Callejón Oscuro.

"¿Ahora? ¿Quieres que todo el mundo me vea en ropa interior?" pregunté

- Aquí no hay nadie, y creo que está lo suficientemente oscuro como para ocultarte si alguien viene - dije intentando convencerla - Aunque si no te atreves, lo entiendo - esperaba que si la picaba, lo hiciera.

Odiaba esa frase... "Si no te atreves lo entiendo..." repetí con tono burlón en mi cabeza. Suspiré y me quité la camiseta, "Pensándolo bien, quizá venga otro chico guapo y se una a nuestro juego..." contesté despreocupada, quizá así evito quitarme los pantalones...

Me quedé anonadado mirando su cuerpo, hasta que oí lo que dijo, fruncí el ceño durante un segundo, aunque luego caí en la cuenta de que lo que estaba haciendo era intentar picarme, y yo no iba a caer esta vez - Estaría bien, cuantas más opiniones mejor...

Creo que me ha pillado... espero que me haya pillado, porque si no esa contestación no hubiera sido la ideal... Bueno, tenía dos opciones, o quitarme los pantalones o echarme atrás y estar toda la noche escuchando a Ethan echarmelo en cara... En cuanto leí mis dos opciones en mi mente supe la respuesta que prefería... Miré hacia los lados insegura, desabroché mis pantalones y comencé a bajarlos poco a poco.

Me quedé mirando cómo se desnudaba, con una amplia sonrisa. Oí un ruido, miré hacia el lugar de dónde provenía, y por supuesto, no vi nada ¿Eran pasos? ¿Habría alguien? Me tensé, no quería que nadie la viera, su cuerpo era sólo para mí. Me puse de pie, rápidamente, volví a atarla el pantalón y apreté su cuerpo contra el mío, ocultandolo de la vista de cualquiera. Miré de nuevo hacia los ruidos y vi aparecer a un gato ¿Un gato? Había hecho el ridículo, ahora tendría que aguantar sus vaciles.

Ví su reacción. Al principio me quedé extrañada, hacía dos segundos estaba más que decidido a que lo hiciera. Dirigí la mirada hacia donde lo hacía él y logré ver a un gato en la oscuridad. Entendí entonces que se asustó al escuchar ruido... Sonreí, pero no era una sonrisa divertida, para mí su reacción había sido como si me hubiera dicho el mejor de sus piropos... "Me alegra saber que verdaderamente no te da igual quien pueda verme así..." dije sin quitar la sonrisa

Me sorprendió su reacción, al menos no había aprovechado la situación para reirse de mí - ¿De verdad pensabas que iba a dejar que cualquiera te vea en ropa interior? - pregunté enarcando una ceja - Si por mi fuera te encerraría en una habitación y guardaría la llave, para que sólo yo pudiera disfrutar de tu presencia. - dije mirandola a los ojos, esos ojos que me volvían loco, habían recuperado su color, ya no existía ningún matiz rojo en ellos, volvían a ser sus ojos, los que me habían enamorado.

Sonreí al escuchar sus palabras y subí la mirada para verle. Noté que me miraba a los ojos y supuse que habrían dejado ya el tono rojizo... No supe que decir, simplemente me perdí en sus ojos, los que hacía días que no me miraban, los que tanto había echado de menos...

Me quedé mirandola, ella estaba callada, no hacían falta palabras. Cogí sus manos y empecé a acariciarlas suavemente, sin dejar de mirar sus ojos. Era increible volver a estar así, hace unos días esto me parecía imposible, lo había pasado muy mal pensando que ella iba a alejarse de mí, pero lo habíamos superado, y volvíamos a estar bien.

Su manera de mirarme era increíble, parecía llegar al fondo de mi mente... Era imposible dejar de mirar sus ojos, una vez que te perdía en ellos era imposible encontrar el camino de vuelta, de hecho no quería encontrarlo... "Eres increíble"

Sus palabras me sorpredieron, sonreí - No tanto como tú - le di un suave beso en los labios - No sabes cuánto te quiero - dije antes de abazarla con fuerza. Meses antes no habría imaginado estar así con alguien, pero ella era especial, muy especial, y yo no podía creerme la suerte que había tenido.

"Ni te imaginas cuanto te quiero yo a tí, lo haría todo por tí..." contesté sincera apoyando mi cabeza en su pecho cuando me abrazó

Empecé a acariciar su pelo, era suave y sedoso, bajé mi mano por su espalda, aún seguía desnuda. Busqué su camiseta, quizá se sentiría más cómoda con ella puesta, la recogí del pelo y ayudé a que se la pusiera, después volví a abrazarla.

Ví como recogía mi camiseta y me ayudaba a ponérmela. Le sonreí agradecida cuando me la puso y volví a esconder mi rostro en su pecho

Me senté en el suelo, apoyándo mi espalda contra la fría pared del callejón, la senté sobre mí, agarrándola como si de un bebé se tratara - Esto es genial - dije apoyando su cabeza de nuevo en mi pecho, acariciando su pelo.

Sonreí por lo que dijo, para mí era perfecto, pero dudaba que él estuviera cómodo allí, "Claro, estar sentado sobre un húmedo suelo y apoyado en una fría pared es lo mejor del mundo..." contesté en tono irónico pero divertida

Sonreí - Ciertamente el lugar no es el más cómodo del mundo, pero lo importante es la compañía - No quise hablar del frío, porque si sumábamos el frío de la noche a la temperatura de su cuerpo, era probable que acabara con una hipotermia, pero no importaba, a mí no.

Sonreí por lo que dijo. Escuché llegar a alguien e instintivamente miré hacia la oscuridad del callejón. Inhalé el ambiente para captar la esencia del individuo. La reconocí rápidamente, era Seraphine. Me extrañó que llegara tan silenciosamente, pero permanecí callada esperando a que nos hablara

Vi cómo Alice miraba hacia un lado del callejón, seguí su mirada, pero no vi nada. Volví a mirarla a ella, acariciando su espalda.

Oí una voz en la oscuridad - ¿Hola? - saludé desconfiado, no podía ver a la persona que hablaba, podía ser cualquiera.

Ví como Ethan emepzaba a asustarse. "Hola, ¿Estás más calmada ya Seraphine? Saliste muy rápido de aquí con Jack..." dije divertida haciendo énfasis en el hecho de que se fuera con Jack. Escuché su pregunta, "No, yo no la he visto..."