La Gran Fuente.

-Bueno como dice el dicho, me voy- dije mientrras desapereci en un árbol que salio de la nada.

Llegué al centro comercial para hacer algunas compras, pero preferí pararme un rato en la fuente para ver a la gente pasear. Era curioso ver como todos seguían con su vida sin tan si quiera sospechar ciertas cosas. Me quedé mirando a una chica son su hija, era enternecedor. Pronto tuve que bajar la mirada, había cosas que no me podía plantear, las dejé atrás, en mi antigüa vida...

Caminaba por el centro comercial con una bolsa en la mano, después del suceso del aceite había mirado qué más cosas esenciales faltaban para ir a comprarlas, teniendo en cuenta que la mayoría de las personas que vivían allí, no tenían que preocuparse por la comida. Vi a Alice en la fuente, me pareció extraño verla así, no porque estuviera en el centro comercial, sabía que le encantaban las compras, por eso mismo, me preocupé al verla con la mirada baja. Me acerqué a ella - Hola, preciosa. ¿Estás bien? - pregunté preocupado.

La voz de Ethan rompió la neblina que me rodeaba manteniéndome ajena al mundo. Me sobresalté un poco y volví mi mirada hacia él, cambié automáticamente el gesto. "¡Hola! ¿Cómo no voy a estar bien estando tú aquí?" contesté con una sonrisa. "¿Qué tal tú?" pregunté echándome a un lado indicándole que se sentara junto a mí

Me senté junto a ella sin estar del todo convencido - Y antes de que yo estuviera... ¿Estabas bien? - pregunté poniendo una mano en su cintura - Recuerda que ayer quedamos en que lo que te preocupaba a ti, me preocupaba a mí - le recordé, con la esperanza de que se diera cuenta de que yo ayer le había dicho lo que me pasaba, y me había costado mucho, pero lo había ello porque ella me lo había pedido.

Escuché lo que me dijo y bajé la mirada mordiendo mi labio. Era algo de lo que no me gustaba hablar, era estúpido darle vueltas, ya que no tenía solución... Aún así, tenía razón. "Yo... sólo estaba observando a esa chica con su hija..." contesté volviendo la mirada hacia ellas. Me quedé unos segundos mirándolas en silencio. "Yo nunca podré ser esa" comenté sin apartar la mirada de ellas

Escuché lo que me decía y miré a la chica con su hija. Era algo en lo que yo tambien había pensado, pero no era algo a lo que me costara renunciar, nunca se me habían dado bien los niños, yo no sería un buen padre. En cambio, ella habría sido una madre genial. La abracé, tratando de darle consuelo, pero reamente no sabía qué podía decirla para que se sintiera mejor - No pienses en ello - fue lo único que se me ocurría, hubiera deseado que nuestra burbuja nos estuviera rodeando ahora, no me gustaba verla mal.

Noté su abrazo, haciéndome salir de nuevo de mi obnubilación. Bajé la mirada e intenté esbozar una sonrisa, aunque no estaba segura del resultado. Devolví su abrazo, cerré los ojos y enterré mi cabeza en su pecho con un suspiro. Era mejor olvidarlo. "No tiene importancia. Yo sólo te necesito a tí" contesté sin levantar la mirada, aún no podía

Acaricié su espalda, no me gustaba verla mal y no poder hacer nada por ayudarla. Escuché sus palabras aún sin separarme de ella - A mí siempre me tendrás - susurré, me separé un poco de ella para poder colocar la mano en su mentón, elevando su mirada - A mí siempre me tendrás - repetí mirándola a los ojos, le si un suave beso en la frente, dejando mis labios posados sobre su piel durante unos segundos antes de volver a abrazarla.

