Sala de ordenadores

Eché reir al escucharle. "Trato hecho..." contesté divertida. No iba a darle más vueltas, y menos ahora... Tenía otra cosa en mente... Acerqué mis labios a su cuello y empecé a recorrerlo con suavidad, notando su elevada temperatura en mis labios fríos

Sonreí al ver que no le daba mucha importancia. Me estremecí al sentir sus labios por mi cuello - Jamás pensé que iba a hacer esto en la sala de ordenadores - dije divertido mientras subía mis manos por su espalda.

"¿Quieres que pare?" susurré junto a su oído. Esperaba que me dijera que no, me iba a costar mucho alejarme en este momento...

- Sí, creo que es lo mejor - dije poniendo las manos en su tripa y separándola un poco de mí.

Suspiré cuando me pidió que parara, apreté mis labios y haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad me separé de él. "Tienes razón, no es el sitio más indicado..." dije quitándome de encima de él con cuidado

- ¿Estás loca? - pregunté volviendo a sentarla sobre mí - ¿Cómo se te ocurre que pueda querer que pare? - pregunté pegando su cuerpo al mío. Acerqué mis labios a su oído - Querría que siguieras aunque estuvieramos en medio de la calle - susurré.

Sonreí al escuchar lo que dijo y al ver que me sentaba sobre él de nuevo. "No juegues con mis sentimientos de esa manera..." contesté con una sonrisa

- Lo siento, no volveré a hacerlo - dije volviendo a besarla con avidez.

Le devolví el beso de manera intensa mientras cogía su rostro. Todo mi cuerpo le deseaba... Cogí sus manos y las pasé por mi cintura posándolas sobre mi trasero. "Tus manos están mejor ahí, ¿no crees?" dije antes de volver a besarle.

Sonreí al ver cómo llevaba mis manos hasta su trasero - Mucho mejor - respondí entre besos. No me esperaba que hiciera algo así, pero me gustó.

Volví a llevar mis manos a su pecho, posándoles por debajo de su camiseta, dejando su cuerpo a la vista. Le besé de nuevo con muchas ansias, jugueteando con sus labios

Me quité la camiseta, tenía prisa, no quería que nos interrupieran de nuevo en el mejor momento.

Ví como se quitaba la camiseta y sonreí de manera pícara. Me quité mi camiseta, la tiré al suelo y volví a besar sus labios de manera desesperada mientras mis manos buscaban el botón de su pantalón

Sonreí al comprobar que ella tenía tantas ganas como yo. Disfruté unos segundos de las vistas antes de volver a besarla. Subí mis manos por su espalda para desatar el sujetador.

Noté como buscaba el enganche de mi sujetador, eso hizo que me acelerase más al desabrochar sus pantalones. Mientras tanto mis besos aumentaban la intensidad intercalándose con pequeños mordiscos en su labio inferior.

Me estaba volviendo loco con sus besos. Y notar que buscaba desatarme los pantalones aún más. Le quité el sujetador y lo lancé por ahí. Bajé mis besos a su escote, me puse de pie, agarrandola del trasero, y la llevé hasta la mesa más cercana, tirando al suelo unos libros que había encima.

Noté como me ponía sobre una mesa, la manera en la que lo hizo me excitó al máximo. Terminé de bajar sus pantalones con mi pies mientras que mis manos lo apretaban contra mí. Me estaba volviendo loca...

Le quité la ropa interior, no me hacía falta nada más. Me quité la ropa interior yo tambien. La besé con pasión en los labios, necesitaba tenerla ya. Entré dentro de ella mientras mis manos recorrían su espalda.

Le ayudé a quitarme la ropa interior, le necesitaba ya. Un gemido se ahogó en mi boca al notarle dentro de mí, mientras que mis manos recorrían su cuerpo de manera desesperada.

Bajé mis manos hasta sus piernas, acariciando sus muslos. Mis labios la besaban con desesperación, necesitaba saborear sus labios.

Notar sus manos en mis muslos hacía que le deseara más, haciendo que le estrechara contra mí más fuertemente. Bajé mis besos por su cuello, saboreando cada milimetro de su piel y recreándome en su hombro, su clvícula...

Levante la cabeza al sentir sus besos, un gemido se escapó de mi boca. Podía sentir cómo mi pecho subía y bajaba con cada respiración.

Escuché su gemido y tuve que respirar hondo para no terminar de perder el contacto con la realidad, me estaba volviendo loca. Verle disfrutar así era increíble. Volví a subir mis besos por su cuello y mordí de manera sensual el lóbulo de su oreja.

Me estaba volviendo loco, cada uno de sus besos me excitaba aún más, y el mordisco hizo que perdiera la razón del todo. Mis movimientos aumentaron de velocidad.

Noté como aumentaba la velocidad e instintivamente mordí mi labio inferior para no hacer demasiado ruido, aunque no lo pareciera estábamos en un sitio público, pero era muy difícil controlarse...