Chaotic School Trip!

Bueno, el aburrimiento vuelve a hacer mella en mi... xD
Asique he decidido colgar un fic al que le tengo mucho cariño, básicamente, porque está escrito entre un grupo de amigas, que nos conocimos en un foro (entre ellas, Shauna y Alexandra) está, más o menos, basado en nosotrass, nuestra actitud y físico, aunque hay cosas que varían bastante.... (al menos en mi personaje xD). Pues eso, es un fic compartido, puesto que lo hemos escrito en conjunto.
Es un fic bastante largo, asique iré colgando regularmente, al menos lo intentaré xD.
Este no es tan triste como los otros que he colgado, tiene de todo, drama, risa,...



Introducción: En un viaje de estudios escolar acuden dos escuelas de distintas localidades que compenetran gracias a la distribución de habitaciones. Pero por culpa de una avería deberán quedarse más de lo que pensaban en ese pueblo de Inglaterra.
Instituto de Madrid: Mina, Ani, Pili, Neko, Isa, Raúl,Christian, Daniel, Ángel y Alex.
Instituto de Lleida: Tamara, Alba, Elena, Aina, David, Kirian, Marcos, Sora.



El nerviosismo de Aina iba en aumento mientras se adentraba a ese edificio de paredes blancas junto a Tamara, como siempre las dos llegaban tarde. Pronto vislumbraron a un nombroso grupo de gente reunidos alrededor de una mujer joven de pelo castaño y liso.
- Tamy corre que no llegamos- dijo con los nervios de punta
- Tranquila Aina, no te estreses- le contestó entre risas.
La cogió por el brazo y tiró de ella para que la siguiera a su ritmo. Su hermana se quejó pero no tuvo otro remedio que seguirla.
Tamara tenía el pelo rizado y castaño oscuro por la altura de los hombros.
Sus ojos verdes resaltaban en su tez especialmente bronceada y estaban enmarcados por unas gafas rosas cuadradas.
Su altura rondaba por el metro sesenta y ocho sesenta y nueve y su figura era estilizada.
Tenía un carácter fuerte, mucho carisma y mal humor temporáneo. Pero al conocerla se asomaba una persona divertida y entusiasta que reía por nada y se apuntaba a todas las fiestas.
Era muy sensible y lloraba con facilidad, llenado sus ojos esmeralda con lágrimas que al desbordarse caían por sus mejillas sonrojadas.
Era enamoradiza, muy enamoradiza y le gustaba vestir a su aire, sin seguir ninguna regla.
Mientras que Aina era una muchacha castaña con el pelo largísimo y rizado en pequeños y rebeldes bucles. Sus ojos marrón café eran grandes y sus pómulos marcados.
Era alta, medía un metro setenta, y con curvas. Su piel era blanca a pesar de las horas que se pasaba al sol.
Era una persona alegre pero centrada en sus estudios.
Era bastante locuaz a pesar de que muchas veces sus palabras carecían de contenido pues la persona con la que conversaba no era de confianza.
Era algo solitaria y, a pesar de que le encantaba estar con amigas, necesitaba sus momentos a solas para reflexionar o simplemente desfogarse.
Era autoexigente y siempre se guardaba sus sentimientos para ella de forma que a pesar de parecer alegre podía estar destrozada interiormente, cosa que su hermana siempre le recriminaba.
Su estilo de vestir era una mezcla entre la moda marcada y su propio gusto. Siempre solía llevar un accesorio negro en su vestimenta y sus inseparables converse.
Le encantaba bailar, leer y dibujar y eran sus vías de desfogo habituales.
Realmente solo parecían gemelas por sus físicos, pues en carácter eran bastante distintas.
Finalmente llegaron al grupo sudorosas y se dejaron caer junto a sus maletas.
Alba, su prima, las fue a saludar saltarina, alegre de encontrarse junto a ellas.
- Por fin llegáis- les dijo socarrona obteniendo como respuesta un gruñido de parte de Aina.

Alba tenía el pelo castaño claro, liso y por la altura de los hombros, pero recientemente se lo había teñido de un negro azabache que resaltaba en su cara aún marcada por los rasgos de la infancia. Llevaba un flequillo que le tapaba parcialmente el rostro.
Sus ojos eran el rasgo que más llamaba la atención de su rostro blanquecino, pues eran uno de cada color: uno verde oscuro y el otro marrón chocolate.
Medía un metro setenta aproximadamente y tenía una constitución delgada.
Su humor variaba según el día, pero con su familia siempre denotaba un marcado mal carácter.
Era una persona sarcástica y alegre cuando la conocías a pesar de que a primera vista parecía lo contrario.
Su estilo de vestir era algo tenebroso. Sus ropajes eran negros siempre y solía maquillarse del mismo color, de forma que añadiendo el pelo, recién teñido, no se la veía en la noche.
A pesar de todo era muy simpática y una persona de confianza.
Era algo asustadiza cosa que contrastaba con su estilo. Nunca se separaba de su amiga del alma: Elena.
- ¿Cuánta gente, no?- dijo Tamara mirando sorprendida a su alrededor.
- Hay mucha gente del instituto de Madrid.
- ¿Madrid?- dijo Tamara con los ojos muy abiertos- Todos merengues fijo- escupió.

Tamy era del Barça a matar, al igual que su hermana y prima, pero era la menos tolerante con los fans del Espanyol y los del Real Madrid.
A Aina se le escapó una risita por la que recibió una furiosa mirada de su hermana.
- Tamy, porque sean del Madrid no te contagiarán ningún virus- dijo riendo a mandíbula batiente.

Alba miraba la escena divertida, cambiando el peso de una pierna a la otra mientras esperaba que sus familiares pararan esa discusión absurda y centraran su atención en ella.

