Calle Principal

Empecé a besar su cuello, paseando mi lengua por él - Es mejor que me esfuerce en limpiarte - contesté divertido mientras seguía con lo mío. Noté que su respiración se aceleraba y sonreí, me encantaba conseguir eso con apenas un roce.

¿Cómo podía acabar con mis defensas en tan poco tiempo? No podía creer que con un sólo roce consiguiera tenerme sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo... aunque la verdad es que no encontraba ninguna manera para querer evitarlo... "Sí, será mejor..." contesté sin apenas darme cuenta de que mis labios hablaban.

Escuché sus palabras, me encantaba que se dejara a llevar tanto. Mordí su cuello con suavidad, y después el lóbulo de su oreja - Creo que esto ya está, ¿Hay alguna otra mancha de la que deba ocuparme? - pregunté con sensualidad.

"Tú me ves mejor... ¿Tengo alguna mancha más?" pregunté mordiendo mi labio inferior, deseando que la respuesta fuera "sí"

Quité una mano de su trasero para rozar su cuello con el dedo índice - Déjame que eche un vistazo - dije lanzando miradas lascivas a su cuerpo - Creo que por aquí tienes una... - dije rozando el escote que su camiseta dejaba a la vista - Pero no sé si...

Noté como rozaba mi escote y no pude evitar que un leve jadeo escapara de entre mis labios. "¿No sé sí...?" pregunté intentando mantener la calma, aunque me resultaba imposible al notar como me repasaba de arriba a abajo

- No sé si querrás que me ocupe de ella - contesté mientras volvía a rozar mis labios con su cuello, el escote era una zona más peligrosa, no sabía si ella estaría de acuerdo con eso.

Miré a mi alrededor. La calle no estaba muy concurrida, pero había gente... Aún así me moría de ganas... "Es que no quiero ir manchada..." contesté añgo insegura por lo que fuese a hacer

Escuché su respuesta y bajé mis besos por su escote, volviendo a poner ambas manos en su trasero. Repetí los movimientos que había hecho en su cuello, pero esta vez bordeando su ropa.

Sus besos por mi escote me excitaron de manera increíble. "Me vuelves loca..." susurré levantando la cara levemente para dejarle mayor libertad. No sabía cómo éramos capaces de olvidarnos de todo, pero me encantaban sus juegos arriesgados...

- Y tú a mí - contesté sin perder la concentración en lo que estaba haciendo. Quité una de mis manos de su trasero, subiendola por su cuerpo hasta llegar a su pecho, de verdad me volvía loco.

Noté su mano subir hasta mi pecho y perdí el control, dejando escapar un gemido de entre mis labios. Cogí su rostro bucando sus labios de manera desesperada

Escuché su gemido, iba a continuar con mi recorrido cuando sus manos me apartaron de allí. Besé sus labios como ella me pedía, dejandome llevar por la pasión que sentía en ese momento, mi mano volvió a su trasero, apretándola contra mí.

Pasé mis manos hasta su espalda, hundiendo mis dedos en ella, apretándole fuertemente contra mí. Mordí su labio inferior de manera lenta entre beso y beso, recreándome en el mordisco.

Sentí su mordisco, me encantaba. Seguí besandola sin compasión, saboreando cada centímetro de sus labios, cada recoveco de su boca.

Separé escasos centímetros mis labios de los suyos, "Nos va el riesgo, ¿no?" dije con una sonrisa antes de volver de nuevo a sus labios

Me separé lo justo para hablar - A mí me vas tú, a mí el resto no me importa - contesté antes de besarla de nuevo.

Devolví su beso con pasión, aún más al escuchar sus palabras. Bajé mis manos hasta su trasero y lo agarré con fuerza, acercándole a mí de manera que no quedara ni un sólo milímetro de su piel que no tocara la mía

Noté sus manos en mi tasero y dejé de besarla para mirarla con una sonrisa pícara. Subí una de mis manos a su rotro, volví a besarla intensamente.

Devolví su sonrisa con la misma picardía durante unos segundos antes de besar de nuevo sus labios de la misma manera que antes, como si no hubiera dejado de hacerlo ni un segundo

Bajé la mano de su rostro de nuevo a su pecho, mientras la besaba. Entonces recordé dónde estábamos y aparté la mano de nuevo, subí ambas a su cintura, tratando de controlarme, aunque mis besos seguían completamente acelerados.

Noté como apartaba su mano, debíamos controlarnos, estábamos en mitad de la calle. Subí también mis manos hasta su espalda, apartándolas de donde estaban, para no poner las cosas más difíciles

Me separé de ella con una sonrisa - Es difícil controlarse teniendote delante - comenté con una amplia sonrisa, mientras subía una de mis manos para enredarla con su pelo.

Acaricié de manera lenta su espalda, eso siempre me ayudaba a calmarme. "Es muy difícil controlarnos estando juntos..." le corregí con una amplia sonrisa

- Sí, lo sé - contesté con una sonrisa. La abracé contra mí - Creo que tendremos que conformarnos con esto... - dije acariciando su pelo.