Isla del Faro

*recuerdo el tiempo que ha pasado desde la ultima vez que npos vimos y piesno que probablemente el esté con otra...suspiro y me quedo un poco parada, recuerdo quien es la muchacha que está allí, es Sera...algo deberia haber pasado a Jack con ella porque el no dejaba de mirarle*

Se estaba tardando demasiado. Bueno, en realidad no le había preguntado si estaba con otra chica, pero no me imaginaba que estuviera con esa. Y de todos modos, ¿me lo hubiera dicho, no? Seguí mirándolo. Sabía que no le agradaba mucho esa mirada, pero necesitaba algo de presión.

Estiré mi cuello "Michelle..." empecé seleccionando cuidadosamente mis palabras "Bueno... creo que ya no podemos estar juntos" le dije con tono de disculpa y con una mirada extrangulada. Ella era una chica genial "Lo siento" le dije, pero Serena era otra cosa... Bajé la mirada. Quería saber como reaccionaría. Pensé que Sera debía sber que antes de lo que había sucedido había estado con otra chica... Quizá así no me matara.

Vi que la perrita se iba. Me dieron ganas de decirle algo, pero me pareció que además de maleducado, sería un poco inmaduro, así que me lo callé. Luego miré a Jack. Ahora teníamos que hablar. La verdad es que apenas y habíamos hablado desde aquella vez... Arrugé la nariz. Ahora si me parecía que su olor era altamente molesto.

Serena había estado sin abrir la boca por un buen rato. La miré con disculpa. "¿Ahora qué?" pregunté, refiriéndome a que quería hablar o saber.

Alcé una ceja. Estúpido perro... -Bueno, ven...- le dije tranquilamente haciéndole señas para que se acercara a donde me dirigía. Fui a donde estaba el faro abandonado y me senté apoyándo mi espalda en éste. Espere a que se sentara, ya que si estaba parada era más peligrosa... y quizá me arrepintiera más tarde de haberlo matado.

Me senté junto a ella. Parecía estar aguantandose de algo, pero no sabía de qué. No entendía nunca por qué se molestaba. La miré y esperé a que me dijera algo, no iba a empezar yo.

Me quedé pensativa un instante antes de responder -Bueno, dime que pasó con la per... la tal Michelle esa- dije interrumpiendome. Aunque no me importaba haberlo dicho entero, pensé que no se vería muy bien, y que quizá no me estaba comportando de una manera adecuada...

Suspiré. ¿De qué iba a servir eso? Estiré mi cuello de nuevo "El día que me fui con ella de la discoteca, nos besamos... Ehm..." comencé. Mirándola paulatinamente. "Luego lo hicimos de nuevo el día de lo de... bueno, tu sabes" cotinué. Me refería a lo de lo que había sucedido en la sala de cine. No comenté cuanto me había gustado estár con ella, porque realmente no era lo más adecuado. Volví a mirarla, esperando su siguiente movimiento.

Lo miré -Oh, pobre chica- dije con tono de compasión, aunque no me importaba para nada. La verdad era que desde el primer momento que la había visto no me había caído nada bien, y quizá... ¿me agradaba? O quizá me complacía saber que se había alejado de Jack. Quizá fuera un poco cruel, pero era la verdad. Controlé mi expresión.

Ella no era del tipo de chica que se compadecía de otra, por lo que pensé que ella estaría hasta alegre de que no estuviera con Michelle. "Pero... podemos olvidar que eso ha sucedido..." comencé, aunque sería un poco difícil para mí "Y podemos empezar de nuevo..." le dije. Aguanté la respiración, primero por la tensión que sentía por saber lo que me diría y segundo, porque olía super mal.

Escuché bien lo que me decía. Y lo miré. Pensé en loq ue me decía... intenté digerir bien la información. Lo nuestro era algo imposible, a pesar de nuestra historia. Dejé de respirar por un momento para cocentrarme de una mejor manera, ya que su extravagante olor me molestaba. Intenté decir algo, pero no sabía muy bien qu decir. -No lo se...- logré soltar por fin.

La miré bastante extrañado. No pensaba que iba a dudar tanto después de lo que había sucedido. Abrí la boca, pero la cerré de nuevo. Dejé que pensara, quizá estaba un poco confundida... Bajé la mirada y esperé el golpe.

