Tiendas...

"Empiezo a pensar que tienes un problema en tu ego..." dije mientras me reía. Noté sus manos subiendo por mi espalda y tuve que cerrar los ojos. "Me vuelves loca... haces lo que quieres conmigo... yo venía tranquilamente a comprar ropa, pero claro, me haces estas cosas y ya es que no sé ni pensar..." le dije divertida

- ¿Tienes tú algún problema con mi ego? - pregunté divertido. Escuché lo que me dijo, me encantaba oirla decir eso, hizo que me dieran aún más ganas de besarla y acariciarla, pero sabía que debía mantener el control, al menos hasta cierto punto. - ¿quieres que pare? - pregunté en un susurro junto a su oído.

FDR: Gracias por esperar pancientemente

"Yo no, porque estoy segura de que en poco tiempo conseguiré que tu ego caiga sumiso a mis besos, que aunque no lo creas son mejores..." contesté divertida. Escuché lo que me preguntó, me acerqué a su oído y le contesté en el mismo tono de voz: "Ni se te ocurra"


Fdr. No ha sido nada!!^^

- Eso tendrás que demostrármelo - dije divertido. Sonreí cuando me contestó que no parara. Acerqué mi rostro al suyo - Yo no tengo tan claro que sean mejores - quería picarla, quería que pusiera todas las ganas´.

Le miré con el ceño fruncido. Subí mis manos por su estómago hasta llegar a su cuello para rodearlo obligándole a acercarse a mí. "Tú te la has buscado..." susurré mirándole con una sonrisa pícara. Bajé mis manos a su cintura y lo agarré para que se acercara más a mí. Comencé a besarle de manera desenfrenada.

Sonreí, iba a conseguir lo que quería. Pegué mi cuerpo al suyo por orden de sus manos. Tenía pensado dejar que me besara sin esforzarme en corresponderla, pero la fuerza de sus besos me sorprendió, no pude resistirme, respondí con todas las ganas que pude. Cogí sus brazos y los coloqué de nuevo en mi cuello, puse mis manos en su cadera y la apreté contra mí, bajé mis manos con lentitud hasta su trasero.

Noté que me devolvía los besos con la misma intensidad y mis labios no hacían más que desearle con más ganas. Enredé mis manos en su pelo mientras notaba como bajaba sus manos. Tenía miedo, como siempre, pero me resultaba imposible alejarme de él.

Seguí besándola, jugando con su lengua. No podía pensar en nada más que no fueran sus besos, su cuerpo. Sentí sus manos en mi pelo, subí mis manos por su espalda, por su cuerpo perfecto, me volvía loco, no podía pensar, no quería pensar, no quería parar.

Disfruté de cada segundo que tenía sus labios junto a los míos, saboreándolos, haciéndolos míos. Mi respiración se agitaba con cada beso, con cada latido de su corazón. No podía evitar querer más con cada beso.

Me separé de golpe. No podía seguir, no era buena idea que siguiera. Apoyé una de mis manos en el cristal del escaparate, puse mi barbilla sobre su hombro y suspiré - Necesito un minuto - Era demasiado para mí, sabía cuáles eran los límites y había estado a punto de empezar un viaje sin retorno. Ella me volvía loco, era lo único que sabía, no podía evitar perder la cabeza con sus besos, pero no quería que ella tuviera que volver a frenarme, yo sabía lo que tenía que hacer.

Ví que se separó. No debería haber empezado, él se estaba esforzando por respetar mi decisión y yo no hacía más que jugar con la línea límite, llevándolo al máximo... Me separé un poco de él con la intención de dejarle algo de espacio. Bajé la mirada, "Creo que será mejor que juguemos a otra cosa que no sea llevarnos al límite continuamente" dije con una ligera sonrisa para no tensar el ambiente.

