El lago...

Le devolví los besos con intensidad. Le deseaba. Noté sus manos subiendo por mi costado y me estremecí ahogando un gemido en mi boca

Bajé mis besos por su cuello, saboreando cada centímetro de su piel. Me encantaba sentir su tacto frío sobre mi cuerpo, era una sensación extraña, pero placentera.

Cerré mis ojos mientras me estremecía por sus besos. Apreté mis manos contra su espalda pegándome más a él. Sintiendo lo que más me gustaba, su corazón golpeando mi pecho.

La mordí suavemente en el cuello, y después seguí besándo su cuello. Mi corazón latía desbocado, sintiendo sus manos por mi espalda.

"Me gusta tu lado vampírico..." susurré cuando noté su mordisco. Pasé una de mis manos por su costado, me separé ligeramente y comencé a acariciar su pecho prefectamente marcado.

- Ya sabes que todo se pega - susurré - Ten cuidado a ver si vas a empezar a perder la memoria. - subí mis labios por la línea de su mandíbula, hasta la comisura de sus labios.

Le besé con ganas mientras recorría su pecho con la yema de mis dedos. Su corazón se aceleraba con cada centímetro nuevo que tocaba.

Respondí sus besos con desesperación, apreté su cuerpo contra mí, no había ni un centímetro entre nosotros. Cogí su rostro con mis manos para intensificar el beso.

Subí mis manos a su cuello y las enredé con su pelo. Perdí el control de la situación, sólo podía pensar en sus labios, en sus manos recorriendo mi cuerpo, sus caricias...

No podía parar de besar sus labios, bajé mis manos a su trasero. Si seguíamos mucho tiempo así, después no iba a poder parar, y no sabía si ella estaba lista para ir más allá.

Me separé unos centímetros, "Quizá sea mejor que nos calmemos, ¿no te parece?"


Fdr: tengo que irme unos 20 minutos. ahora vuelvo

Me separé de su cuerpo, dejando mis manos en su cintura - Tienes razón, deberíamos parar- Apoyé mi frente contra la suya, intentando recuperar el ritmo de mi respiración.

Le dí un beso ligero y le cogí de la mano y me senté en el suelo tirando de su mano para que se sentara conmigo.

Me senté a su lado, cada vez me costaba más parar, no podía tener si cuerpo perfecto junto a mí y no abalanzarme sobre él. Alargué el brazo para coger mi ropa, me puse los pantalones y me tumbé sobre la hierba.

Ví que se ponía los pantalones, "¿Tienes frío?" pregunté mientras me tumbaba y apoyaba mi cabeza en su pecho.

Acaricié su pelo distraído - No mucho - me había puesto los pantalones para sentirme un poco más cubierto, estar en ropa interior junto a ella no era algo muy inteligente, no si tenía que mantenerme tranquilo. - ¿tú estás bien? - no me refería a si tenía frío, puesto que según tenía entendido, ella no podía pasar frío, quería saber cómo se sentía, estar seguro de que estaba bien.

"Sí...supongo..." contesté pensativa, mi mente daba muchas vueltas ahora mismo...

- ¿Supongo? - pregunté preocupado. Empecé a acariciar su brazo, intentando reconfortarla - ¿Puedes decirme lo que piensas, por favor? - Necesitaba saberlo, para intentar ayudarla, no me gustaba nada que se sintiera mal, y menos si era por una tontería.

Me quedé unos segundos pensativa, me costaba hablar de estos temas... "Es que... hay momentos, como el de hace un rato, en los que creo que podría... ya sabes... pero decido echarme atrás... Es que es como si dijera "ahora mismo podría controlarme", pero me da miedo seguir, por si me descontrolase en un momento peor y no hubiese ya camino de vuelta..." paré un momento porque me estaba liando hasta yo... "No me entiendes, ¿verdad?"

Escucho atentamente lo que dice - Creo que sí. Pero si piensas así, nunca vas a intentarlo, entonces nunca sabrás de lo que eres capaz. - La entendía perfectamente, no quería arriesgarse, pero a veces es necesario para conseguir avanzar - Pero entiendo que no te arriesgues, no te preocupes, puedo esperar a que estés más segura - Se lo repetía una y otra vez, por ahora me sentía capaz de hacerlo, aunque tampoco sabía cuánto iba a aguantar así.

Me quedé pensando en sus palabras. Tenía razón, así no iba a llegar a ninguna parte... "¿Y a ti... no te da miedo?"

- No - Respondí seguro, no lo había pensado mucho - yo no tengo ningún motivo para dudar de ti, nunca me he sentido en peligro a tu lado - dejando a un lado que mi cerebro masculino sólo pensaba en la parte buena, sin preocuparse del resto. Mi mano ya había llegado a su cintura, fue cuando me di cuenta de que ella seguía sin los pantalones.

No sabía como podía confiar tan ciegamente en mí... Noté que su mano llegó a mi cintura y recordé que no llevaba pantalones. "¿Crees...? Es mejor... que me ponga los pantalones, ¿verdad? Ni siquiera me acordaba..."

Escuché lo que me dijo - Por mí, no hace falta - dije con una sonrisa - Aunque si te sientes más cómoda... - quité la mano de su cuerpo, porque no sabía si estaba agobiada o algo. - Cualquiera que nos vea a estar horas de la noche medio en bolas... - comenté divertido.

"¿Quién ha dicho que dejes de abrazarme?" dije cogiendo su brazo y poniéndolo de nuevo por mi cintura."Tampoco hay mucho tránsito..."


Fdr: Me voy a tener que ir, es que me duele muchísimo la cabeza, el nolotil que me he tomado no me ha hecho efecto, y me estoy sintiendo peor ya...