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No muy lejos de allí había otro grupo de muchachas que hablaban entre risas.
-Ni os imagináis lo que me costó convencer a Isa -dijo Ani riendo.
Todas asintieron sonrientes mientras la susodicha se cruzaba de brazos poniendo cara de enfado tratando de contener una carcajada.
-Tuve que amenazarla con dejarla con esas falsas de B, no sabéis la cara que puso -Isa pareció recordarlo pues se formó un mohín en su rostro y sus mejillas tomaron un tono rojizo. -Pero estoy segura de que este viaje le irá genial para perder la timidez.
Ani era bajita y muy delgada con el pelo largo y chocolate con un flequillo peinado de lado.
Recientemente se había hecho unas mechas azules como reflejos que llamaban la atención en su melena.
Sus ojos eran marrones y se veían grandes en su cara bruna, pero no en exceso.
Tenía la cara ligeramente alargada, con los pómulos poco marcados y el mentón pequeño.
Tenía mucho genio y era bastante cabezota. A pesar de eso le costaba enfadarse, pero cuando lo hacía nadie quería ser la persona causante.
Cuando la conocías era una persona alegre y extremamente cariñosa y entusiasta a la que le encantaba organizar fiestas y otras movidas.
Era algo alocada pero era una amiga de confianza que destacaba por sus buenos consejos.
Su estilo era parecido al de Alba, casi siempre vestía de negro y su maquillaje era oscuro.
Era una persona a la que tampoco le gustaban los grupos de populares y muchas veces prefería estar sola.
Tenía un afecto maternal por sus amigas más cercanas, sobretodo por Isa, su amiga del alma.
Isa tenía el pelo castaño claro y liso, cortado por la altura de los hombros. Tenía los ojos grandes y marrones averdados que contrastaban con su tez pálida. No era muy alta, no llegaba al metro sesenta y cinco y vestía con colores claros y con discreción. No le gustaba llamar demasiado la atención, prefería mantenerse apartada de los grupitos de chicas populares. Las consideraba absurdamente superficiales y falsas, cosa que la irritaba demasiado.
Era muy tozuda y algo cortante y se enfadaba con facilidad. Le era difícil confiar en la gente y cuando hablaba con una persona desconocida sus palabras estaban vacías de emoción.
Pero cuando la conocías era una persona simpática, cariñosa y bastante sobreprotectora, sobretodo con Ani.
Era estudiosa y centrada, y amaba la lectura.
Le encantaba quedarse horas y horas, inmersa en historias especialmente de temática romántica.
Al lado de Ani estaba Neko, riéndose a mandíbula batiente por el color recién adquirido de las mejillas de Isa.
Neko era una muchacha de la clase de Ani e Isa. Nadie sabía cual era su nombre, excepto Ani, pues lo odiaba, pero por su gran afición al pescado la llamaban Neko, que en japonés era gato.
Su pelo tenía un corte atrevido: con la parte de detrás más corta y el flequillo tapándole la mitad de la cara. Tenía los ojos a veces verde oliva y a veces azules y se los maquillaba de negro resaltándolos.
Su estilo era emo, tenía influencia del punk y del gótico y abundaban los tonos negros o muy oscuros.
Era alta, delgada y de tez pálida.
Tenía mucho carácter y odiaba a la gente que no eran ellos mismos casi tanto como a las pijas que solo se preocupaban por sus uñas y pelo.
No era muy charlatana, prefería escuchar a la gente. Era muy casera, a pesar de ser alocada prefería estar en casa que salir de fiesta.
Le encantaba dibujar y hacer deporte, sobretodo el fútbol, su pasión.
Le gustaba la música profunda, con mensaje, como el hardcore y odiaba las sevillanas.
Cuando la conocías era una persona sensible y divertida a la que se le iba la pinza continuamente.

En ese momento la monitora los llamó a todos reuniéndoles a su alrededor de nuevo. Su pelo castaño liso le caía en cascada hasta la mitad de la espalda resaltando sus grandes ojos marrones, maquillados con sombras rosadas y enmarcados por unas gafas de pasta negra ligeramente alargadas. Los marcados pómulos pintados con un suave colorete le daba un gesto dulce a su cara menuda, y sus labios gruesos estaban pintados con un rojo pasión demasiado exagerado.
Su vestimenta era a la moda y con colores claros. Una camiseta rosa demasiado escotada y unos pantalones blancos acompañados por unos zapatos de tacón demasiado alto para tratarse de una excursión y no de una fiesta.
Alba, tras observarla detenidamente podía asegurarse que aunque le diese el cambio de habitación no iban a llevarse bien, pues es lo que ella consideraba, superficial, pija, egocéntrica, y si estuviese en un instituto, popular.
-Hola chicos, mi nombre es Verónica, como ya he dicho antes. En este viaje yo seré vuestra monitora junto con Alberto y Miriam.
Todos los alumnos la miraron divertidos al ver que los trataban como niños pequeños a sus 15 y 16 años.
-Ahora voy a leer las habitaciones en las que estaréis en vuestra estancia en Canterbury. Los chicos tienen las habitaciones 1, 2, 3, 4 y 5 y las chicas las 7, 8, 9, 10 y 11. La 6 es de los monitores -prosiguió la chica. -Cuando os nombre os juntáis con los de vuestros cuartos.
Alba y Elena se miraron aterrorizadas.


Bueno, os he puesto doble ración xDD
Al principio son demasiadas descripciones, lo sabemos, pero es para saber exactamente como es cada personaje. Aun quedan algunas, pero luego ya empieza en sí la historia.
Espero que os guste, y si eso, cuelgo más ^^

Iba a hablar por aquí en plan rol, estoy fatal...

Está muy bien, cómo todas, y por fin alguna que no sea triste!!Porque es compartido, que si es por tí, al final mueren todos xD

Pero vuelvo a quejarme, cuelga algo nuevo!!!Algo que yo no haya leido!!

gracias! pues hoy no, porque os atosigo, pero otro dia pongo mas de esta histo!

ash, tranquila, llegaremos a una parte de la historia que tu ya no has leido... hasta el momento.. aguantate y sigue escribiendo aqui para que siga poniendo más :braq:

Bueeeeno, aqui va otro cacho xDD
Aun queda alguna descripción pero tranquilos que ya se acaban.



Alba y Elena se miraron aterrorizadas.
Elena tenía el pelo castaño claro totalmente liso y por la altura de los hombros. Tenía el flequillo de lado pero sin taparle los ojos. Estos eran de color miel y grandes. Era bajita, le gustaba vestir con colores oscuros y siempre llevaba las uñas pintadas de color negro.
Era alegre y casi siempre sonreía.
Era muy alocada y sin ni una gota de vergüenza. Siempre estaba diciendo tonterías y riéndose de chorradas. A pesar de eso, con las personas desconocidas o recién conocidas era muy fría. Muchas veces necesitaba momentos a solas para tranquilizarse o pensar.
Odiaba la gente demasiado superficial o pija, para ella eran falsas.
Siempre estaba pensando en chicos y era un poco escandalosa.
-¿Y si nos separan?- dijo Elena cogiendo la mano de su amiga con fuerza.
-No lo harán- dijo Alba aparentemente tranquila a pesar de que temía mismo que su amiga.
-Habitación 1: Raúl y Daniel de Madrid y Mikel, Jorge y David de Barcelona. Habitación 2: Christian, Alex y Ángel de Madrid y Kirian, Marcos y Sora de Barcelona
Siguió diciendo los nombres de los integrantes de las habitaciones hasta llegar a la 7, la primera de las chicas, donde las alumnas presentes prestaron más atención.
-Habitación 7: Tamara y Elena de Barcelona y de Madrid Ana, Marina y… -no le dio tiempo a empezar el nombre porqué la emo lo rugió por ella.
-Neko -dijo claramente mientras una sonrisa fría se dibujaba en su rostro y todas las miradas se giraban hacia ella. -Me llamo Neko.
La monitora, cuando salió del estado de shock siguió aún impresionada por la actitud de la muchacha.
-Habitación 8: Pilar y Isabel de Madrid y de Barcelona Alba y Aina.
Siguió hablando mientras las muchachas se agrupaban tal y como había dicho Verónica. Cuando hubo terminado se encontró delante suyo una furiosa Alba dispuesta a pelear para estar con su amiga.
-Disculpe señora -dijo con retintín en la última palabra. -¿Tiene usted algún problema en que cambien a alguien de mi habitación por Elena?
-Perdona, ¿cómo te llamas?- dijo con un tono de reproche mirándole por encima de las gafas de pasta naranjas.
-Alba, señora- dijo mordaz. -Alba.
-Ah, sí... -repuso con una mueca pensativa. -Ya me han hablado de ti -le hizo un repaso de arriba abajo a su indumentaria oscura. -Lo siento mucho, pero todo esta meticulosamente calculado, y no podemos hacer ningún cambio.
-Pero, ¿qué problema habría en que una persona se cambiara? -se la quedó mirando con ojos llorosos, intentando darle pena.
-No me va a convencer con esa actitud -repuso fríamente; al parecer esta monitora no iba a ser "la guay" del campamento. –Además, si accedo al cambio, otros chicos lo querrían. Así que no.
Alba le dirigió una mirada cargada de odio a la castaña que tomaba notas rápidamente en su bloc.
-No tiene porque decírselo a los demás, tan solo es un nombre -insistió la muchacha empequeñeciendo los ojos y cruzándose de brazos.
-Le he dicho que no -dijo Verónica levantando la cabeza. -Y como siga insistiendo voy a tener que ponerle una amonestación.
En el rostro de la morena se formó un mohín de asco.
-No se preocupe señora -dijo marcando la última palabra. -No será necesario.
Dicho esto se giró dándole con su pelo en la cara y empezó a andar hacia las de su cuarto.

