿Qué me ha pasado?. No quería que viese las copas, no era mi ideal de empezar la conversación... Aún así ya las había visto... Noté como reaccionó al verlas, pero no supe qué decir... Supongo que sonaría a estúpida excusa para ganar tiempo, claro que era justo lo que necesitaba para que no se hicierz una idea peor de la situación... "No es lo que crees..." dije levantándome lentamente para no asustarle