Sala de estar.

Me quedé mirandola, la verdad es que no sabía qué pensar, pero algo estaba muy claro, estaba allí, bebiendo sangre, y en una copa. No me parecía algo muy normal, claro que yo no era vampiro - Explícamelo, entonces - Me había parecido extraño que antes de que yo dijera nada, ella se había apresurado a escusarse, eso me hacía pensar que lo que estaba haciendo no era bueno, o que no era algo que yo aceptaría facilmente. Desde luego, no era la bienvenida que esperaba.

Esto parecía que iba a ser más difícil de lo que pensaba... "Había pensado en hacer un cambio en mi... dieta. Nada de animales y nada de humanos..." comencé dudosa. "Había pensado en... los depósitos de sangre..." añadí mirándole preocupada

Escuché sus palabras ¿depósitos de sangre? De sangre humana, daba por hecho. Mi gesto no cambió en absoluto, aún era de auténtica confusión. Me quedé pensando, yo no entendía de estos temas, pero por cómo se comportaba ella, me sentí reticente a esa idea, aunque si ella lo hacía sería por algo - ¿Por qué? - Aún seguía de pie cerca de ella, no era capaz de articular frases de más de dos palabras, mi cabeza daba vueltas al tema, e intentaba entenderlo.

"Normalmente cuando estás saciado, no necesitas tener tanto control de la situación... Si no tienes hambre, no tienes tentación..." expliqué. "Con la sangre animal es imposible que quedes del todo saciado, el deseo de algo mejor siempre está ahí... y está claro que no voy a herir a ningún humano para alimentarme...". Me imaginé la idea que tendría ahora mismo Ethan de mí y no pude evitar morder mi labio inferior, estaba muy nerviosa...

Me senté en el sofá y me quedé mirando la sangre, a mí me daba bastante asco, aunque a ella le parecíera exquisita. No me hacía gracia que ella bebiera sangre de alguien de mi misma raza, sangre de una persona... Sólo de pensarlo me daba escalofríos, ahora mismo no podía mirarla, no podía apartar la vista de la sangre - No me gusta la idea - dije al fin, aún sabiendo que quizá se sintiera mal, prefería decirle la verdad.

Quité las copas de allí y las llevé a la cocina en medio segundo junto con el frasco. Cuando estuve de nuevo en la sala de estar me senté junto a él. "Entiendo que te incomode, pero si aprendiera a controlarme con..." evité decir las palabras sangre de depósito y continué, "Si consiguiera controlarme de esta manera, podríamos llegar a tener una relación prácticamente normal, sin riesgos..." expliqué. "Aún así, esto es algo que influye a ambos, si no lo ves bien volveré a mi antigüa dieta...". Ví que llegó Seraphine, "Da igual, pasa Seraphine...". Me acerqué al oído de Ethan, "No quiero hacer nada con lo que no estés de acuerdo..." susurré.

Alice recogió todo a gran velocidad, pero no podía sacarlo de mi mente tan fácilmente - No me siento con autoridad suficiente como para elegir lo que tú comes - respondí sin muchas ganas, de veras esperaba que no hiciera eso, pero tenía que decidirlo ella sola. Vi llegar a Seraphine, alcé la mirada aún con confusión en los ojos - Hola - saludé sin mucha alegría.

"No pasa nada" dije mirándo a Seraphine, "Podremos seguir hablando más tarde..." dije volviendo a mirar a Ethan, aunque más que una afirmación, era una súplica...

No estaba seguro de que Alice quisiera hablar de eso, aunque a mí me hubiera gustado tener una visión de otro vampiro sobre el tema. Abrí la boca para decir algo, pero al final me detuve, no tenía derecho a hacerlo. Volví a bajar la mirada y a hundirme en el sofá.

Llegue a la sala de estar Hola como estan? - dije y despuews vi que Ethan estaba sentado en el sofa se veia algo extraño asi que me sente a un lado y le pregunte estas bien? -le dije algo preocupada.

Noté a Ethan desplomado y tuve la intención de coger su mano, pero no me atreví, no sabía la imagen que tenía ahora de mí ni cual sería su reacción, por lo que apoyé la espalda sobre el respaldo, subí mis piernas al sofá y las abracé contra mi pecho. "Bien ¿Y tú?" dije contestando a la pregunta de Seraphine. Ví llegar a Tanya y la saludé sin mucha fuerza, "Hola"

- No es mi mejor día - respondí desganado. No iba a ser buena compañía para nadie esta noche, la única persona que esperaba que mejorara mi día, sólo lo había empeorado. Miré de reojo a Alice, había algo diferente en ella, sus ojos, eran rojos. ¿Qué significaba eso? Aparté la mirada rápidamente, no quería seguir viendo eso, no me gustaba, ella me gustaba tal y como era antes, y en un fin de semana había cambiado, y yo no sabía hasta qué punto.

Noté como me miraba Ethan. No quería hacerme una idea de lo que estaba pasando ahora mismo por su cabeza... Esto no tenía que haber pasado así... Ví llegar a otra vampira y me limité a saludarla con la mano. Escuché la respuesta de Seraphine, pero creo que esta noche no era la más indicada para dar ánimos a nadie...

Si quieres me puedes decir confia en mi tal vez yo te pueda ayudar -le dije a ethan abrazandolo a veces un abrazo ayudava asta en los peores momentos.

vi llegar a kenlya y la salude levantando la mirada sin dejar de abrazar a Ethan.

Respondí al abrazo de Tanya, estaba demasiado mal como para hacerme el fuerte - No es necesario, pero gracias por ofrecerte - ME hubiera gustado hablar del tema, pero Alice no quería, y yo, debía respetar su opinión.

no te preocupes pero si no lo dices ahora te arrepentiras tal vez no hoy tal vez no mañana pero no te preocupes alli estare para escucharte cuando estes listo -le dije a Ethan dandole un beso en la frente.

mmm...eso creo pero no estoy segura -le susurre a kenlya para que solo ella me escuchara.

Despedí con un gesto de la mano a Seraphine. Escuché las palabras de Tanya, no iba a arrepentirme, era lo que debía hacer - En serio, gracias - dije con una sonrisa, la primera desde que había llegado a la casa. Me sorprendí por el beso en la frente, pero intenté no demostrarlo.