Una hora más tarde estaban todas y todos sentados en el interior del avión preparándose para la larga hora de viaje.
La mayoría de gente sacaba reproductores de música o libros para entretenerse, mientras otros se ponían a charlar con sus compañeros.
Alba se acomodó en el asiento junto a Tamara. Aina, que se sentaba enfrente, se giró poniéndose de rodillas para ver a las otras dos chicas.
-¿Visteis el partido de ayer? -dijo con cara más que de entusiasmo.
-Claro -dijo Tamara con los ojos iluminados.
-Inmejorable -aprobó Alba.
-Ese gol que hizo Messi fue mortal -dijo Aina recordando el gol que había señalado la victoria de su equipo.
-Pero la intervención de Puyol fue lo más decisivo -añadió la morena demostrando una vez más su profunda adoración por el jugador catalán.
-¿Puyol decisivo? -dijo socarrón un muchacho rubio de ojos azules con una sonrisa en los labios. -Será una broma, ¿no?
Alba le miro con una mueca de suficiencia y reprobación en la cara.
-¿A caso lo dudas?
Dos muchachos más se giraron para incorporarse a la conversación.
-Lo dudo mucho- dijo el primero tras soltar una carcajada a pesar de la mirada asesina de Tamara.
-Supongo que vosotros sois del instituto de Madrid, ¿me equivoco?- dijo Tamara con un mohín de fastidio en la cara.
Los chicos hincharon el pecho, orgullosos, y asintieron.
-Encantado monada -dijo con ironía el rubio. -Me llamo Alex y ellos son Christian -dijo señalando a un muchacho castaño de ojos azules -y Raúl -el segundo era moreno con el pelo peinado hacia arriba y los ojos marrones almendrados.
-Siento no poder decir lo mismo -reprochó con una mueca irónica. -Estas son Alba, mi prima, y mi gemela Aina. Me alegra saber que también sois culés -prosiguió con una sonrisa en los labios mientras Alba se aguantaba la risa.
Alex frunció el ceño y las miró fijamente.
Luego se giró hacia Christian.
-Pena que la gente sea tan ignorante como para apoyar a unos perdedores -dijo travieso.
Tamara no pudo más y se intentó levantar, pero la morena no le dejó.
-Tranquila Tammy, no merece la pena que te echen del viaje por esos fracasados -dijo fulminándoles con una mirada capaz de derretir el hielo.
Elena, sentada tranquilamente a su lado, los miraba por encima de su nuevo libro divertida.
En ese momento llegó Verónica y tras mirar con odio a Alba dijo:
-¿Qué has hecho ahora niña?
Alba abrió la boca para quejarse, furiosa por la actitud de la castaña, pero ella no se lo permitió.
-Acompáñame, te sentarás con nosotros -dijo triunfal.
La cogió del brazo para llevarla con ella pero Alba se deshizo del contacto. Lanzó una última mirada a sus primas, que parecían sorprendidas, y se fue detrás de la monitora, con las risas de los chicos resonándole en los oídos.

Ta muy chulo, ya lo sabes!! Que pena que las protas sean culés....

Tranquilo John, no es quien estás pensando, porque a esa persona aun no la conocía cuando escribimos esto, aparte de que la idea de poner Alex fue de una amiga y no mia xDD




Cuando bajaron del avión el bus les esperaba. Todos subieron y al cabo de una hora llegaron agotados al hotel.
El hotel era bastante grande, su exterior daba la impresión de ser poco lujoso, pero al entrar se podía apreciar el buen gusto del decorador.
El hall de entrada era amplio y muy luminoso gracias a los ventanales que cubrían el lateral izquierdo de la estancia.
Al fondo a la derecha, estaban colocados dos sillones mullidos de colores crudos acompañados por dos butacas de los mismos tonos. En frente de estos, una gran televisión de plasma con DVD y karaoke incluido.
En medio de todo, una mesa de madera de roble demasiado pequeña donde la gente ya había dispuesto sus refrescos.
En cada rincón del hall unos jarrones con figuras bordadas en color oro daban un toque más refinado al lugar, en su interior había diferentes flores, jazmines, tulipanes de tonos pálidos...
En la entrada a la derecha, había un mostrador con una recepcionista que al ver entrar a tantos jóvenes juntos, torció una mueca de repulsión y se sentó dispuesta a atender a los profesores.
De mientras, los adolescentes se dirigían a sus habitaciones todas exactamente iguales, un conjunto de literas con conchas blancas a los lados de la habitación, una pequeña ventana con cortinas bordadas y un armario donde entraban las pertenencias de todos los inquilinos del lugar.
Ani y Neko se encaminaron hacia su cuarto, molestas, con una Tamara abatida detrás acompañada de Elena, que estaba extrañamente silenciosa.
En ese momento se cruzaron con dos emos que iban con Alex.
Ani y Neko, se pararon sorprendidas en el mismo instante en el que divisaron a los acompañantes del rubio.
Les miraban sin ningún disimulo, sin percatarse de que tenían la boca abierta.
Por culpa de esa parada Tamara chocó contra las chicas, produciendo una risita de parte de Alex.
Estas se dieron la vuelta para ayudar a una irritada Tamara, mientras los emos no les quitaban el ojo de encima.
La castaña se levanto furiosa, les dirigió una tímida sonrisa a las chicas y se giró a encarar al madrilista.
- Espera a que el Barça vuelva a ganar y verás quién ríe- dijo dolida.
- Entonces tendré que esperar mucho, quisiera verte reír antes- dijo pícaramente.
Tamy le fulminó con la mirada, mientras los emos y las chicas de Madrid los miraban divertidos.
- Pues no pienso reír para ti- dijo repasándolo con la mirada y, a pesar de que obtuvo un resultado positivo, lo disfrazó con un mohín- "monada".
La gente empezó a congregarse a su alrededor.
- Más te gustaría estar con alguien como yo- dijo sujetándola por el brazo al ver que retrocedía.

