Habitaciones.

- No sé, tú llevas 200 años con este cuerpo, sabrás usarle mejor que yo - contesté. No pude evitar que mis ojos se desviaran para mirar su cuerpo.

"¿Te estás haciendo el duro conmigo?" pregunté divertida. Cogí sus manos e hice que rodeara mi cintura por debajo de mi camiseta.

- ¿Yo? ¿Hacerme el duro? ¿Cómo se te ocurre? - pregunté divertido mientras rodeaba su cintura.

"Qué cosas tengo..." contesté mientras acercaba mis labios a su cuello, recorriéndolo minuciosamente dejando escapar pequeños mordiscos de vez en cuando

- ¿Tienes hambre? - pregunté divertido al sentir sus mordiscos, era difícil resistirse, pero iba a luchar hasta el final.

"No sabes cuanta..." contesté mientras subía su camiseta dejando ver su increíble cuerpo. "Estoy hambrienta..." dije antes de comenzar a bajar mis besos hasta su pecho

Me quité la camiseta, quería disfrutar de esto sin ningún impedimento - ¿Pero qué tipo de hambre? - dije finjiendo miedo, como si no me quedara claro de lo que esaba hablando.

Reí ligeramente al escucharle. Me incorporé y me quité la camiseta. "¿Te queda más claro ahora?" pregunté sin acercarme aún

Me quedé mirando su cuerpo sin camiseta, era realmente perfecto - Bastante más claro - dije incorporándome para poder besarla.

Sonreí al escuchar sus palabras y le besé pasando mis manos por su cintura para estrecharle contr mí.

Aumenté la velocidad de mis besos, podría pasarme cada segundo de mi vida besando sus labios, acariciando su cuerpo, aunque supongo que ella esperaba de mí algo de conversación tambien. Solté una risita, no sabía si se había oído, aunque no me importaba. Bajé mis manos hasta su trasero, pegando mi cuerpo al suyo.

Aumenté el ritmo de mis besos acompasándolos a los suyos. No me explicaba como aún seguía sorprendiéndome la dulzura de sus labios... Paseé mis manos por sus costados y las subí hasta su pelo lentamente.

Sentir sus manos recorriendo mi cuerpo era una de las mejores sensaciones que había sentido. Noté que mi corazón latía a mayor velocidad, como siempre que estaba con ella. Subí mis manos por su espalda, acariciandola con suavidad.

Bajé mis besos por su cuello y sonreí al escuchar como se aceleraba su corazón. Podía sentirlo golpeando con fuerza su pecho, me hacía perder completamente la razón... Mis dedos se entrelazaban en su pelo mientras una de mis manos recorría delicadamente su cuerpo

Sentí sus besos por mi cuello, suspiré. Era increible. Subí mis manos por sus costados, me eché hacia atrás poco a poco para tumbarme en la cama, arrastrándola a ella conmigo - Me encantas - dije con una amplia sonrisa.

Escuché sus palabras y me sorprendí, hacía tiempo que no me decía eso... Esas palabras eran de "nuestros comienzos"... "Y tú a mí". Bajé los besos por su pecho siguiendo las líneas de su cuerpo mientras mis manos volvían a pasear por sus costados

Miré hacia el techo, disfrutando de aquél placer. Dejé mis manos acariciando su pelo - Reza porque no venga nadie, porque no voy a dejarte parar - dije mientras jugaba con mechones de sus pelo.

"Si vienen que miren, yo ya no paro..." bromeé. Seguí bajando mis besos por su tripa hasta llegar al borde de su pantalón.

Sonreí cuando escuché su respuesta, sentí cómo sus besos se acercaban peligrosamente a mi pantalón. Dejé escapar un gemido, sus besos me volvían loco.

Escuchar su gemido porvocó que tuviera un deseo irrfrenable de besar sus labios. MI respiración empezaba a agitarse mientras que mis manos acariciaban su pecho

Tiré de ella hacia arriba para besarla, giré para quedar sobre ella sin romper el beso. bajé mi mano por su cuerpo hasta llegar a sus pantalones, se los desaté. Mis besos descendieron por su cuerpo a medida que mis manos deslizaban sus pantalones. Cuando terminé de quitarselo, volví a subir a besar sus labios.

Notar sus besos bajando por mi cuerpo era de lo más excitante. Mi respiración estaba totalmente descontrolada, y un gemido salió de entre mis labios al notar como buscaba el botón de mi pantalón. Besé sus labios de nuevo apasionadamente mientras mis manos lo estrechaban contra mí acortando la poca distancia que había entre nosotros

Sus labios eran tan dulces... Aspiré el sabor de su aliento dentro de mi boca. Mientras mis manos recorrían su cuerpo una y otra vez.

Bajé de nuevo mis besos por su pechoo mientras mis manos buscaban el borde de su pantalón. Los desabroché y se los quité aceleradamente volviendo a besar su cuerpo rápidamente

La ayudé a que me quitara los pantalones. Busqué sus labios para besarlos con pasión.Mis manos se deslizaban por su cuerpo, cada curva era un buen sitio donde detenerse, pero mis manos no querían dejar de recorrer aquella escultura perfecta.