Habitaciones.

"No le tengo miedo a una fiebre..." dije mientras lo agarraba del brazo y lo volvía a tumbar. Empecé a acariciar su pecho desnudo, me volvía loca. Me acerqué lentamente a él y le susurré cuando estaba a escasos centímetros de sus labios "Si te quedas, estoy segura de que te curarás antes..."


Fdr: Igual tardo en contestar, es que estoy haciendo una cosilla...

Me volvía tumbar sobre la cama, sonreí viendo su manos pasearse por mi pecho, el simple roce de su piel con la mía hacía que se me acelerara el corazón. - Si me lo dices con esa seguridad, tendré que creerte - contesté con un sonrisa. Pasé una mano bajo su cuerpo y empecé a rozar su espalda con las yemas de mis dedos.

Puse la mano sobre su pecho intentando notar lo másximo posible su corazón, me volvía loca... Me puse encima de él con una pierna a cada lado de su cintura y comencé a besar su cuello, disfrutando con cada segundo que lo saboreaba.

Sonreí mientras veía cómo se sentaba sobre mí, puse las manos en su cintura. No podía creer lo que ella conseguía de mi cuerpo sin apenas esforzarse - Me encanta cómo te has levantado hoy - dije divertido mientras disfrutaba de sus besos en mi cuello. No pude evitar que mi repiración se descontrolara, metí mis manos bajo su camisa, empezando a acariciar su espalda.

"Y eso que acabo de empezar..." contesté divertida. Bajé mis besos por su pecho, recorriendo cada mínima parte de su piel. Noté su respiración agitada, y no pude evitar sonreir. "¿A que esto mejora por momentos...?"

Escuché lo que decía y sonreí. Sus besos iban a conseguir que me volviera loco. Subí mis manos por su espalda y empecé a acariciar su pelo - Sí, esto es mucho mejor - mi cuerpo se estremeció al paso de sus besos por mi pecho.

Subí sus besos por su pecho, su clavícula... Deseaba sus labios... Empecé a besarlos con ganas, los echaba de menos a pesar de que sólo había pasado una noche sin ellos

A medida que ella subía sus besos, yo bajaba mis manos por su espalda. Cuando llegó a mi boca respondí a sus besos con desesperación, no podía aguantar más sin ellos. Bajé mis manos hasta su trasero.

En ese momento me dí cuenta de que no estábamos sólos en la habitación. ¡Qué verguenza! aunque parecía que Seraphine no se había ni enterado... Relajé mis besos hasta separame lentamente de él. "¿Cómo consigues que me olvide de todo?" pregunté con una sonrisa.

Noté cómo se separaba, y la miré reprendiéndola - Es parte de mi encanto natural - dije atrayéndola de nuevo hacia mí. Empecé a besar su cuello, no estaba dispuesto a dejar que se alejara todavía.

"¡Ey! Tranquilízate, que hablar durante un rato conmmigo tampoco te va a matar..." contesté divertida mientras me quitaba de encima suya y me tumbaba a su lado.

Apoyé de nuevo todo mi cuerpo en el colchón, acompañando el movimiento con un suspiro - No puedes esperar que después de lo que has hecho te deje escapar tan fácilmente - dije mirando al techo, intentando tranquilizarme. Ella me volvía loco y yo no podía hacer nada por evitar querer más de su cuerpo.

Sonreí por lo que dijo. "Por cierto, ¿tienes hambre? No has comido nada..." pregunté.

No recordaba cuántas horas llevaba sin comer, pero ahora que lo decía, sí que tenía algo de hambre - No me importaría comer algo - volví a mirarla, ella hacía que me olvidara de todo - Aunque tambien podría comerte a ti y así mato dos pájaros de un tiro - dije divertido volviendo a poner mi mano en su cintura.

Había conseguido que comiera, pero el problema ahora es que yo llevaba... unos cuantos años sin cocinar... "Vamos abajo, haber si hay algo que te guste..." dije mientras me levantaba. "Al fin y al cabo, no me voy a caducar, puedes comerme después de que comas algo que de verdad alimente" añadí divertida.

Me levanté y la agarré de la cintura por detrás - No creo que haya nada mejor que tú, pero si crees que puedes mejorarlo... - dije sonriente. Me separé de ella - Bueno, vamos, yo te sigo - si quería que bajara tendría que ser siguiendola a ella, porque en esa casa tan grande me perdía, seguro.

Fdr: no sé por qué estaba convencida de que había cocina... donde roleo ahora?

FDR: Espera cinco minutos, que utlizo mis contactos

Entro y voy hasta mi adorada cama. Me tumbo y miro la puerta esperando a que entrara John.

Giro la cabeza hacia otro lado al ver que John ha decido hacer alarde de sus cualidades. Sonrío observando cada uno de sus movimientos detenidamente. Me incorporo hasta quedar sentada con la espalda apoyada en el respaldo de la cama.

- Hola -sonrío mirando sus brazos. Estiro mi mano para que se acercara más a mí.

Me pongo de rodillas sobre la cama para poder llegar a donde él.- qué tranquilidad.... -susurro al no oir nada más que nuestras respiraciones. Me acerco y le beso durante breves segundos.