Ani y Neko, al estar lejos de la escena, malinterpretaron ese inocente acto y se abalanzaron sobre el rubio creyendo que le hacía daño.
Este dio un paso hacia atrás.
- Tranquilas- les dijo nervioso- No le estoy haciendo nada.

Neko le soltó refunfuñando mientras Ani se separaba de él con lentitud.
- Más te vale- repuso una Ani enfadada.
- Qué sois las defensoras del pueblo?- preguntó socarrón mientras volvía a erguirse orgulloso
Neko se giró para mirarle de arriba abajo.
- Quizás- dijo con una sonrisa torcida- Pero en tu caso, recuérdanos mejor como tus pesadillas.
Ani asintió mientras trataba de contener la risa, mientras Tamara las miraba asombrada por haberla defendido y en el instante en que Neko terminó la frase comenzó a reírse sonoramente para el mayor sonrojo de Alex.
Uno de los emos se acercó por detrás de Neko y la sujetó por la cintura.
Tenía el pelo de color negro, peinado con un flequillo que le tapaba parte de la cara. Sus ojos eran verdes y grandes y los tenía perfilados discretamente de un negro difuminado. Su tez era pálida y le daba un toque misterioso. La camiseta negra que llevaba dejaba entrever unos brazos musculosos y marcaba sus abdominales. Tenía una sonrisa perfecta con dientes blancos típicos de un anuncio de Trident.

- ¿Cómo debería recordarte yo?-dijo travieso
Neko se giró y le clavó sus ojos verdes. El emo sonrió complacido.
- Recuérdame como quieras- le dijo divertida mientras Ani se giraba para hablar con el otro chico.
- Yo me llamo Neko, ¿tu?- dijo la chica sonriente.
- Sora
Tamara y Elena fueron tirando hacia su habitación, dispuestas a dejarles intimidad a las dos madrileñas.
- ¿Cómo te llamas?- preguntó Ani a su acompañante.
- Kirian- contestó el chico sonriente.

Kirian era algo más moreno de tez, su pelo era castaño oscuro y su flequillo no era tan exagerado como el de su compañero. Tenía los ojos azul mar también perfilados. En sus labios llevaba un pircing que le daba un toque rebelde. Llevaba una camiseta roja de manga corta que marcaba sus trabajados músculos y unos vaqueros negros junto con unas vans slip-on. Llevaba una gorra blanca y negra puesta al revés.



bueno, a ver si os gusta! xDD

¿Quien ha descrito a su chico ideal??xDD

Esas Vans...quien las tuviera...


Muy chulo, ya sabes...

aclaro que yo no hice esa descripción xDDD la culpable fue Shauna xDD asique...

yo quiero las vans TT_TT

gracias xDD

bueno aqui va otro cacho
creo que esto tampoco lo escribi yo...




Mientras Isa iba al lado de Pili sin mediar palabra hacia su habitación. A pesar de que se conocían, no había tenido oportunidad de estrechar una relación debido a la timidez de la primera.
-¿Por qué nos han tenido que separar de las demás?-. Preguntó Pili en un intento de entablar conversación y romper ese incómodo silencio.
-Ya, podíamos haber elegido, aunque al menos nos pusieron juntas, no se que hubiese hecho al estar sola después de que Ani me obligase a venir - contestó Isa agradeciendo el esfuerzo de su compañera.
Al fondo aparecieron tres chicos dirigiéndose sus habitaciones.
Las dos muchachas apreciaron que los tres eran bastante agraciados.
Pili se fijó que dos de ellos estaban en su colegio, a pesar de que no recordaba haber hablado mucho con ellos.
Le sonaba mucho uno rubio y uno castaño con los pelos de punta. El tercero, era el más guapo en su opinión, era moreno con los ojos café, bastante moreno de tez y con el pelo desordenado tapándole un poco su frente.
-Mira Aina, ahí está ese estúpido madrilista - oyeron decir a sus espaldas.
Se giraron para mirar a la causante del chillido y vieron a la que había respondido por el nombre de Aina y una chica vestida de negro que sino recordaban mal era la única que faltaba en su cuarto, Alba.
Las dos muchachas se giraron para recibir a Alba y Aina que andaban hacía ellas sin quitar la mirada de los chicos. En concreto del rubio.
-Hola chicas- dijo Pili contenta de poder romper el tenso ambiente entre isa y ella.
-Hola- contestaron las dos dando dos besos a las recién conocidas.
-¿Tenéis algún problema con el rubio?- pregunto isa preocupada-. No os quita la vista de encima.
-Disputas de equipos- rió Aina

Isa las miró entre divertida y confundida. Pero Alex se adelantó dispuesto a aclarar las cosas a la castaña.
-Hola monadas- dijo riendo- ¿Os sentís perdidas en estos parajes tan lejanos a vuestro paraíso azul grana?
Alba se giró y le fulminó con la mirada. Pero esta vez la muchacha del pelo rizado se adelantó a su prima.
Se puso delante del rubio y le acarició la cara sensualmente.
-Yo no me siento perdida para nada, ¿acaso necesitas tu que te ubiquemos?
El rubio se quedó pasmado unos instantes, en los que Aina aprovechó para soltar una carcajada e irse con sus compañeras que estaban riéndose sin parar. El rubio la cogió por el hombro para obligarla a girarse y mirarle a la cara.
-Si eres tu muñeca, yo dejo que me ubiques donde quieras- dijo- Aunque preferiría a tu hermana, es más impulsiva, mola más.
Aina le miró con odio.
- Que pena que Tamy tenga que aguantar a alguien como tú...- le escupió furiosa al ver que el rubio no ocultaba sus intenciones con su gemela.
-No te pongas celosa monada- le dijo divertido el madrileño- también tengo tiempo para ti.
- Ni en mis peores pesadillas- se dio la vuelta acompañada de Alba mientras Isa y Pili seguían paradas sin creerse lo que habían visto.

Antes de irse Alba saludó entre saltitos a Sora, que estaba en su clase.
- Tendrás que aguantar a esos madridistas toda la semana... pobrecito- le soltó poniéndose de puntillas para revolverle el pelo.




este trozo tiene que ser corto porque sino para no romper la siguiente escena iba a ser demasiado largo...