Vi que apartaba la mirada. Estiré una mano y me la apreté con la otra, antes de posarla sobre la suya, que me quemaba como si el estuviera hecho de fuego. La diferencia de temperatura entre ambos era notable. No sabía que decir, estaba en una situación relamente incómoda.

Sentí su dura y fría mano sobre la mía. Su tacto me quemaba, pero itenté reprimir una mueca. La miré directamente a sus ojos. Quería saber que pensaba, que quería hacer. Me arrimé un poco más hacia ella, para quedar más cerca. Era una tortura para mi nariz, pero estaba impaciente.

Me miraba fijamente a los ojos y le sostení la mirada, hacia sus ojos azules, completamente hermosos. Seguía conteniendo la respiración. Tuve que quitar mi mano de sobre la suya, ya que empezaba a dolerme. Como por un impulso nervioso me acerqué a él, poco a poco, cada vez más. No sabía que iba a hacer, solo sabía que no pensaba con claridad...

Ella se acercaba, parecía confundida. SIn poder contenerme, llevé mis manos a su cara y la acerqué más rápidamente a mi; no sin sentir un poco de ardezón en mis manos. Llevé mis labios a los suyos y comencé a besarla. No era un momento muy romántico, pero tomándo en cuenta el tiempo que había pasado sin hacer ésto, estaba realmente impaciente. Sus labios quemaban los míos, era como una tortura, pero esperé su reacción.

No podía decir que me había tomado desprevenida. No sabía que pensar, que hacer. Solo me dejé llevar. Su tacto era casi imposible de soportar, y el calor que despendía no era casi la única razón. Pensé en respirar, pero no quería poner mala cara y arruinar el momento. Al juntar nuestros labios solo puso corresponderle. Comencé a besarlo de forma tranquila, como desde tanto tiempo había añorado. No estaba segura de que era lo que sentía, solo quería envolverme en el momento y olvidarme de todo lo demás.

Sentí que correspondía al beso y la rodeé con mis brazos. El olor era ya un poco aceptable, pero me ardían los labios como ni podía alguna vez haber imaginado. Me aferré a ella, como si tuviera miedo de que pudiera vlverse a ir. Aumenté la velocidad del beso, de manera un poco impaciente.

Su tacto era insoportable, epro no quería separarme de él. Sentía que mis ojos se aguaban por varias razones, la verdad era que estaba confundida entre mis sentimientos, algo de felicidad o rabia había. Y me dolía tanto emocional y físicamente que no podía conterme. Pero jamás me separé de él. Seguía besándolo en un beso que era entre pasión y ternura.

El aire se me acababa por lo que me separé de ella. La busqué con la mirada y intenté que nuestra piel dejara de entrar en contacto, de modo que no doliera tanto el cambio de temperatura.

Abrí los ojos. Estaba confundida, adolorida. No sabía que hacer. Solo estaba feliz porque por fín había podido estár de nuevo con él. Me acerqué a él, pero esta vez puse mi cabeza sobre su pecho, intentándo no entrar en contácto con su piel, pero hacer descansarla. Los abracé y me quedé en esa posición, inmóvil.

La apretujé contra mi pecho y luego de un rato la separé dulcemente de mi. La miré a los ojos mientras pasaba mi mano por su mejilla. Ahora tenía que irme... "Sera, ¿ahora ya puedes elegir?" le pregunté. La miré con ansia. Quería estar con ella. Le volví a dar un abrazo fuerte, me separé de ella y me incorporé. "Avisame cuando sepas lo que quieres" le dije, aunque estaba seguro de lo que era. Entré en fase y salí de ahí en forma de lobo.

Lo miré a los ojos mientras hablaba. Estaba incrédula, no sabía que decir en ese momento. Pero estaba decidida. Vi como entraba en fase y como ese lobo de pelaje rojizo salía de la isla. Comencé a respirar de nuevo, de forma agitada. El ambiente no olía nada bien; yo no olía nada bien, de hecho. También me puse de pie. Me quedé pensando un buen rato, ahí, mirando el mar. Aclaré mis pensamientos, y ya había decidido lo que haría. Agarré mis cosas y salí de ahí, con paso decidido, a donde me llevara el viento...