El lago...

bueno mi poder es muy extraño y no me gustaria que por ql ustedes ya no se quisieran asercar-les dije apenada y algo perocupada.

-He conocido gente con poderes malevolos y sin embargo no les temo... No creo que sea tan malo Noto cierto nerviosismo

Adios Seraphine! le digo mientras se va. Tanya sigue algo nerviosa, no se porque.

Recuerdo que tengo cosas que hacer (atrapar algunos maleantes) -Bueno Tanya me voy a la cuidad, supe de un asesino serial y me gustaria darle una visita. Salgo corriendo de ahi.

mmmm.....genial te acompaño -le dije a Lynx saliendo de mi trance y sonriendo abiertamente y salgo corriendo con ella.

Me desperté allí, miré alrededor, estaba sólo. Me acerqué a la orilla del lago, no sabía qué hacía aquí, me tumbé boca arriba, esperando que mi cerebro volviera funcionar en condiciones.

Llegué al lago más que preocupada. Y de repente lo ví. Estaba sólo por lo que corrí hasta él. "¿Dónde estabas? te he estado buscando..."

Me asusté cuando alguien me habló de repente. Me senté y me giré hacia la voz, vi a Alice - ¿Habíamos quedado? - pregunté preocupado. Odiaba olvidar cosas, y más si esas cosas incumbían a gente que me importaba. Intenté buscar en mi mente alguna pista que me dijera dónde tenía que estar, pero no había nada en mi cabeza - Lo siento, lo he olvidado - me disculpé, de manera sincera. Di una palmadita en el trozo de tierra junto a mí, para que se sentara.

Ví que se sobresaltó. "Siento haberte asustado... No, no habíamos quedado, pero esta mañana cuando he vuelto a tu casa, no estabas, y como no te encontraba, me he asustado...". Me senté junto a él. "¿No sabes dónde has estado? ¿Y tu PDA?"

- Bueno, no tienes que peocuparme de mí a cada segundo, llevo muchos años cuidando de mí mismo, no necesito que alguien lo haga.- No me sentía bien con que alguien se preocupara tanto por mí, aunque en el fondo se lo agradecía. Cuando preguntó por mi PDA me llevé la mano al pantalón instintivamente. Saqué la PDA y empecé a leer - No he apuntado nada - dije algo confuso. ¿Por qué no lo había hecho? Eso no era propio de mí - Creo que hoy no es mi mejor día - comenté entristecido.

Escuché lo que me dijo "Si yo desapareciese de donde me dejaste y no supieras donde estoy... ¿no te preocuparías por mí?". Pasé mi mano por su cintura para abrazarlo cuando me dijo que no tenía un buen día. "Para eso estoy aquí... ¿A que ahora es perfecto?" contesté orgullosa.

- Pues pensaría que has tenido algo mejor que hacer que quedate en un sitio esperando a que yo vuelva - contesté con un tono neutro. De veras no tenía un buen día, pero no iba a pagarlo con ello. Pasé un brazo por sus hombros cuando ella agarró mi cintura, le di un beso en el pelo - Ahora es genial - dije sonriendo, estar con ella me sentaba muy bien, podía alegrar mi día con sólo un gesto, con una mirada, con una palabra.

"¿Quieres hablar de tu día?" pregunté dudosa, aunque suponía que me diría que no, le costaba hablar de sus problemas...

- Prefiero que me cuentes el tuyo - no quería hablar del mío, ni siquiera de lo poco que recordaba. - Mi día no ha sido nada interesante desde el momento en que te separaste mí - dije con una sonrisa. Acaricié su hombro distraído, me encantaba estar así de bien con ella, tranquilos, sentados en la orilla del lago, era una estamapa perfecta para una postal, claro que yo no tenía a quien mandársela. De pronto recordé por qué tenía un mal día, fruncí el ceño.

"Yo tampoco he hecho nada interesante...". Noté sus caricias en mi hombro y empecé a acariciar su espalda. Observé unos segundos su expresión y no pude evitar preguntarle, "¿Y ese ceño?"

No me había dado cuenta de mi expresión, intenté relajar el gesto. - No es nada, ya te he dicho que no es un buen día - Suspiré, no sabía si quería contárselo, pero ella me había contado su secreto. - Voy a decirte por qué, porque es lo que hacen las parejas, pero una vez lo haya dicho, no quiero ni pena, ni comentarios, ni nada. Quiero que todo siga como si no hubiera dicho nada - Cogí aire - Hoy es el aniversario de la muerte de mis padres, tuvimos un accidente y ellos murieron, y yo me quedé sin memoria - dije mirando hacia el lago.

Escuché lo que me dijo. Algunas cosas en su forma de ser ahora me encajaban mejor. No me gustaron sus condiciones, pero ya me había hecho a la idea de que no querría hablar del tema... No terminaba de entender por qué le costaba tanto hablar conmigo, pero aun así lo respeté. Me limité a sentarme sobre sus piernas, abrazarle y preguntarle al oído, "¿Se me permite decirte que me encantas?"

Me alegré de que no dijera nada sobre el tema, odiaba hablar de ello, por eso cada año me empeñaba en olvidarlo, pero no había nada que hacer, siempre se quedaba en mi mente. La abracé en cuando se sentó sobre mí, era bueno tener a alguien para aguantar el día. Escuché lo que me dijo - Eso puedes decirlo siempre que quieras - dije con una sonrisa - Tú tambien me encantas - susurré en su oído.

¿Habrá algún tema de su vida del que no le moleste hablar? me pregunté. "Así que somos una pareja... " comenté mirándole. Aún recordaba la noche en la que se agobió. Con todo el lío del vampirismo, nunca se había dado la ocasión de hablar de nosotros...

Escuché lo que dijo y eché a reir - Bueno, somos dos, y estamos juntos, eso hace una pareja - dije riendo. La verdad es que lo había dicho sin pensar, pero no me arrepentía de ello. Estando así todo era fácil, no había presiones, no como el día del restaurante, rodeados de parejas. Sonreí al repetir esa palabra en mi mente. - ¿Quieres decir algo al respecto? - pregunté curioso, quería saber lo que opinaba ella de lo nuestro.

Escuché su pregunta y negué con la cabeza mientras tenía una sonrisa dibujaba mis labios. "¿Entonces has superado tu fobia a lo "demasiado serio"? ¿Podremos salir a cenar sin que te dé un ataque de histeria?" pregunté divertida.

Medité unos segundos la respuesta - Es que estando así, no me paro a pensar en si es demasiado serio o no. Simplemente estoy aquí contigo, no hay nada más. Creo que lo que más me agobió fue el ambiente, aunque supongo que sería capaz de aguantar una cena - dije con una sonrisa - Aunque creo que lo de ir a cenar, a ti, no te apetece mucho... - teniendo en cuenta que no comía lo mismo que yo - ¿Por qué aceptaste ir a cenar, si tú no...?

"Pensé que tu tendrías hambre... Aunque no lo parezca intento cubrir tus necesidades... pero es que no estoy acostumbrada a pasar tanto tiempo con un humano, y me olvido de ellas... lo siento..." contesté poniendo carita de pena