Sube más que esto es muy poco!!! Está muy bien!!

bueno, este es mas larguito



Ani y Neko llegaron a su habitación mientras hablaban de Kirian y Sora.
- ¿Alguna vez has visto a dos emos tan guapos? -preguntaba Neko mientras su cara se tornaba en una mueca de satisfacción.
- ¿Has visto que ojos tenía Kirian? -decía Ani, a nadie en concreto.
Las dos seguían hablando de los nuevos chicos sin escuchar a la otra mientras andaban. Cuando llegaron se encontraron en la puerta a Elena y Tamy discutiendo sobre Alex.
- ¡Gracias a Dios! -dijo Tamy. -¡No llevábamos llaves!
- ¿Habéis probado a llamar a la puerta? –preguntó Neko mientras golpeaba la puerta.
Al instante abrió la puerta una chica.
Tenía el pelo liso y moreno, con un flequillo divertido que le tapaba parte de su frente. Sus ojos eran marrones chocolate y su cara ligeramente ovalada.
Su era altura algo baja y le gustaba vestir con colores oscuros. Le encantaba llevar miles de accesorios tales como anillos o pulseras, como M.A. del Equipo A.
Tenía un carácter fuerte y cortante pero en el fondo era simpática. Era legal y decía las cosas a la cara facilitando las cosas, aunque ella misma era algo imprudente. Marcaba mucho como era ella misma, era feminista, con las ideas muy claras, y algo alocada.
- Hola, Mina –saludó Ani, que ya conocía a la chica por ser la hermana de Isa.
- ¿Qué haces aquí? -preguntó Elena mirando a la chica de arriba abajo.
-Pues estoy en mi habitación y, ¿vosotras? -Mina se paró a mirar a la emo, no la convencía mucho su aspecto despreocupado.
- ¿Miras algo? -preguntó Neko molesta por como la examinaba.
- No... Nada -dijo Mina desviando la mirada para saludar a las demás –Hola –dijo con una sonrisa.
- Perdona -dijo Neko en tono nada cordial - estaba hablando contigo.
Mina se giró para mirarla con un mohín de desprecio.
-Mmm... Bueno, tranquilas –intentó tranquilizarlas Ani. -¿Entramos? -dijo desviando el tema mientras Tamy y Elena se las quedaban mirando por el encontronazo nada más conocerse.
Entraron las cuatro nuevas ocupantes a la habitación. Mina y Neko se lanzaban miradas asesinas la una a la otra, hasta que Tamy decidió romper ese tenso e incómodo silencio que se había formado.
-Yo soy Tamara- se presentó Tamy- y ella es Elena- dijo señalando a su amiga-. Y vosotras ¿sois...?
-Yo soy Ani- respondió- ella es Mina- señaló a la de su derecha-, y ella es Neko señaló a la de su izquierda- Y somos de Madrid.
-Encantadas de conoceros- dijo Elena.
Tamy tenía una mirada escéptica.
-De Madrid, ¿eh? ¿No seréis merengues, verdad? -acusó con los ojos entrecerrados.
-No, no -contestó Ani rápidamente. -Somos culés.
-Vale -dijo Tamy con un suspiro. -Eso está mejor.
-Veo que no soportáis a los merengues, así me gusta -dijo Ani esbozando una sonrisa.
-Sí, yo no les soporto para nada -dijo con una mueca de disgusto. -Y creo que voy a tener unas pequeñas discusiones como los demás sean merengues.
- Si son merengues solo tenemos una opción para eso... ¡plantarles una tarta en la cara! -todas se quedaron mirando a Neko con cara extraña y con los ojos casi en blanco. -¿Qué? Es una opción, ¿o no? Además, cada uno que sea de lo que le de la gana - la seguían mirando raro con una mueca de satisfacción en la cara, un poco forzada.
Ani empezó a reírse a mandíbula batiente.
-Neko, tú siempre tan seria -dijo mientras se tumbaba en la cama tomándose la situación como algo cotidiano mientras las demás se quedaban con la boca abierta en dirección a Neko. -Vale, pueden ser del equipo que quieran, pero como insulten a los culés...
-Mejor que no lo hagan -añadió Elena. - Tamy es peligrosa en esos momentos. Creedme, mejor no provocarla.
-¿Que soy peligrosa?- preguntó Tamy con cara de muy mala leche.
-No sé porque le dais tanta importancia a los equipos -repuso Mina mientras se iba al baño a cambiarse.
-Bah, dejad de hablar de chorradas, solo faltaba que ahora os pusierais a hablar de tíos y todo eso -mientras terminaba de hablar todas se dieron la vuelta, agarraron un cojín al cual abrazaron fuerte y empezaron a cuchichear entre ellas mientras Neko se quedaba con cara de pocos amigos.
-Yo creo que tú tienes mucho que contar sobre eso, Neko -dijo Ani esbozando una sonrisa mientras se incorporaba para escucharla. -¿Qué tal con Sora?
-¿Sora? -se le subió todo el rubor a las mejillas. - No hay nada entre él y yo -hizo una pequeña mueca y giró la cara mientras todas se quedaban mirando y esbozando una sonrisa y con los ojos completamente abiertos.
-¿Quién es Sora?- pregunta curiosa Tamy- ¿Uno de los que nos encontramos antes que iban con el merengue de Alex? -dijo con una mueca cuando pronunció el nombre del chico.
-Sí -contestó Ani rápido. –Así que no digas que no tenéis nada que ver, porque estabais muy cerca -dijo intentando picar a su amiga. –“Recuérdame como quieras” -dijo imitando la voz de su amiga.
En ese momento todas las chicas de la habitación comenzaron a reír provocando que el rubor de Neko fuera en aumento.
-Bueno -dijo Elena, -tú tampoco te quedas corta, ¿no, Ani?
-Eso Ani –añadió Neko.
La aludida giró la cabeza sorprendida y avergonzada.
-¿Yo? –balbuceó.
-Sí, tú -prosiguió Elena con una sonrisita de suficiencia.
-Ala chica, ahora te tocó a ti contar las cosas –dijo Neko empezando a reírse malévolamente.
-¿Como era? ¿Kirian? -rió Elena. Luego guiñó un ojo, irritando más a Ani.
-Sí... pero no tengo nada que contar -rió avergonzada. -Simplemente está buenísimo -dijo más entusiasmada.
Neko empezó a darle suaves codazos a Ani mientras se ruborizaba más y más.
Mina se agachó dispuesta a incorporarse a la conversación, a su parecer más interesante que la anterior.
Ani no sabía donde meterse, su rubor iba en aumento mientras sus compañeras de habitación seguían riéndose a su costa. Cada vez que miraba a las recién conocidas reír como si se conocieran de toda la vida, preveía que se iban a llevar muy bien.
-¡Ay, Ani! -dijo Mina. -Pensé que eras más recatada.
-Ani es una simplona que se nos pone roja por todo – soltó de sopetón, Ani le metió un empujón a Neko mientras las demás se echaban a reír.
-Perdona pero eres tú la primera que te has puesto roja mona –soltó Ani.
-Pero era algo normal, pero lo tuyo es que era una plantación de tomates.
-Ala y ahora empezaran a discutir –Explicó Mina a Tamy y Elena.
Neko y Ani comenzaron a reírse a la vez. Elena, Mina y Tamy se unieron a sus risas.
-Nunca hemos discutido, sería la primera vez -dijo Ani.
-¿Nunca habéis discutido? -preguntó Tamy sorprendida. -Yo que discuto hasta con mi gemela, Aina.
-Jaja, pero lo nuestro ya debe de ser rutina, es como llevarse mal pero sin embargo, siempre nos llevamos bien.
-¿Nos llevamos mal?, pues ahora me entero -dijo Ani entre risas.
-Yo por ejemplo a Isa y Ani nunca las he oído discutir, -afirmó Mina -y eso que se pasa todo el día en casa.
-Bueno, volviendo al tema "chicos" -dijo con una sonrisa pícara Ani. –Vosotras, -dijo mientras señalaba a Tamy, Elena y Mina -¿no habéis encontrado ningún "monumento" por aquí?
Elena se puso a silbar.
-Eso, que solo hablamos nosotras. Contad –apremió Neko.
Nadie quiso contestarle.
-¡No me lo puedo creer! – dijo Ani entre risas. -¡Yo aquí abriéndoos mi corazón y mira!
Mina le lanzó un cojín para que dejara de gritar.
-Es que tú eres muy especial, Ani.
Ani sacó la lengua y lanzó su almohada, pero le dio a Tamy.

