Librería de la ciudad.

-Hmm..acabo de llegar...-murmuro, mirando hacia la puerta- buscaba a mi hermana. Habrá llegado antes que yo. Sólo quería descansar un rato -añado. Me quedo medio embobada, admirando su piel blanca y sus rasgos perfectos...

FDR: no T_T no lo ves? soy un vampiro, no un humano!!

-Tutéame, por favor...-digo- no estoy acostumbrada a este trato.

Me recuesto en el sillón cómodamente, y me limito a contestar:

-Se llama Alice. Alice Scream. Creo que llegó hace un par de días. Es una muchacha rubia..por lo demás, igual que yo -sonrío, dejando mostrar dos colmillos níveos- es mi gemela.

FDR: no importa, tranqui ^^

Desperté en medio de la librería, genial, ahora quería comprar un libro. Saqué mi PDA intentando encontrar algo que me dijera qué libro quería comprar, pero allí sólo había nombres y descripciones de la gente a la que había conocido. Paseé por los pasillos intentando recordar qué era lo que había venido a buscar.

Llego a la puerta de la librería siguiendo un olor conocido. Me paro frente a la puerta de cristal y miro a través con curiosidad. Allí estaba Ethan. En principio dudo de si entrar, creo que va a pensar que le acoso, aún así no puedo evitarlo y entro. Disimulo un poco andando de un lado hasta otro hasta que finalmente simulo que me choco con el por casualidad...¿Habrá quedado demasiado forzado?:
"Perdón...¡Anda si eres tú...! Ethan...¿no?".

Una chica se choca contra mí, me llama por mi nombre así que la conozco - Hola - saludé con una sonrisa amable. Pero ella se acordaba de mi nombre, entorné los ojos intentando recordar, menos mal que había revisado mis datos minutos antes. Obsevé a la chica, ojos marrones, pelo ondulado, labios rojos... era mejor no arriesgarse a llamarla por un nombre que no la correspondía - ¿Has venido a por un libro? - me sentí un idiota, estábamos en una librería, qué iba a hacer si no.

Mi mente estaba llendo muy lenta, tenía algunos flashes de ella hablándome, pero no conseguía recordar su nombre. Seguí mirandola intentando recordar, me centré de nuevo en la conversación, no quería parecer ido. Vale, hablabamos de libros, "La historia interminable", ¿acaso yo lo había leido? - No soy mucho de lecturas - dije intentando no sonar muy estúpido - Habrá que hacer algo al respecto, ¿no? - dije mirando entre los libros que nos rodeaban - ¿alguno que me recomiendes?

Escuché a la chica, estaba perdiendo mis facultades, me estaba contradiciendo a mi mismo. - Hay cosas que hay que cambiar, leer es bueno, así que aquí estoy - me encogí de hombros, había intentado arreglarlo, pero no sabía si lo había solucionado. Repasé los libros que tenía enfrente, ninguno me sonaba - Vamos a buscar ese libro, entonces - sonreí y la cogí suavemente de la muñeca, recorriendo los pasillo de la librería. Cuando preguntó por mi tobillo bajé la mirada instintivamente, le tenía hinchado y con una venda - Ya ves, soy duro como una piedra - dije bromeando.

Caminé por los pasillo en busca del libro, cuando me di cuenta de una cosa - Oye, ¿de qué es el libro? Porque puedo recorrerme la librería entera, pero no quiero hacerte perder el tiempo? - me di cuenta de que aún le agarraba la mano, la tenía helada, la solté disinmuladamente, no sabía qué relación tenía con ella, ni siquiera hace cuanto nos conocimos. Escuché lo que dijo, así que era un buen motañero, eso era sorpendente, sonreí imaginándome perdido en el bosque, no estaba seguro de que el montañismo fuera lo mío - Soy un chico multiusos, sirvo para todo - dije orgulloso de mi mismo.

"De fantasía, aunque me gusta perder el tiempo conmigo..." le dije con una sonrisa encantadora en mi cara.
"Multiusos, ¿eh? eso lo tendrás que demostrar, ¿no carpintero? que aún sigo esperando mi regalito..." le dije intentando sonar lo más dulce posible.

Me quedé mirándola algo sorprendido, no esperaba que me contestara eso. Eché a andar de nuevo buscando la sección de fantasía. - Perdamos el tiempo entonces - imité su sonrisa cogiéndola otra vez de la mano. Mientras caminaba me quedé pensando en sus palabras, carpintero, regalo... ¿qué le iba a regalar y por qué?, sacudí la cabeza, intentando centrarme en el presente - Cuando quieras te lo demuestro - dije orgulloso de mi mismo, esperando que no me tomara la palabra - Los regalos cuanto más se hacen esperar, más ilusión hacen - intenté guardar la información en mi mente, tenía que hacerla un regalo.

Sonreí al escuchar su decisión y ver que me cogía de nuevo de la mano. Me quedé un rato pensativa mientras nos dirigíamos a buscar el libro. A veces cuando me miraba había tanta confusión en él, quizá simplemente era que lo conocía demasiado poco... Después de un rato ensimismada en mi mente decidí poner remedio a lo de no conocerlo...
"De qué parte de España digiste que eras exactamente?"

Me paré frente a la sección de fantasia, buscando el nombre del libro que ella me había dicho, solté su mano para pasarla por el lomo de los libros. Cuando oí su pregunta cerré los ojos por un segundo, por qué la gente estaba empeñada en saber cosas sobre mi pasado - Del norte - respondí algo seco, me di cuenta de ello, así que intenté arreglarlo. La miré con una sonrisa - ¿Y tú de qué parte de Italia? - me quedé petrificado, ¿acaso era ella de Italia? ¿me había acordado?, se me cortó la respiración. esperaba no haberla cagado.

"De Nápoles. ¿Encuentras el libro?". Me percaté de su extraña reacción y no sabía encajarla con la conversación, cada vez era todo más enigmático...
"¿Estás bien?" Pregunté al fin