El lago...

Escuché su explicación - Ays, mi niña, que está empeñada en que no sé cuidarme solo y atender mis necesidades - dije acariciando su brazo. - ¿Sabes de cuál de mis necesidades te has olvidado? - pregunté con una sonrisa divertida.

Escuché lo que me dijo y no pude evitar sorprenderme. Ethan era más bien de los orgullosos que te pican... "¿Ays mi niña? ¿no me chuleas como siempre? ¿dónde está Ethan y qué has hecho con él??" dije divertida. "¿De cuál me he olvidado?"

Sacudí la cabeza - Perdona, tengo el día tonto. Ahora mismo lo arreglo - cambié el gesto, por uno más orgulloso y busqué algo con lo que picarla, me quedé en silencio un momento - Nada, que me has vuelto un blando, sepárate de mí por favor - dije haciendo como que la apartaba.- ¡Estarás orgullosa! Has conseguido que yo deje de serlo - me quejé, aunque con una sonrisa en los labios.

Le miré boquiabierta "Pues nada, me voy..." dije volviéndome a sentar a su lado mientras intentaba aguantarme la risa y me cruzaba de brazos...

Así que tenía ganas de jugar, pues eso tambien sabía hacerlo yo. - No estás lo suficientemente lejos. - Me puse de pie y me quité la camiseta, me descalcé, muy despacio, y me bajé los pantalones, quedando en ropa interior con una sonrisa en la cara. Me tiré al lago y nadé unos metros. - Esto ya está mejor, creo que desde aquí puedo dejar que mi orgullo aparezca de nuevo - la grité desde donde estaba.

Le miré fulminándolo con la mirada. "Sabes que si quiero puedo hacer que vengas de nuevo y no necesito ni utilizar la fuerza..." contesté con una sonrisa orgullosa.

Escuché lo que me dijo, la miré sospechando, no sabía qué se la estaba ocurriendo, pero me daba miedo. - Ponme a prueba - la grité. Tenía que mantenerme firme, pero estaba seguro de que ella tenía razón, tenía muchas opciones para conseguir que volviera, esperaba poder aguantar, al menos el primer asalto, y que se me ocurriera alguna manera de dejarme vencer, sin quedar demasiado mal.


FDR: No veas lo que me ha costado escribir este post, me he tirado 7 minutos con cuatro palabras.

"¡Uf, qué calor!" dije mientras me abanicaba ligeramente con la mano. Me quité los pantalones de manera sensual y volví a mirarle... "¿Seguro que no quieres venir?"

Fdr: si es que no lo reconoces, pero te pongo nervioso y to...

Observé lo que hacía, menos mal que el agua estaba fría. Respiré profundamente, para calmarme, ver su cuerpo perfecto me volvía loco. - Tienes razón, hace calor, prefiero mantenerme aquí, en el agua fresquita - dije manteniendome firme, mi orgullo había vuelto, y había sido culpa suya, ahora tenía que pagar las consecuencias, aunque yo tambien tuviera que sufrir. Pero viendolo por otra parte, estaba disfrutando de las vistas, sonreí ampliamente debido a mis pensamientos.

Me acerqué a la orilla y me metí en el lago de golpe. Salí de nuevo, estaba empapada, por lo que mi camiseta se pegaba a mí y se me transparentaba. "¿Estás seguro? Aquí no se está nada mal..." dije mientras sacudía mi pelo mojado de manera coqueta.

Me quedé mirándola, estaba increible, sentí cómo mi corazón se aceleraba, esperaba que ella no captara eso, estaba en desventaja. Cerré los ojos y empecé a hacer el muerto - Esto es muy relajante, estoy demasiado bien aquí - iba a costarme seguir lejos de ella, por muy relajante que fuera el agua, su cuerpo era demasiado excitante, ella siempre gana, sobre cualquier cosa, no iba a poder aguantar mucho, aunque intentaría aguantar todo lo posible.

Si no me miraba, estaba en desventaja, pero por suerte era una chica con recursos... "¡Dios mío! ¡Se me ha roto el sujetador!" dije con preocupación mientras me llevaba las manos al pecho como intentando taparme... "Ayúdame, por favor...". Esperaba que esto funcionara, porque se me acababan las ideas...

Oí lo que decía y perdí el equilibrio, hice varios movimientos bruscos para poder recuperar la verticalidad en el agua. Eso era demasiado, no podía aguantar más. Nadé hacia donde ella estaba, me quedé mirándola desde la orilla. - ¿Necesitas ayuda? - pregunté con una mirada pícara. Había olvidado mi orgullo, lo olvidaba todo cuando ella estaba delante, no podía hacer nada para resistirme.


FDR: Igual tardo en el siguiente post...

No pude evitar sonreir satisfecha al ver que volvía hacia mí. "Mucha ayuda..." contesté devolviéndole la mirada pícara mientras me acercaba.

Salí del agua y me acerqué lentamente a ella. Rodeé su cuerpo con mis brazos, metiendo mis manos bajo su camiseta, acariciando su espalda - ¿En qué necesitas que te ayude? - pregunté con una sonrisa pícara. Subí mis manos hasta llegar a su sujetador - ¿Necesitas que te lo arregle? - susurré a su oído, con voz sensual.

Rodeé su cuello con mis brazos y le contesté, "Es que creo que está estropeado..."

Acerqué mis labios a los suyos - Quizá deberías quitártelo para que pueda intentar arreglarlo - Sentí cómo su camiseta mojada se pegaba a mi cuerpo desnudo.

Me fué de gran ayuda que el sujetador fuera sin tirantes. Me desabroché el sujetador y me lo quité dejándome la camiseta puesta. Levanté el sujetador para que Ethan lo viera, "¿Tiene arreglo?"

Me quedé mirando el sujetador unos segundos y después la miré a ella, su cuerpo se transparentaba a través de la camiseta empapada - Me temo que no, vas a tener que ir sin él - no podía apartar la mirada de su cuerpo, era perfecta, y mojada aún más.

"¡Qué pena! Espero que no te importe..." contesté con una mirada pícara.

- Tendré que soportarlo - dije con una sonrisa mirando sus ojos. Subí y bajé mis manos por su espalda, ahora podía acariciarla con completa libertad.

"Va a ser duro, ¿verdad?" contesté divertida. Pasé mis manos por su cintura y empecé a acariciar yo también su espalda.

- Mucho - dije rozando sus labios, me acerqué unos centímetros más y empecé a besarla, deseaba sus labios, era lo que ella había conseguido con sus provocaciones, volverme loco. Apreté su cuerpo contra mí, podía sentir cada curva de su perfección pegada a mí.

Correspondí a sus beso saboreándolos cada segundo más. Llevaba todo el día sin ellos, me sorprendía haber sobrevivido... Noté su cuerpo junto al mío, lo había echado de menos...

Aumenté la velocidad de mis besos, disfrutando cada segundo. Pasé una de mis manos a su cintura, subiendo por su costado, quería acariciar todo su cuerpo, pero aún no sabía hasta dónde se me permitía llegar.