Está muy bien, ya lo sabes, sube más chula!!!

Aqui os dejo el final del anterior y otra escena.
La segunda escena me acuerdo que de fijo la escribi yo xDD
Espero que os guste!



-¡Eh! – gritó esta, que estaba muy distraída mirando al techo. Se quitó el cojín de la cabeza y se lo lanzó, pero Ani estaba preparada y esquivó. Sin embargo tuvieron la mala suerte de que éste impactó con la lámpara, que cayó al suelo con estrépito y las dejó a oscuras.
Todas comenzaron a chillar entre risas, buscando el interruptor a tientas y pisándose unas a otras hasta que se oyeron pasos desesperados por el pasillo. La monitora, Verónica, entró de golpe y alumbró la habitación.
-¡Pero, ¿qué habéis hecho?! ¿Quién pagará esto ahora, eh? ¡Bajar a disculparos! Y de paso, que os den otra lámpara –dijo con mirada severa.
Todas desfilaron delante de ella que les miraba como si fueran perros. Al llegar a bajo la dueña del hotel preguntó:
-¿Quién ha sido?
-Yo... –contestó Ani con voz inaudible. Mina se apresuró a replicar.
-No, no es cierto. Fuimos todas, estábamos jugando. No sabemos quien fue la que le dio a la lámpara, ¿verdad? – insistió mirando a Ani con los ojos muy abiertos. Ella se aguantó las ganas de reír.
-Bueno, sí... Algo así.
Luego las mandaron subir y recoger el estropicio. Y se negaron a darles una lámpara más.

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En la habitación número ocho se encontraban todas sus inquilinas hablando animadamente de cosas sin importancia, pero una de ellas, Aina, estaba tumbada en su cama, imaginando figuras sin sentido entre las rayas grabadas en la cama de arriba, mientras su mente, vagaba muy lejos de allí, en un mundo que solo ella sabía comprender, donde solo ella sabía llegar.
- Me voy, necesito estar sola -. Dijo levantándose sobresaltando así a sus compañeras.
Ninguna dijo nada, asintieron y la vieron cerrar la puerta.
Ella comenzó a caminar sin rumbo, sabía lo que quería, sabía lo que necesitaba en ese momento, sabía lo que su mente le pedía que hiciera, bailar, su fuga de escape, su mayor pasión.
Después de andar durante un tiempo en el que ya se había rendido de encontrar un lugar adecuado para ello, vio un cartel donde ponía “gimnasio”.
Se acercó lentamente, temerosa de entrar en un sitio prohibido, parecía un lugar donde nunca entraba nadie, solitario. Posó una mano en el pomo, suspiró y lo giro dejando ver el lugar perfecto, el lugar que necesitaba, el lugar que estaba buscando.
Era amplio, un lugar suficientemente grande para que un grupo entero de baile danzara sin obstáculos, iluminado por decenas de fluorescentes. Una de las paredes laterales estaba cubierta de espejos y enfrente, una barra fija perfecta para el ballet clásico, a la derecha, encima de una mesa, había un aparato de música capaz de hacer resonar la melodía por toda la sala, y en su interior, un CD desconocido para Aina. En ese momento, pensó que su madre tenía razón al repetirla muchas veces, que cuando deseas algo, si te esfuerzas en buscarlo, aparecerá.
Después de observar la estancia, no se lo pensó más, se quitó la chaqueta quedándose en una camiseta de tirantes blancos, unos pantalones de chándal ajustados de color negro y se descalzó para mayor comodidad.
Pulsó el “play” del radiocaset y se colocó en medio de la sala.
La melodía empezó a sonar y con ella, el cuerpo entero de Aina comenzó a moverse, dejándose llevar.
Su cuerpo realizaba gráciles movimientos con una elasticidad sorprendente, cada parte de ella se movía al son de la música, compenetrándose con ella, como si fueran una sola, como si hubiese estado horas ensayando la misma coreografía.
Saltaba, giraba, todo con movimientos dulces y muy sensuales, intentando relajarse, intentando transmitir todo lo que sentía.
Así, bailando, se sentía libre, nadie podía controlarla, nadie le decía lo que tenía que hacer, como debía moverse. En cada movimiento realizado, esa libertad se incrementaba haciéndola sentir en paz, llena.
Cuando la música cesó, abrió los ojos y ante ella, apoyado en la puerta con cara de asombro, se encontraba el chico más guapo que Aina había visto nunca.
Su tez era morena y su sonrisa traviesa y arrebatadora. Tenía los ojos ligeramente almendrados de color verde esmeralda y el pelo negro azabache algo alborotado que le tapaba parte de su frente en forma de flequillo ligeramente desordenado
Llevaba una camiseta de manga corta negra encima de otra de color blanco y manga larga que marcaba sus trabajados pectorales y abdominales. Sus vaqueros eran oscuros con zonas ligeramente rotas o desteñidas.
- Bailas realmente bien -. Dijo él esbozando una pícara sonrisa.
- Gra- gracias -. Contestó Aina mientras el rubor acudía raudo a sus mejillas -. ¿qué haces aquí?
- Había salido a correr -. Ahora que se fijaba en su vestimenta, aquello era evidente, su pelo estaba mojado y se pegaba ligeramente a su frente y llevaba una toalla encima de sus hombros -. Vi las luces y me extrañó mucho que hubiese alguien aquí, por eso entré.
Aina asintió, fue a vestirse avergonzada, sin mirar ni una vez a los ojos del chico.
No le gustaba que nadie la viese en esos momentos de desfogo, pero en ese momento, mas que rabia lo único que sentía era vergüenza.
- No tienes porque avergonzarte.
- No lo hago -. Trató de disimular Aina.
- ¿De que instituto vienes? -. Cambió de tema para la comodidad de Aina.
- De Barcelona. ¿Y tú?
- De Madrid.
- ¿No serás merengue verdad? -. Preguntó Aina más animada.
- ¿Y qué si lo fuera?
- Bueno, yo soy culé, pero podría soportarlo, aunque -.bajó más el tono de voz como sino quisiese que alguien inexistente allí la escuchara -.que no se entere mi gemela, igual te mata.
Él comenzó a reírse escandalosamente, por lo que pronto ella se unió a sus risas.
- No sabía que tenías una gemela -.repuso al dejar de reírse.
- Sí, pero no nos parecemos.
- Que pena -.dijo para el sonrojo de ella -. ¿Cómo te llamas?
- Aina -.contestó todavía colorada -. ¿Y tú?
- Dan
Ella asintió y se dispuso a salir.
Estaba andando metida en sus cavilaciones cuando se concienció de que el moreno estaba junto a ella. Su sonrojo se hizo más visible y bochornoso.
Él le sonrió con dulzura y siguió andando. De repente una muchacha rubia de curvas exuberantes se lanzó a su cuello. Él la cogió con un mohín de fastidio en su hermoso rostro.
- Danny!!- besándole los labios con urgencia.
La miró horrorizada. ¿Quién era?
- Lidia, vete- ordenó en voz baja pero firme.
- Así tratas a tu novia?- dijo pegando más su esbelto cuerpo al del chico.
Una sonrisa fría se dibujó en la cara de Dan.
- Sí -. contestó desasiéndose de ella y acelerando el paso para llegar a su altura.
Era ridículo e incluso infantil, pero Aina se sentía traicionada.
El efecto tranquilizador de bailar durante horas se había esfumado en una milésima de segundo dejándola de nuevo, cansada y triste.
Finalmente se adentró en el cuarto tratando de no escuchar la voz armoniosa de Dan diciéndole adiós. Cerró la puerta con cuidado y se deslizó tras ella pasando sus brazos por sus rodillas y metiendo la cabeza en ellas.
Lo acababa de conocer y ya se sentía firmemente atada a él, a su sonrisa pura y limpia pero a la vez traviesa y pícara, a sus labios, a sus ojos... a todo él. Pero, ¿para qué hacerse ilusiones? Debería haber supuesto que tenía novia, debería haber supuesto que no era para ella.
Se levantó decidida a olvidar el tema y se metió en la cama. Imitando el ejemplo de todas las demás.

