El lago...

"Una de las ventajas de ser vampira, no me canso..." contesté. Era curioso ver como a pesar de que le molestaba lo que le decía, seguía sin dar su brazo a torcer... Orguolloso... "¡Qué pena! Hoy estoy especialmente golosa..." dije mientras empezaba a besar su cuello.

Sentí sus besos por mi cuello y cerré los ojos, cuando recordé que tenía que mantenerme en calma los abrí de nuevo. - Yo ya he tenido dulce suficiente por hoy - dije apartándola de mí, con bastante esfuerzo. Me senté, para ponerla más difícil el acceso a mi cuerpo. - Ya deberías estar saciada, ¿no?

"Tú lo has dicho, debería..." Me puse detrás de él de rodillas y pasé mis manos por su cintura acariciando su tripa. Acerqué mis labios a su cuello y comencé a besarle saboreándo su piel

Suspiré, no podía resistirme a ella. Puse mis manos sobre las suyas - ¿Seguro que no prefieres irte con cualquiera de tus otros amigos? - pregunté con rintintín. Aún no me había olvidado de sus palabras.

"¿Seguro que tú no quieres irte con una de las tuyas?" pregunté mientras le daba un pequeño mordisco en el cuello.

Sentí el mordisco, iba a resultarme difícil resistirme, hice acopio de todas mis fuerzas - Ahora que lo dices... - hice el amago de levantarme.

Suspiré al ver que se intentaba levantar y quité mis manos de su cintura. "Te estás poniendo muy tonto, ¿Sabes?" contesté. Me estaba cansando de ser yo la que iba detrás de él.

Me puse de pie y me giré para mirarla - Siento que no te guste mi forma de ser, es lo que hay, si no te gusta, ya sabes... - me había enfadado, porque yo era un idiota, y había abierto una puerta que ella había aprovechado, y ahora me enfadaba, no sabía cómo me aguantaba, pero mi orgullo era demasiado fuerte.

"¡¿Qué?!". No me lo podía creer... Me puse de pie enfadada. "Te estás pasando..."

Me quedé mirándola - ¿Qué quieres? Sabes cómo soy, y aún así has seguido con el juego, ahora acepta las consecuencias - dije enfadado yo tambien, esto no iba a acabar bien, lo miraras por donde lo miraras, no iba a acabar bien.

"¡¿Sabes cómo soy?! ¡¿Esa es tu explicación?!" repliqué con el tono un poco subido. "¿Cómo tú eres así yo tengo que aguantarme y tragar siempre?". No era justo que fuese así conmigo, estaba bastante enfadada.

Me quedé mirándola, ¿por qué tenía que ser tan orgulloso? - ¿Qué quieres? ¿Que te pida perdón? - pregunté alzando una ceja - No tienes que tragar, pero si me sigues el juego, luego no puedes enfadarte - repliqué.

"¿Sabes? No hagas nada, quédate con tu orgullo echándome a mí la culpa..." Me dí la vuelta, andé un par de pasos y me senté junto a la orilla del lago.

Vi lo que hacía, camine hacia ella con la cabeza baja - Lo siento, ¿vale? - dije al fin, era culpa mía, como siempre, eso tenía que aceptarlo - No ha sido culpa tuya - me costaba demasiado dejar mi orgullo a un lado, pero por ella podía hacerlo.

"¡Ah! muy bien, ahora te arrepientes y todo solucionado..." dije irónica. ¿Teníamos que llegar a discutir para que deje su orgullo de lado?

Había dejado mi orgullo a un lado para nada - ¿qué más quieres que haga? - pregunté enfadado - ¿Sabes qué? Me da igual yo ya te he pedido perdón, ahora tú haz lo que quieras - dije volviéndome al lugar de antes y tumbándome boca arriba sobre la hierba.

Suspiré. No se le puede pedir más... pensé. Me senté junto a él mirándole. "Lo siento, pero es que parece que cada vez que pasa algo así tengo que ser yo la que te busque, y tú lo solucionas con un simple perdón... Lo siento, yo también he sido muy cabezota..." dije cogiendo su mano.

- ¿Cada vez que pasa algo así? ¿Qué pasa? Que para ti lo único que digo son tonterías - seguía molesto, pero ella quería solucionarlo - Lo siento - dije de nuevo - No sé qué más quieres que te diga, no estoy acostumbrado a esto, puede que no haya actuado bien - dije acariciando su mano.

"¿Dejamos a un lado lo que ha pasado?" dije poniéndome de rodillas y acercándome a él para acariciar su mejilla.

- Creo que es lo mejor - acerqué mi rostro al suyo y la besé suavemente. Abracé su cuerpo y la tumbé de nuevo sobre mí, dejé mis manos en su espalda acariciándola suavemente.

Respondí a su beso y pasé mis manos de nuevo bajo su camiseta. "Aunque hayamos empezado de nuevo... ¿Puedes darme ahora mi postre?" dije con una voz sensual rozándo mis labios con los suyos.

Escuché lo que decía, me alegraba que hubiéramos olvidado la tonteria anterior - Claro... - dije sonriendo - ¿Con qué lo prefieres? ¿Nata o chocolate? - pregunté rozando sus labios. Metí las manos bajo su camiseta, acariciando su espalda.

"Mmm... chocolate..." dije subiendo mis caricias a su pecho haciendo que se subiera su camiseta.

Sonreí, sentí sus manos recorriendo mi pecho, me encantaba sentir el tacto frío de su piel contra la mia. Acabe con la excasa distancia que había entre nuestro labios - ¿Avellanas o nueces? - pregunté sensualmente entre beso y beso.

No sabía si seguía bromeando o no, aún así contesté, "Avellanas" dije con una sonrisa y volví a besar sus labios