Noté cómo se separaba y volví a juntarla a mí, ya estaba mucho más tranquilo - Me gusta llegar al límite. Prefiero disfrutar y luego parar, a no disfrutar nunca - Eso era lo que me decía a mí mismo una y otra vez, yo había conseguido convencerme, ahora sólo tenía que convencerla a ella. La besé en la frente y después le di un pico en los labios.

"Te encanta jugar con fuego" dije cuando ví que me volvía a pegar a él.

- Me encanta jugar contigo - dije besandola en el cuello - Me encanta tu cuello - subí mis besos hasta su oreja - me encanta tu olor - susurré mientras seguía la línea de su mandíbula - me encanta el sabor de tu piel - besé la comisura de sus labios - y me vuelve loco tu boca.

No sé como lo hacía, pero un segundo estaba tranquila y podía conseguir que al siguiente cayera por un prcipicio sin freno... "Espero que hayas cogido suficiente aire, porque me muero por jugar otra vez" le dije mientras le besaba, esta vez de manera más tranquila

Escuché lo que me dijo, pero antes de poder contestarla ya me estaba besando, así que la respondí de la única manera que podía. La besé con ganas, no me servían los besos a medias, era o todo o nada.

Respondí a su beso con la misma intensidad. Cogí sus manos y las puse en mi cintura. Deseaba que sus manos recorrieran mi cuerpo. Subí las mías a su cuello para acercalo más a mí mientras volvía a agitarse mi respiración.

Sonreí interiormente, ella quería que tocara su cuerpo y yo quería tocarlo. Metí mis manos por su camiseta y mientras una de ellas recorría su espalda con la otra la pegaba aún más a mí. Mi corazón iba a mil, eso no era bueno, intenté tranquilizarme, pero tener su cuerpo para mí no me dejaba pensar en nada más.

Notaba como me pegaba más a él. Me encantaba estar así, su corazón volvía a golpearme con fuerza, parecía que era adicta a sus subidones de adrenalina, me volvían loca. Seguí besándole con más ganas. Tener su boca junto a la mía de esa manera despertaba mi sed, pero era de lo más excitante.

Bajé mis besos a su cuello, necesitaba aire y un poco de descanso. Mi respiración estaba agitada, no podía evitar exhalar mi aliento sobre su piel. Aunque mis besos descansaran de sus labios mis manos seguían recorriendo su cuerpo, ese cuerpo que me traía loco. - Quisiera estar así siempre - susurré en su oído.

Su respiración en mi cuello hizo que cerrara los ojos, pero me costaba mucho tranquilizarme, sólo podía sentir su cálido aliento sobre mi piel. Bajé una de mis manos para meterla por su camiseta, acariciando su costado. Escuché lo que me dijo y no pude evitar llevar mi mano a su espalda para acercalo aún más a mí, si es que se podía...

Fdr: me desconecto 20 minutillos!!!

Nuestros cuerpos estaban completamente pegados, no podía hacer otra cosa que disfrutar de ello. Volví a besar sus labios. Por un momento vino a mi mente la imagen que estábamos dando, me sorprendió que aún no nos hubieran echado, pero mientras no lo hicieran, yo iba a disfrutar cada instante.

"Menuda clase práctica estamos dando a la gente, ¿no?" dije mientras me separaba lentamente de él."Lo nuestro es puro exhibicionismo" dije divertida y sin apartarme de él ni un solo centímetro, me merecía la pena dar el espectáculo por él...

Reí - Deberíamos cobrar por ello - dije divertido. Me quedé mirándola, ella siempre tan perfecta, acaricié su mejilla con suavidad. - Lo que no sé es cómo no nos han echado aún - miré alrededor, el lugar estaba bastante concurrido, y efectivamente el guarda de seguridad no nos quitaba ojo de encima. Miré al interior de la tienda, la dependienta tampoco tenía buena cara, no pude evitar sonreir con aires de suficiencia.

Ví la manera en la que se rió."Tú siempre provocando, ¿no?" dije mientras le sonreía divertida