El lago...

oi lo que decia cody y me acerque a ella y le puse una mano en el hombro tratando de tranquilizarla bueno eso era lo unico qeu podia hacer ya que no sabia muy bien que era lo que pasaba escuche lo que decia alice y asenti con la cabeza es lo mejor vamonos -le dije seria

Me voy con Ethan o con tanya o con mary adios Seth vet no quiero verte durante un año o cuando me muera-dije estaba bastante enfadada para estar alli hablando con el sin que l me escuchase sali de alli y dije para mi misma-Celoso...

Escuché a Cody. Realmente nos íbamos para darles intimidad, pero si ella quería seguirnos... Cogí la mano de Ethan y salí de allí sin dejar de mirar atrás, vigilando cada segundo que pasaba...

*Me quede alli al lado de Mary mi corazon iba a cien por hora y decide estar con ella me daba apoyo estar a su lado*

sali detras de alice cubriendole las espaldas.

Cogí la mano de Alice y me dejé llevar.

Deje el auto en cerca d ela carretera y me fue corriendo al lago a leer mi libro ya tenia mucho sin leer asi que consentre en leer mi libro esperaba que no me robaran mi coche jajja

Termine de leer el libro y decidi cambiar de hambiente y decidi ir a italia sali de alli y me subi a mi auto .

Llegué al lago, había vuelto a Port Angels y no había nadie, así que decidí salir a tomar el aire, no sabía donde estaba Alice, y normalmente, era ella la que me encontraba a mí, esperaba que esta noche no fuera distinto.

Aparqué a las afueras del lago y me adentré en el lago a pie. Al fin encontré a Ethan. Pensé en asustarle... Me acerqué silenciosamente a él, me puse justo detrás y pasé mis colmillos por su cuello...

El lago estaba tranquilo, con el agua en calma, así que yo me dejé contagiar por el ambiente, cerré los ojos, inspirando profundamente. El aire olía a vegetación húmeda. Noté que algo rozaba mi cuello y me aparté sobresaltado. Cuando vi que era una persona casi se me sale el corazón por la boca, al fin reconocí a Alice y me tranquilicé - ¿Quieres matarme? - pregunté poniendo la mano sobre mi pecho, a la altura del corazón.

Eché a reir al ver su reacción, de hecho me caí al suelo de la risa... "Te lo mereces por dejarme solita tanto tiempo..." dije intentando recobrar la compostura

Vi que se reía, más bien se carcajeaba de mí, "Increible" pensé, aunque en el fondo me lo merecía, llevaba un par de días dejándola demasiado tiempo sola, aunque no lo iba a reconocer delante de ella - Si me pegas esos sustos, pasaré aún menos tiempo contigo y más con mis queridos amigos, los gusanos, que se alimentaran de mi cuerpo - contesté irónico. Parecía que mi corazón iba recuperando su ritmo normal, aunque no sabía si iba a ser posible, me había asustado de verdad.

Al escucharle no pude evitar echar a reir de manera más sonora. Me quedé sentada en el suelo luchando porque no se me viera nada, este vestido no era a prueba de carcajdas... "Si ya no pasas tiempo conmigo, que vienes y te vas constantemente..." me quejé sin poder dejar de reir aún.

- Ya veo lo mal que lo pasas - dije al ver que seguía riendose. Parecía que no iba a dejar de reirse nunca, a mí no me hacía ninguna gracia. Me quedé mirándola, ella estaba sentada, pero yo permanecí de pie. - Ahora estoy aquí, y lo único que haces es reirte de mí - me quejé, aunque en un tono muy suave, no estaba enfadado, y no quería que ella pensara que lo estaba.

Al escuchar lo primero que dijo me entraron más ganas de reir. Una vez que empezaba me costaba terminar... Hice un gran esfuerza y empecé a calmar mi risa... Aún tenía los labios apretados para que las risas no llegaran a salir de mis labios. Me levanté dificultosamente y me puse frente a él, "Está bien, tu me has abandonado muchas veces y yo te he asustado, estamos en paz, ¿vale?" le dije tendiéndole la mano como los niños pequeños cuando cierran un pacto

Me quedé mirando su mano, sin fiarme demasiado, pero al final se la estreché. Sin soltar su mano me coloqué tras ella, cogí su otra mano y la abracé, cruzando nuestras manos sobre su tripa. Apoyé mi barbilla sobre su hombro, estábamos mirando hacia el lago - ¿Oyes eso? - pregunté suavemente junto a su oído, el silencio era sepulcral, al menos para mis oídos, no estaba seguro de el ruido que llegaba hasta los suyos.

¿Que si oía el qué? Yo tenía mejor oído que él... "¿El qué? ¿Te has vuelto paranoico y ahora escuchas ruidos en todos lados?" dije agudizando al máximo mi oído

Sonreí divertido - Shhhh - la estreché más contra mí - ¿No lo oyes? El silencio - dije con voz calmada - Sólos tú y yo - dije antes de darle un suave y largo beso en la mejilla - Últimamente parece que la población de este pueblo ha crecido, y es imposible conseguir un momento de paz - Respiré profundamente, me gustaba ese lugar, me gustaba la compañía, me encantaba el momento.

Sonreí al escuchar lo que me decía, tenía toda la razón... Rodeé su cuello con mis brazos y me perdí en su mirada, "¿Sabes que aquí fue la primera vez que... me viste ligerita de ropa?" dije recordando el momento, aquel momento fué increíble...

Realmente no recordaba ese momento, pero no era algo que a ella le gustaría oír - ¿Qué pasa? ¿Quieres repetirlo? - pregunté con una sonrisa. Me quedé mirando sus ojos, no me importaba no recordar aquél momento, me importaba que hubiese habido muchos más después de ese, aunque no estaba seguro de que a ella le sirviera. Coloqué un mechón de su pelo, colocándoselo tras la oreja.

No esperaba que lo recordase, "¿Recuerdas el golpe que te diste al resbalarte? Verdaderamente me asustaste..." contesté. Me quedé mirándole esperando su reacción sin perder la sonrisa

No tenía ni idea de lo que me estaba hablando, pero esta vez no me esforcé en buscar una respuesta que no fuera mentira, pero no me dejara al descubierto, sino que contesté una verdad en toda regla. - Debí darme muy fuerte, porque no lo recuerdo - contesté, no recordar un golpe no era nada malo - Si te asustas cada vez que me doy un golpe... no ganarás para sustos - comenté divertido. No podía negar que era un patoso, y mucho más si me comparabas con su agilidad vampírica.

Eché a reir al escucharle intentando disimular, sin embargo por dentro no podía creerme que tuviera salida para todo... "Lo peor fué cuando me tiraste al suelo, y yo me hice la inconsciente... Claro, en ese momento no sabía nada de mi vampirismo, y sin querer me hiciste caer dándome un golpe muy feo..." insistí

Al parecer había armado una buena, pero yo no conseguía acordarme. Y ella parecía muy empeñada en seguir con ese tema - ¿Ya me tratabas mal por aquél entonces? - pregunté divertido - Cómo te gusta hacerme sufrir - dije negando con la cabeza.