El Claro...

Me quedé embobado mirándola, no podía apartar la mirada de ella, podría pasarme así horas y horas. - Cada vez que te miro, no puedo dejar de pensar en que soy el tío más afortunado del mundo por tener a la chica más perfecta del planeta - dije totalmente absorto por su belleza.

Escuché lo que dijo y me quedé mirándole igual que él a mí, "¿Hay algún calificativo por encima de la perfección?" bromeé con una sonrisa. Era increíble estar así de nuevo, y todo gracias a él.

- ¿Superperfección? - pregunté con una sonrisa divertida. Dejé una mano acariciando su cuello y con la otra empecé a jugar con su pelo.

Eché a reir al escucharle, "Pues creo que eres la persona más superperfecta que existe, y no sólo eso, sino también la única" contesté entre risas, "Y como tú comprenderás, no puedo dejar que te escapes, así que estás destinado a estar conmigo para siempre" añadí

Sonreí ampliamente - Tú eres extrasuperperfecta - dije riendo - Tranquila, no voy a escaparme. Ponme los grilletes - dije poniendo las manos como si me fueran a esposar.

Eché a reir al ver lo que hizo. Cogí sus muñecas y tiré suavemente de ellas para que se acercara a mí. Me incorporé ligeramente para besarle y de nuevo me tumbé. "Encadenado a mí para siempre" contesté a modo de sentencia

Hice lo que ella me mandaba sin llegar a entender lo que pretendía hasta que escuché sus palabras - Me gusta más tu forma de encadenarme - dije con una amplia sonrisa.

"Eso es porque soy extrasuperperfecta... En algo se tendría que notar, ¿no?" bromeé intentando permanecer seria, pero me era imposible. Volvía a estar de un humor excelente y completamente calmada. Sin duda le necesitaba cerca para estar bien

- Por supuesto, ya ves, mi superperfección no llega para hacer esas deduzcciones - dije divertido.

Estuve unos segundos sin poder hablar debido a mi risa. Cuando finalmente conseguí calmarme, me quedé mirándole con una amplia sonrisa, "Te quiero, verdaderamente no sería nada sin tí..."

La miré mientras se reía, me encantaba verla reir y más si era por culpa mía. - Me da la impresión de que he aprendido a hablar a través de tus labios, porque yo pienso exactamente lo mismo - dije con una amplia sonrisa.

"¿Tienes un don? Interesante... Ahora puedo absroberlo" contesté entre risas. "Déjame intentar a mí... Dí algo, a ver si es lo que yo quiero decir..." añadí divertida

Eché a reir al oirla, aunque no tanto cuando escuché que ahora me tocaba hablar a mí - Mmm, está bien, aunque te aviso que es un don muy difícil de controlar - bromeé. Me quedé pensativo como si fuera a esforzarme, miré fijamente sus ojos - Eres lo más importante que me ha pasado en la vida, y si alguna vez tú desaparecieras, yo desaparecería contigo.

Puse cara de sorprendida cogiendo aire incluso. "¡Funciona!" dije con una gran sonrisa y haciendo palmitas de la emoción. "Venga, otra vez" pedí como si fuera una niña pequeña pidiéndole a su padre que la vuelva a columpiar.

Eché a reir al ver su expresión. Así que quería más... - Vas a explotar mi poder,eh. Y con él, vas a explotarme a mí. - bromeé. Volví a poner cara de concentración - Me gustaría que esa burbuja de la que has hablado antes existiera siempre, y que no hubiera nada más que nosotros dos.

"¡Funciona, funciona!" contesté de nuevo emocionada dando palmitas. "Es como si hablara conmigo misma..." continué bromeando divertida

- Espera que me viene algo más - dije riendo - Ethan es el chico más guapo y más divertido que he conocido jamás y por eso voy a darle un beso que le haga perder el sentido - dije con una sonrisa.

Eché a reir al escucharle, "Modesto..." comenté con un hilo de voz. "Aunque he de reconocer que esta vez también a funcionado..." añadí incorporándome poco a poco para acercarme a él

- ¿Ha funcionado? - pregunté mirandola con picardía, esperando a ver lo que iba a hacer.

"Me temo que sí..." contesté divertida rozando sus labios con los míos. Me incorporé un poco más y comencé a besarle de manera tranquila pero intensa.

Sonreí sintiendo el roce de sus labios. Respondí al beso dejandome llevar por el ritmo que ella había decidido. Coloqué mis manos en su cuerpo.

Continué besándole incorporándome hasta quedar a su altura y apoyé una de mis manos en el suelo para sujetarme. Dejé que entre mis besos se colara algún que otro mordisco en su labio inferior, manteniéndolo por unos segundos entre mis labios

Continué besándola, dejándo que ella llevara las riendas del beso. Disfruté con todo lo que hacía, cada roce de sus labios, cada mordisco sensual..

Posé la mano que tenía libre en su rostro y profundicé el beso. Por más que pretendiese besarle de manera tranquila, me resultaba difícil no acelerar mis besos estando así con él.

Seguí besandola hasta que sentí que me faltaba el aliento, la miré con la respiración agitada - Vaya, sí que me has hecho perder el sentido de verdad - dije con una sonrisa.