Está genial, sube más porfa!!!

lalala



La habitación 7 al completo se dirigió al comedor temprano después de la disputa de la noche anterior.

Ani abrió rápido la puerta dispuesta a encontrar a Isa y poder ponerle al día de todos los acontecimientos, pero se percató de la presencia de otra persona antes de la deseada.
Corrió a los brazos de Dan, le abrazó y le besó la mejilla.

-Buenos días -. Dijo contenta.

-¡Ani tu siempre tan entusiasta!, ¿cómo puedes levantarte tan animada? -. Sonrió mientras la devolvía el beso.

Se conocían desde pequeños y aunque mucha gente confundía su relación con algo más que amistad, a ellos parecía no importarles, se querían como hermanos. Dan siempre protegía a Ani como a una hermana pequeña, cosa que le resultaba fácil por la apariencia de esta. Aun así, se lo contaban todo, se reían juntos, les encantaba pasar horas y horas hablando y escuchándose el uno al otro. Solo había una cosa, más bien una persona, que se interponía en su relación, Lidia, la novia de Dan.

Ani y Lidia no podían estar en un mismo cuarto sin tirarse las cosas a la cabeza, una era lo que la otra odiaba.

Ani estaba sentada en las piernas de él, mientras este la sujetaba para evitar que se cayera. Comentaban el incidente de la lámpara, cuando Lidia se acercó colocándose detrás de su novio mientras le besaba el cuello.

-Hola amor -. Dijo mirando desdeñosamente a Ani.

-Bueno Dan, tengo que irme, de repente huele mal aquí, huele, no se -. Olió el aire irritando más a Lidia -. A pijo.

Sin darle tiempo a responder a la susodicha Ani le dio un suave beso en la boca a Dan mientras se alejaba guiñándole un ojo.

-Ani... -. Refunfuñó Dan. Solo se oyó una risa estridente por parte de la interpelada.

El pasatiempo favorito de esta era poner celosa a Lidia que se moría cada vez que les veía juntos pensando que había una relación entre ambos, rumor que recorría todos los pasillos del instituto.

Cuando llegó a su sitio vio a todas las de su mesa riéndose, todas menos una. No recordaba haber hablado con ella, pero por su cercanía debía de llevarse muy bien con su compañera de cuarto Tamy.
-Eso ha estado genial -. Dijo Neko riéndose -. Se lo merece, pero yo que tu, le hubiese dado un morreo.

Ani puso cara pensativa.

-Por eso me encantas -. Dijo abrazándola -. Como esa pija se vuelva a pasar, Dan recibirá el mejor morreo de su vida, además, debe besar muy bien.

Mientras hablaba se fijo en que la única chica que no se había reído había empezado a sonrojarse a medida que sus palabras avanzaban.

-¡¡ISA!! - gritó al ver a su amiga. Se acercó abrazándola como si hubieran pasado años desde la última vez que se vieron.

Mientras ellas se contaban todo lo sucedido, Ani no podía apartar la vista de aquella muchacha, aquella que hablaba con Tamara.

-Ani, estas son Alba, mi prima -. Dijo señalando a la chica de su izquierda -. Y Aina, mi gemela -. Dijo mientras señalaba esta vez a la única chica que no se había reído antes.

Aina estaba revolviendo el plato con el tenedor pensativa sin hacer caso a las chicas que estaban a su alrededor. Tamy la dio una patada en la espinilla por debajo de la mesa para que la hiciera caso mientras presentaba a sus compañeras de cuarto.

-Esta es Ani -. Repitió intentando captar la atención de su hermana.

-A, hola -. Contestó sin poder reprimir poner mueca de asco.

-¿Te pasa algo conmigo? -. Replicó Ani sulfurada.

-Pues claro que no me pasa nada -. Dijo en un vano intento de disimular.

-¿Entonces? ¿Por qué me miras así?-. Miró sin comprender

-Porque... porque...

Aina no pudo contener su sollozo y se tapo la cara con ambas manos mientras todas la miraban expectantes.

-No llores mujer, dime que te pasa -. Ani se acercó cuidadosamente y se agachó para poder mirarla directamente a los ojos.

-Es que... tu... y Dan...

Ani tras pensarlo se dio cuenta de lo que pasaba.

-¿Te gusta Dan? -. Preguntó.
-¡Pues claro que me gusta! Sino, no estaría así por lo que... acaba de pasar...

-¡Ah! ¿Te refieres a ese ''beso'' que le di?

Aina abrió aún más los ojos los cuales seguían llenándose de cada vez más lágrimas.

-Mujer, no te preocupes solo fue por picar a esa maldita pija nada más -. Dijo Ani.

-¿De verdad que no hay nada entre vosotros?

-Si, Dan, es como mi hermano. Lo único que quiero es molestar a su novia -. Dijo poniendo especial énfasis en la última palabra -. Pero bueno, ¿quieres que le diga algo?

-¿Qué? -. Preguntó escandalizada por la vergüenza que sentiría si llegase a suceder -. Tiene novia.

-Pero, ¿quién te dice que mañana seguirá siendo así? -. Dijo poniendo una pícara sonrisa.

Todos pusieron una mirada fija en Ani. Esa pequeña cabeza tramaba algo, y no podía ser nada bueno.

-¿Podemos hablar un momento? Es un asunto sobre tu hermana -le preguntó, muy bajito,
Pili a Mina aprovechando que todas tuvieran su atención fija en Ani.

- Sí, por supuesto. ¿Qué es lo que pasa con Isa? ¿Sigue igual que siempre, sin hablar con nadie? - le dijo Mina.

-Sí, algo así es - Mina continuó mirándole sin entender nada, pero con la preocupación en aumento plasmada en su rostro. - No sé como relacionarme con ella - la vergüenza estaba presente en la voz de Pili. - Quiero hablarle, pero no se que decirle. Además temo decir algo que pueda molestarle.