Escuché lo que me dijo, pero no pude evitar que se formara un nudo en mi garganta. Fruncí el ceño y me llevé una de mis manos a la garganta, esforzándome por hacerlo desaparecer. Noté que me separaba de él, la mano que quedaba en su cintura intentaba aferrarse a su cuerpo, pero preferí dejarme llevar, de lo contrario me costaría más disimular. Intenté sostener su mirada de la manera más convincente posible y le dediqué una sonrisa. Agradecía sus palabras, era increíble saber que él estaría conmigo. Volví a ocultar mi cara en su pecho, "Gracias por todo" le dije con un hilo de voz

Me dolía mucho verla así, quería ayudarla, quería decirla que encontraríamos una solución, pero esta vez no veía la solución, no sabía qué podía hacer. Me limité a estrecharla más contra mí, sin saber qué decir. Miré de nuevo hacia la chica con su hija, imaginándome que era Alice, hubiera sido algo increíble, pero eso no iba a pasar. Sentí que la pena se hacía un hueco en mi pecho, quería que ella tuviera todo lo que deseara, pero no podía ser.

Noté que se quedaba callado, no podía permitir que estuviéramos mal por algo así. Esto no tenía solución, por lo tanto era una estupidez estar así por eso. Suspiré profundamente y abría los ojos. Tragué saliva para deshacer el nudo de mi garganta y me separé de él. Intenté esbozar una sonrisa, "Olvidemos el tema. Además, estoy bien" contesté intentando sonar de manera despreocupada.

Dejé de abrazarla, aunque uno de mis brazos se quedó rodeando su cintura. Me quedé mirandola, no creía que fuera cierto, pero no podía hacer nada, así que yo tambien hice como si nada pasara. - ¿A qué has venido al centro comercial? - pregunté lo primero que se me pasó por la mente, aunque era una pregunta bastante estúpida.

"Había pensado tirar un poco de tarjeta y hacer unas cuantas compras..." contesté con una ligera sonrisa. "Es que necesito ropa nueva..." añadí con tono de niña mimada.

Observé su sonrisa, no era de las mejores, pero algo es algo. - ¿Más ropa? - pregunté alzando una ceja alucinado, con toda la ropa que ella tenía en su armario, no podia creer que quisiera más, pero claro, ella era una chica y yo no entendía esas cosas... - Además, tú estás guapa con cualquier cosa - dije con una sonrisa.

Me alegraba dejar el tema de lado. Ví su expresión y sonreí, esta vez de manera más sincera. Me puse de pie y dí una vuelta sobre sí misma, cuando estuve de nuevo frente a él me paré, "Este vestido me lo compré hace 7 meses ya" contesté simulando estar ofendida, "¡He dejado de ser cool!" añadí escandalizada e intentando mantenerme seria, sin embargo, poco después eché a reir sin parar

Su sonrisa parecía más sincera esta vez. La miré mientras daba la vuelta - Tienes razón, quítatelo, no deberías llevarlo puesto ni un segundo más - dije divertido, mirándola con una sonrisa pícara.

Eché a reir al escucharle, "No sé si es el mejor momento... No quiero que todo el mundo se quede prendado de mi espectacular cuerpo..." contesté entre risas volviéndome a sentar a su lado

La escuché reir, me encantaba oirlo, y sobretodo después de lo que había pasado antes.- Tienes razón, no querríamos que eso pasara, con una persona prendada de tu cuerpo es suficiente - dije rodeando de nuevo su cintura.

Me levanté para volver a sentarme sobre él de lado y pasé mis manos por su cintura, entrelazándolas tras su espalda. "Más que suficiente..." contesté con una sonrisa

Vi que se sentaba sobre mí y me quedé mirandola con una sonrisa, coloqué la otra mano en su cuerpo, entrelazándolas en su costado - Eso espero, no gustaría tener que pelearme con nadie por poder seguir siendo el único que disfrute de tu cuerpo - solté mis manos, dejando una en la cintura, mientras que bajaba la otra hasta su pierna, dejándola allí posada.

Sonreí al escucharle, "¿Te pelearías por mí?" pregunté sorprendida. "Y si fuera un chico corpulento y grande, ¿te pelearías también?" pregunté divertida

La miré divertido - Así que te divierte la posibilidad de que pueda morir aplastado por un tío grande y corpulento... - dije negando con la cabeza - Me pelearía con quien hiciera falta si el precio de perder la pelea fuera quedarme sin ti - dije mirando sus ojos mientras el dedo índice de mi mano empezaba a hacer círculos sobre su pierna.