La Gran Fuente.

Escuché lo que dijo divertida, "Sabes que no te dejaría pelear con nadie, y menos por mí..." contesté subiendo una de mis manos para acariciar su mejilla

Escuché sus palabras - No podrías impedir que peleara por lo que más quiero. Sólo hay una cosa en mi vida por la que moriría y ahora mismo está sentada sobre mí - dije con una amplia sonrisa. Sentí sus caricias en mi mejilla, no podía evitar estremecerme ante el suave tacto de su piel.

Escuché sus palabras y mordí mi labio inferior intentando reprimir una sonrisa. Me separé un poco de él para ver sus piernas como si buscara algo, "¿Es un gatito? ¿Un perrito quizás?" bromeé intentando no echarme a reir y sin levantar la mirada de sus piernas

- ¡Qué boba eres! ¡Vuelve aquí! - dije atrayéndola de nuevo a mi lado - Me refería a... ya sabes... - dije con una sonrisa traviesa - A mi amigo - dije echando a reir descontroladamente.

Volví a juntarme a él. Escuché lo que dijo y eché a reir a carcajadas, "Eres de lo que no hay..." contesté entre carcajadas. No podía parar

Volví a poner mis manos donde estaban antes - Eres tú, que me lías - dije divertido -Yo estaba aquí, tratando de decirte algo bonito y romántico... y por tu culpa he acabado hablando de mi "amigo" - aún seguía riendo, aunque con menos fuerza que antes.

Escuché lo que dijo sin dejar de reir, hasta que unos segundos más tarde conseguí tranquilizarme, "No hay nada más bonito que el hecho de que estés aquí conmigo..." contesté con una sonrisa

Escuché sus palabras - Eso puedo hacerlo, no necesito esforzarme para eso, y no hay nada que puedas hacer para que deje de estar contigo - dije acariciando su pierna de nuevo. Subí la otra mano a su rostro y empecé a jugar con su pelo.

"Espero que no dejes de hacerlo nunca. No podría vivir en ese caso" contesté mirándole. Noté como jugaba con mi pelo y sonreí, me encantaba que enredara sus manos en mi pelo

Aparté un poco el pelo de su hombro y di un suave beso en su cuello. - Estaré aquí mientras tú quieras que esté, y cuando dejes de querer, te seguiré en la sombra... - dije con una sonrisa - Aunque me resultará difícil conseguir que no te des cuenta, tendré que poner todo mi empeño - bromeé mientras mi mano seguía enredándose con su pelo.

Ladeé la cabeza disfrutando de su beso, cerrando los ojos para concentrarme sólo en él. "La verdad es que eres poco silencioso..." bromeé aún con los ojos cerrados. "De todos modos, no tienes por qué preocuparte de eso, no te pediré que te alejes nunca de mí..." contesté con una sonrisa

Me quedé mirando su rostro, con los ojos cerrados y aquella sonrisa que tan feliz me hacía. Posé el dedo índice sobre su nariz, en un gesto dulce e infantil - Más te vale, porque como has podido comprobar, lo de ir en silencio y sin sufrir caídas, no es lo mío - dije con una mezcla de vergüenza y diversión.

Noté su dedo en mi nariz y abrí los ojos para mirarle de nuevo, "Sí, creo que de algo me he percatado..." contesté divertida. "Así que tú tampoco podrías alejarte de mí, me necesitas para que te coja antes de que caigas al suelo..." bromeé entre risas

- No necesito que me ayudes a levantarme, eso sé hacerlo yo solo - dije sin poder evitar que mi orgullo saliera a relucir, aunque sin perder la sonrisa.

Eché a reir al ver su actitud orgullosa. Pasé la mano por su chaqueta, como si se la colocara, "Tranquilo, señor perfecto. No volveré a librarte de una caída..." contesté con una sonrisa

La miré con una sonrisa - Más te vale, estoy perdiendo todo mi orgullo masculino gracias a ti, a tu perfección en todos los aspectos - dije posando de nuevo mis manos en su cintura.

"Lo siento..." contesté haciendo pucheros. "No volveré a cogerte nunca más" añadí con la misma expresión. Torné mi expresión a otra más pícara y pasé mi dedo índice por su brazo, siguiendo el camino que hacía con mi mirada, "Aunque a mí me pareces muy masculino..."

Rodé los ojos cuando vi que hacía pucheros. Sentí su dedo recorriendo mi brazo y desvié la mirada hacia lo que ella estaba haciendo - ¿Ah, sí? - pregunté divertido - Cuando quieras te demuestro lo masculino que puedo llegar a ser... - dije en tono sensual.

Llegué al centro comercial de Port Angeles. Ví que Alice y Ethan se encontraban en la gran fuente del lugar, así que me dirijí hacia ellos.¿Arrasando con las tiendas no? bromeé

"¿Puedes serlo más de lo que ya lo eres?" pregunté divertida, "Uff, creo que mi cuerpo no podría soportarlo..." añadí abanicándome con la mano como si estuviera acalorada. Ví llegar a Eleazar y le miré aún riéndome por las bromas de Ethan, "¡Qué va! Me lo han prohibido" bromeé entre risas

Escuché lo que decía sin perder la sonrisa - Cuando quieras lo compruebas - bromeé. Vi llegar a Eleazar y le saludé con un gesto, escuché lo que Alice decía - No la creas, yo no la he prohibido nada, sólo he dicho que no creía que la hiciera falta - dije sonriendo.

Por experiencia sé que a una mujer siempre le hace falta más ropa. contesté echando a reir

Escuché a Ethan, "¡Soy una chica, nunca tendré suficiente ropa!" contesté haciéndome la ofendida, sin embargo pronto eché a reir de nuevo

Lo que yo decía... contesté echándome a reir de nuevo

- Entiendo, la próxima vez dejaré que derroches el dinero en las tiendas.. - dije encogiendome de hombros.