- Pues no se que puedes decirle. Hasta a mí a veces me cuesta mantener una conversación con ella y eso que soy su hermana, tendría que saber de que la gusta hablar –admitió Mina.

- Es que... sino fuese por nuestras demás compañeras de cuarto, estaríamos en silencio todo el rato - prosiguió bajando aún más la voz. Luego añadió - Y me preocupa mucho que no se relacione.

- Puedes hablarla de... no sé, por ejemplo, los libros. Es un tema que la entusiasma. O hablar de los viajes que has hecho, que también le gustan - dijo Mina algo más animada ahora que creía haber encontrado alguna solución.

- Espero que sirva, me gustaría tener una buena relación con ella, pero yo tampoco soy muy abierta - confesó Pili bajando un poco la mirada, aunque estaba más sonriente después de haberse desahogado.

- Me alegra saber que mi hermana puede tener a una buena chica como tú - terminó Mina con una gran sonrisa, dejando de inclinarse para hablar. - Y haber si las dos os hacéis más abiertas y conocéis más gente en este viaje.

- Gracias - dijo bajando la cabeza avergonzada por la atención. - Eso espero.

Y se giraron para incorporarse a la animada charla de sus compañeras de mesa, que seguían intentando sonsacarle a Ani el plan entre risas algo escandalosas. Algunas lo habían dado por perdido y se habían involucrado en su propia conversación, como acababan de hacer ellas dos. Otras, como Aina, preferían no oír.

De repente se levantó, con su bandeja intacta en las manos y se alejó lentamente, causando un profundo silencio entre las presentes, solo roto por los cubiertos que chocaban contra los platos de cerámica.

Tiró la comida en la basura y dejó los platos y cubiertos en una pica. Luego se marchó a su cuarto, notando como cálidas lagrimas le quemaban el rostro tratando de aliviar el dolor que poblaba en su pecho, que subía y bajaba demasiado deprisa, al ritmo de los silenciosos jadeos de la castaña.


8)

A riesgo de resultar repetitiva, te comento de nuevo en la historia. Sabes que no sé decirte nada original, así que te digo lo de siempre, que me ha gustado mucho, y date por contenta.

Aqui estoy de nuevo:

De repente se levantó, con su bandeja intacta en las manos y se alejó lentamente, causando un profundo silencio entre las presentes, solo roto por los cubiertos que chocaban contra los platos de cerámica.
Tiró la comida en la basura y dejó los platos y cubiertos en una pica. Luego se marchó a su cuarto, notando como cálidas lagrimas le quemaban el rostro tratando de aliviar el dolor que poblaba en su pecho, que subía y bajaba demasiado deprisa, al ritmo de los silenciosos jadeos de la castaña.
En la mesa del comedor Ani seguía con preocupación todos los movimientos de Aina, consciente del remolino de emociones que tenía.
- Neko- dijo en un susurro a la morena.
- ¿Qué?- dijo la otra bajando por igual el tono de voz
- Tengo un plan- dijo mientras se levantaba también dispuesta a tirar su bandeja- Escucha.

Neko la escuchaba expectante, mientras su cara se tornaba en un mohín de satisfacción.
- Debemos ayudar a Aina-. dijo Ani preocupada
- Si no la conoces- dijo Neko entrecerrando los ojos
- ´¿Crees que importa mucho?- contestó molesta- Si te pasara esto a tí te gustaría que te ayudaran.
Neko vaciló ladeando ligeramente la cabeza. No parecía convencida cosa que potenció el enfado de Ani.
- Vale VERONICA- siseó furiosa- Ya me encargaré yo sola de ayudar a Aina.
Neko dio un respingo y miró a su amiga con odio
- Vale ANABEL, te ayudaré - dijo ante la mirada triunfante de su amiga- pero a la que nos metamos minimamente en lios me marcho, ¿esta claro?
Ani se echó a reír sujetándose con ambas manos la barriga.
- ¿Desde cuando te dan miedo los líos?-.La miraba sorprendida -. Y por cierto, es Ana Belén.
- A mi no me dan miedo los líos, pero no quiero volver a casa-. dijo dirigiendo una mirada a la mesa donde se encontraba Sora rodeado de chicos, riendo.
- A ya entiendo-. dijo Ani intentando contener la risa -. Bueno, ¿me vas a ayudar?
- Si, pero todavía no me has dicho en que consiste tu plan -. Neko empezaba a impacientarse
La sonrisa de Ani se volvió perversa mientras se acercaba más a la emo.
- Lo único que tenemos que conseguir es que Lidia y Dan corten- empezó- porque si Dan esta libre Aina se atreverá a acercarse más.
- ¿Como lo harás?- cortó Neko frunciendo el ceño.
- Fácil- dijo Ani- con la ayuda de algún tío que se encargue de demostrar la infidelidad de Lidia.
- ¿Y quién te va a ayudar?- dijo Neko mostrando cada vez más interés en lo que su amiga le decía
- Tú- dijo Ani.
La sonrisa de Neko se ensanchó mientras sus ojos se iluminaban.
- Hecho- dijo chocando la mano a Ani- Solo queda saber que chico.
- Nose quien estaría dispuesta a salir con ella -. dijo Neko con cara de asco.
- Se de alguien que nos ayudaría encantado- dijo ani misteriosamente, y se alejo con una sonrisa en los labios, dejando a Neko con la palabra en la boca.

Mientras, en el patio escolar, Elena y Alba estaban charlando tranquilamente apoyadas en una barandilla de hierro oxidado que había adquirido un tono marronoso oscuro. En el campo que tenían debajo de ellas habían unos muchachos jugando a basket entre gritos y risas mientras algunos españoles y algunos ingleses los observaban aburridos.
En el momento en el que las dos amigas miraron a los presentes estos empezaron a propinarse dolorosos codazos para señalar, descaradamente, a las dos muchachas que tenían delante. Elena, entre risas, les saludó para que se cercionaran de que eran conscientes de sus cuchilleos.
- Hola- dijo moviendo la mano.
Los muchachos se giraron algo sonrojados.
-Hola -dijeron a coro. -¿Cómo estáis?
-Bien -contestó Elena, que se había animado, ante una estupefacta Alba. -¿Y vosotros?
-Ahora mejor que antes- dijo pícaramente un muchacho castaño.
Elena sonrió coquetamente y volvió a ponerse los auriculares mientras retomaba su conversación con Alba. Unos segundos después oyó sus nombres de la boca de otra chica catalana cuyo nombre no recordaba. Se quitó la música y miró con el ceño fruncido a los chicos.
-Con que Alba y Elena -estaba diciendo en ese momento el castaño.
-Hasta aquí hemos llegado -soltó de repente Alba ante una impresionada Elena. -Si vosotros sabéis nuestros nombres nosotras tenemos que saber los vuestros.
Elena soltó una carcajada ante la afirmación de su amiga y la visible confusión de los chicos.


lalala
me encanta liarlas xD

A ver pesadita mia, que te comento... Ta muy bien, tú como siempre liándolas y metiéndote donde nadie te llama... Sube más que me tienes en ascuas con lo que va a pasar...