Las cataratas

----Me cuidare, igual tu por favor--- dije al chico tomando la rosa, luego escuche lo que creo... que escuche... que " me queria"... inmediatemente mis mejillas se sonrojaron y no pude decir mas nada... sali de ahi aun sonrojada

Cuando la escuche empeze a nadar lejos para evitar lo que sea que quisiera hacerme por venganza. En eso escucho mi cel a lo lejos. Salgo rapido y lo atiendo. Oh rayos cierto, lo habia olvidado disculpa, esta bien nos vemos alla, hasta ahora- cerre el celular y le dije a las chicas. Me van a disculpar quede con un amigo en unas horas, tengo que irme, en otra ocasion te vengas alex- me despedi con la mano a las dos y sonrei. Me monte en el carro y me fui de ahi

FDR: me tengo que ir de verdad a bañar jeje chau chiks hasta otra

Me despedí de Janice y miré a Sel.
-En otra ocasión entonces-dije entre risas mientras nadaba hacia la cascada.

FDR: Chaoo,guapa

*adios janice*
le dije sonriendo mien tras me puse a flotar
*lastima no te podras vengar*
le dije a alex sonriendo

FDR:challito!!

Llegué dando un paseo, me apetecía volver a recorrer el pueblo después de haber pasado tanto tiempo fuera, pero como siempre, había acabado perdiendome. Atravesé una zona de bosque, intentando salir sano y salvo de allí. Cuando la vegetación empezó a despejarse me encontré de frente con la increible cascada. No recordaba haber estado allí antes, aunque eso no significaba nada... El sol estaba escondido, pero algunos rayos atravesaban la capa de nubes y chocaban contra la superficie del agua. Me senté en el suelo, cerré los ojos un momento, escuchando sólo el sonido del agua golpeando al final de la larga caída.

Me desvanecí entre los árboles intentando hacer el menor ruido posible. Llevaba un rato siguiendo a Ethan para darle un susto, y ahora era el momento perfecto, por lo que puse sumo cuidado en ser lo más silenciosa posible. Miré a mi alrededor buscando la mejor manera de llevar a cabo lo que quería. Comencé de nuevo a dar lentos pasos por el lugar hasta que quedé a sus espaldas. Nada frente a mí tapaba mi vista, sólo estaba él. Me incliné un poco y sonreí imaginando su reacción, ahora sólo se trataba de correr lo más rápido y silenciosamente posible hasta él. En cuestión de un segundo estaba tras su espalda y mis labios junto a su oído. ¡Bu! me limité a decir antes de que mi cuerpo estático empezara a erguirse de nuevo