Gruta subterránea

- Podría... viajar contigo alguna vez, así no estaríamos tanto tiempo separados... - comenté, aunque sin mucha seguridad. Acaricié su espalda con suavidad, sólo con la mano que no me dolía. - Es la segunda vez que vengo, había pensado que podría disfrutar de la soledad dentro de la gruta, pero lo que me he encontrado es mucho mejor - añadí sonriendo, aunque ella no pudiera ver mi sonrisa - Creo que la primera vez que vine salí sano y salvo - contesté divertido - No me ha pasado nada, fue solo un resbalón - mentí, no tenía ganas de que se preocupara por mí.

"¿De verdad? ¿No te importaría? Eso sería perfecto..." contesté emocionada. Escuché lo que me dijo, "¿Qué te has encontrado?" pregunté en tono celoso antes de echar a reir. "¿Seguro que estás bien? Si me mientes antes o después me daré cuenta..." contesté volviendo a mirarle a él.

Noté su emoción, me encantaba saber que ella me quería allí, a su lado - No me importaría... visitar otra ciudad, pasar tiempo contigo... sería genial. - contesté tambien emocionado. Escuché su pregunta - A la chica más maravillosa y perfecta que he visto jamás - contesté antes de besar su pelo. Oí lo que decía, tenía razón, tarde o temprano iba a darse cuenta de que mi mano no estaba bien - Bueno, me he hecho un poco de daño en la muñeca, pero no es nada - dije restándole importancia al asunto.

"¿Me voy unos días y ya encuentras a alguien que es tres veces mejor que yo?" pregunté haciend pucheros. Noté como besaba mi pelo, me encantaba. "Mañana iremos al médico, ¿crees que podrás aguantar hasta mañana?" pregunté a pesar de que sabía que me diría que sí.

- Que boba eres, es imposible que pueda existir alguien mejor que tú - contesté mirandola a los ojos con una sonrisa. Escuché lo del médico, no quería ir al médico, mi sonrisa desapareció de nuevo - No necesito ir al médico, está bien, no es nada, se curará sólo - dije con la esperanza de convencerla, no me apetecía que se preocupara por una estupidez así.

"Yo no me preocupo esta noche si mañana me dejas que te lleve al médico... Por favor, es un trato razonable, ¿sabes lo que me va a costar no preocuparme por tí hasta mañana?" pregunté intentando llegar a un trato. Sabí que odiaba los médicos y mucho más que me preocupara por él, pero le quería demasiado, me era imposible no preocuparme por cualquier cosa que le pudiera pasar.

Escuché el trato que pretendía hacer, no quería ir al hospital, sólo quería que ella se olvidara del tema. Levanté la mano que me dolía, agradeciendo que aún no hubiera empezado a hincharse - ¿Ves? Estoy bien, no me duele - dije moviendo la mano, intentando que el dolor no se reflejara en mi rostro. - Está perfecta - dije bajando la mano. no estaba seguro de poder mantenerla en alto demasiado rato. - No necesito ir al médico - dije con confianza.

Observé como levantaba la mano, mi primer instinto fue bajársela inmediatamente, pero sabía que se pondría más cabezota aún si me empezaba a preocupar por él. "¿No puedes hacerlo por mí? Me quedaría mucho más tranquila..." le dije en tono suplicante.

Escuché su súplica, si seguí así iba a convencerme, pero iba a hacer todo lo posible por librarme del hospital - No me digas eso... Estoy bien, deberías creerme y hacerme caso... - dije, tambien poniendo mi mejor cara de súplica ante ella - Por favor... nada de médicos...

"¿Prefieres que me pase la noche preocupándome por tu mano e intentando ni tocarte?" pregunté sin quitar los pucheros de mi cara. "Sé que si estuvieras en mi lugar te pondrías mucho peor... por favor..." supliqué de nuevo

Pensé en la noche que iba a darme debido a la muñeca, no estaba seguro de que me fuera a compensar - Está bien, mañana iremos al médico - dije en tono de resignación. - Aunque me parece estúpido gastar el tiempo que vas a estar aquí en ir al médico por un golpe estúpido, sin ninguna importancia - añadí, intentando librarme hasta el último momento.

"¡Gracias, gracias,gracias!" dije tirándome a sus brazos para darle un fuerte abrazo. La verdad es que casi no me creía haberle convencido... "Sólo será un ratito... Además, no tengo que irme hasta dentro de un tiempo" dije separándome de nuevo de él para mirarle

- Ya, un ratito en el infierno, por estar mucho tiempo en el cielo junto a ti... - dije resignado, respondiendo al abrazo que ella me daba. Escuché sus palabras - ¿No vas a irte en un tiempo? - pregunté sin creermelo del todo, me había acostumbrado a las despedidas, pensar que iba a quedarse más tiempo esta vez hizo que volviera a sonreir.

Escuché lo que dijo y no pude evitar sonreir. Me puse de puntillas y le dí un beso dulce en su mejilla. "No, es lo que tiene ser amiga del jefe, le he dicho que necesito tiempo para estar aquí, donde quiero estar de verdad... Así que algún arquitectucho mediocre me sustituirá el tiempo que yo no vaya a hacer viajes" expliqué con una sonrisa en los labios. Había notado lo feliz que le había hecho al decirle esto, y sólo con verle así, yo era más que feliz

- Bueno, ese arquitectucho no lo hará tan bien como tú, pero si consiguió el título, seguro que lo hace decentemente - comente - Además, si el precio de que estés aquí es que un edificio no quede del todo bien... por mí como si le falta un pared. - Coloqué mis manos en sus caderas - Te quiero, sólo de pensar que voy a tenerte de nuevo sólo para mí... - sonreí, sin poder terminar la frase.

"La verdad es que yo con estar contigo no quiero más, como si en vez de hacer un hotel hace una presa... Yo sólo quiero disfrutar del tiempo que voy a estar aquí..." contesté con una sonrisa inundando mi cara. Pasé mis manos por si cintura hasta unirlas en su espalda, "Yo también te quiero..." contesté sin apartar la vista de su mirada, podía perderme allí durante horas...

Me quedé mirándola con una sonrisa. Acerqué mis labios a su cuello y le di un beso suave en el cuello - Qué te parece si celebramos la buena noticia en algún lugar más cómodo... - susurré junto a su oído, rozando mis labios contra su piel.

Noté su beso por mi cuello y casi me hizo perder la cabeza en el momento. No pude evitar sonreir con picardía y cerrar los ojos disfrutándolo, a pesar de que sólo fuera uno. "¿Un sitio más cómodo? ¿Qué ha pasado con tu exhibicionismo en mi ausencia?" pregunté sin perder la sonrisa. Pasé mis manos bajo su camiseta y empecé a acariciar su espalda

Sentí sus manos bajo mi camiseta y besé de nuevo su cuello - Creo que aquí no nos vería nadie... Podemos ir a algún sitio mejor - dije sacando sus manos de bajo mi camiseta - No tardaremos nada - dije agarrando su mano, y tirando suavemente de ella hacia la salida.

"Está bien..." contesté dejando que sacara mis manos fuera de su camiseta. Cogí su mano y le seguí resignada hasta la salida, "Espero que el sitio que tengas en mente merezca la pena..." comenté mientras me llevaba fuera de la gruta

- Por supuesto que la merece - contesté con un tono enigmático, sin perder la sonrisa. y salí de allí.