Habitaciones.

Bajé la mirada un poco avergonzada mientras me mordía el labio inferior, "Lo mío no tiene mérito, soy vampira. En cambio lo tuyo..."dije volviéndo a levantar la mirada hacia él

Sonreí orgulloso - Lo mío tampoco tiene mérito, se me olvida comer - respondí divertido - Aunque lo de hacer ejercicio... eso sí es cosa mía.... aunque ahora, teniéndote conmigo lo tengo más fácil... - añadí pícaro.

Me reí por su comentario, "No sé por qué dices eso..." dije haciéndome la inocente.

Sonreí - Porque pierdo muchas calorías huyendo de ti, por supuesto - respondí divertido.

"¿Así que no te gusta estar conmigo? Entonces, ¿Por qué sigues en mi cama?" pregunté divertida

- Creo que ya te dije una vez que era muy cómoda - me acomodé en la cama - Y es hora de dormir, así que... ¿qué mejor sitio? - sonreí divertido.

"¡Qué bonito...! Te quedas por mi cama en vez de por mí..." contesté divertida mientras me acomodaba de nuevo en su pecho

- Tú mejoras la cama aún más - le di un beso en la frente y me quedé dormido junto a ella.

Ví que se quedó dormido y le tapé mejor con la manta. "Que duermas bien" susurré a su oído a pesar de que ya no me escuchaba.

Volví a la habitación, parecía que Ethan aún estaba dormido. No me extraña, se acostó muy tarde... pensé. Me acerqué a la cama. y me quedé sentada viéndole dormir.

Noté que alguien se sentaba a mi lado, me desperté bruscamente, incorporándome hasta quedar sentadao. Cuando reconocí a Alice me tranquilicé - Que susto - dije en un susurro - Eres tan silenciosa que me pegas unos sustos... - dije intentando acabar de despertarme. Me revolví el pelo, debía tener unas pintas horribles, y aún más comparado con ella. Bostecé, domir con ella era genial, pero que me viera así nada más despertar, no tanto.

Le miré extrañada al verle despertar de esa manera, pero cuando escuché lo que me dijo no pude evitar echar a reir... Ví como se revolvía el pelo y le coloqué unos cuantos mechones. "¿Qué tal has dormido?"

Sonreí cuando vi cómo me colocaba el pelo - Muy bien - dije abrazándome con fuerza a ella - ¿Qué tal tu noche? - Era consciente de que había desaparecido en algún momento de la noche, porque me había despertado y ella no estaba junto a mí, pero era algo normal, pasar la noche a mi lado, viéndome dormir, resultaría demasiado aburrido. Coloqué un poco las mantas, ella ya estaba vestida, pero yo aún seguía en ropa interior.

"Bien, he estado arreglando un poco mis cosas y poco más..." contesté. Miré la hora de mi reloj, "¿No tienes hambre?" pregunté algo extrañada, por lo que yo creía, a esta hora del día debería haber comido un par de veces...

Ahora que lo mencionaba, sí que estaba hambriento, aunque tampoco demasiado, recién levantado, comer no era lo primero que me gustaba hacer - Estás obsesionada con hacerme comer... ¿No será que estás intentando hacer que engorde y después comerme? - pregunté divertido - No me importaría comer algo... - dije mirándola con lascivia. Acerqué mi rostro a su cuello, lentamente, y le di un suave mordisco - Mmmm, estás buenísima - susurré en su oído.

Me reí por lo que dijo, "Soy la malvada bruja del cuento de Hansel y Gretel" contesté entre risas. Noté su mordisco y le sonreí, "¿No dijimos ayer que se acabaron las reconciliaciones?"

- Esa misma, pero mucho más guapa - respondí con una gran sonrisa - Aunque la verruga esta que tienes aquí... - comenté divertido tocando la punta de su nariz. Escuché lo que dijo y eché a reir - Eso lo dijiste tú, yo no creo que esas palabras salieran de mi boca - dije riendo - ¿Qué pasa? ¿Que no quieres que haga ejercicio para que siga engordando? - pregunté enarcando una ceja, sin perder la sonrisa.

"¿Verruga?" contesté finjiendo estar ofendida. Escuché lo que me dijo y me eché a reir, "Por supuesto, estoy muy hambrienta..." contesté divertida

Le di un beso en la nariz - Pero es una verruga muy bonita - dije con una sonrisa - Va a juego con esta que tienes por aquí - dije deslizando mi dedo índice por su cuello.

Le miré como si fuera una niña pequeña enfadada cruzándome de brazos, "Yo no tengo verrugas..." contesté con el ceño fruncido

Eché a reir - Bueno, llamemoslo lunar demasiado gordo - dije aún riendo - Pero son muy bonitas y sexys, no tienes nada de lo que avergonzarte - añadí con una sonrisa - Además, vienen con el papel de bruja, no puedes hacer nada para evitarlo... No estés obsesionada con comerte mui cuerpo y seguro que desparecen. -

"Obsesión olvidada... Tú te lo pierdes..." contesté divertida con los brazos aún cruzados

- Te lo pierdes tú - respondí orgulloso - Con este cuerpo estupendo que tengo... no me extraña que te lo quieras comer. Pero está totalmente lejos de tus posibilidades - intentaba no reirme, pero iba a costarme demasiado.

"No parecía que ayer pensaras lo mismo..." contesté con una mirada pícara

- Es que a veces hay que hacer algo de caridad - comenté divertido - pero creo que ya ha sido suficiente - dije intentando mantener un tono serio. Me separé de ella y me puse en pie, empecé a buscar mi ropa, la noche anterior la había dejado en algún sitio, pero no recordaba dónde.