El Parque ...

*Vi la cara de Leonor y le sonrio a Ethan y dij agachada+


Adios Ethan cuidate-dije sonriedole al igual que ella mire a Alex y dije-Nos vamos a Bella Italia u restaurante.

Llego al parque, me subo a un columpio, esta vez no me entran ganas de derribarlo.

-No esta vez... Le dije a Tanya, no me sentia de humor. -Donde has estado?

Note la tristeza de Tanya -Que ocurre? Sabes que puedes decirmelo! Le dije al fin.

-Tanya no te estoy entendiendo, calmate. Me comenzaba a sentir inquieta. -Calmate y dime que paso

-Justin no me da buena espina, he sentido sus emociones... Ya no te preocupes por el... Fue lo que le dije a Tanya cuando pude calmarme. -Sabotear la boda dices? Que rayos piensa ese tipo?

-Bueno cuando nos dio la noticia a Cody y a mi se veia muy alegre, nunca se me hubiera pasado por la cabeza que no estuviera convencida. Su estado animico no miente. Tienes razon, eso de para siempre da algo de miedo... No estaba segura si algun dia me iba a comprometer con alguien y menos de esa forma... -Dos vampiros deben amarse demasiado para estar juntos por toda la eternidad...

-Tienes razon, solo espero que esto no termine mal. Me quede pensativa, yo no sabria que hacer en una situacion asi...

Llegué al parque siguiendo la sombra de los árboles, hacía buen día por lo que tendría que tener cuidado. Me senté finalmente con cuidado bajo uno mientras escuchaba la música de iPod. Cerré los ojos y me dejé evadir de la realidad apoyando las palmas de mis manos en el suelo, dejando que estas soportaran gran parte de mi propio peso

Caminé por el parque disfrutando de uno de los pocos días de sol de la zona. Bajo uno de los árboles reconocí la silueta de Alice, me acerqué y me senté frente a ella, en la zona en la que daba el sol. Me quedé mirandola con una sonrisa, parecía totalmente abstraída, su rostro expresaba una calma total. No quería interrumpir eso, apoyé el mentón sobre mis rodillas, dobladas hacia el pecho, totalmente en silencio.

Escuché bajo el sonido de los cascos del reproductor que hay alguien se acercaba a mí. Inspiré profundamente de manera despreocupada intentando averiguar de quien se trataba y una amplia sonrisa se dibujó en mi cara al saber que era Ethan. Levanté una de mis manos para saludarle moviendo los dedos de esta aún con los ojos cerrados y con la mirada dirigida al árbol que tenía sobre mí

Observé su sonrisa, esperaba que se debiera a que me había reconocido. Seguí la trayectoria de su mano, la agarré antes de que volviera a su posición original y le di un suave beso en el dorso. Dejé la mano suelta en un lento movimiento. Volví a colocarme en la misma posición de antes, con un sonrisa estúpida en el rostro. Recorrí con la mirada las líneas de su cuello, ella me dejaba totalmente embobado.

Noté como besaba mi mano y mi sonrisa se hizo aún más prominenete. Volví a apoyarla en el suelo cuando la soltó y lentamente abrí un ojo para mirarle divertida. Me incorporé hasta quedar bien sentada, apagué el iPod y lo guardé el bolso que había tras de mí. Volví a mirarle y tras unos segundos perdida en su mirada conseguí que mis labios se abrieran para dejarme hablar, "¿Cómo tú por aquí?"

Permanecí en silencio mientras ella guardaba su Ipod. Cuando al fin me miró, me quedé mirando sus ojos, tan bonitos, perfectos, como todo en ella. Escuché su pregunta - He venido a convertirme en el hombre más afortunado del mundo, al poder contemplar tu belleza - contesté mientras acercaba mi mano a su mejilla, para acariciar su suave rostro. Jamás iba a cansarme de mirarla, podría pasar horas sólo contemplándola.

Alargué mi brazo para acercarme a él, pero me dí cuenta de que él no estaba bajo la sombra, sino que el sol bañaba su pelo y su piel, dejando a mis ojos una imágen en la que él era más perfecto de lo que era, si eso era posible... Volví a recoger mi brazo y me limité a acercarme al borde de la sombra lo más que pude, podría haberle pedido que se acercara, pero quería memorizar su imagen en mi cabeza, cada detalle, cada destello...

Vi su gesto, el hecho de que retirara la mano me recordó lo que pasaba cuando salía al sol. Miré alrededor para comprobar que no había nadie cerca que pudiera ver lo que iba a hacer. Agarré su mano, y la acerqué hacia mí, exponiendola a sol, sólo hasta la muñeca, acaricié con la yema de los dedos su piel, que ahora brillaba soltando destellos. Me quedé mirando su mano, maravillándome con su aspecto.

Me sobresalté cuando expuso mi mano al sol. Mi primera rección fue apartarla rápidamente, pero intenté controlarme, sabía que él no haría nunca nada que pudiera ponerme en peligro. Miré a mi alrededor cerciorándome de que no había nadie con nosotros y dirigí de nuevo mi mirada a él con una espresión más relajada, comenzando a recuperar mi sonrisa habitual cuando estaba con él.

Levanté la mirada de nuevo hacia ella. Solté su mano, dejándola de nuevo en la sombra, no sabía si ella se sentía cómoda con ello y tampoco quería exponerla a un peligro innecesario. Me incliné sobre ella para besarla, poniendome de rodillas frente a ella, le di un beso largo y dulce - Te quiero - dije con una sonrisa, me senté junto a ella en la sombra, para que ella no tuviera que preocuparse por el sol.