Callejón Oscuro.

Eché a reir, "¿Yo?" pregunté como si estuviera indignada. "Bueno, y ¿qué se supone que has venido a buscar aquí?" dije cogiendo su mano para guiarlo hacia el único y ténue foco de luz que permitía algo de visibilidad

- Sí, tú, que pareces empeñada en ello - contesté mientras agarraba su mano para seguirla hacia la luz (XD), tratando de no caerme por el camino, aguantar sus risas no era lo que más me apetecía ahora - Buscaba un tesoro - contesté divertido - Pero, cosas de la vida, el tesoro me escontró a mí - añadí con una amplia sonrisa, mirándola a ella, ahora que podía verla de verdad.

Llegué seguda por el al foco y me volví a mirarle. Al escuchar lo que dijo mi sonrisa, ya permanente cuando estaba con él, se ensanchó un poco más. "¿Y qué vas a hacer ahora con el tesoro?" pregunté divertida, "¿Lo vas a enterrar? ¿Lo vas a vender?" puntualicé entre risas

Escuché su pregunta y me quedé pensativo - ¿Qué voy a hacer con él? - repetí su pregunta en voz alta - Creo que enterrarlo sería una estupidez, y no creo que pudiera venderlo, porque no lo quiero ver en manos de otros. Así que voy a disfrutar de él - dije mientras la agarra de la cadera, acercándola a mí - Y a ir gastándolo poco a poco para que me dure para toda la eternidad - acerqué mis labios a su cuello y me dediqué a darle suaves besos en él.

Escuché lo que me dijo. Las palabras para toda la eternidad hicieron eco en mi mente, sin embargo al notar sus besos por mi cuello mi mente quedó en blanco, dejando de lado esos pensamientos y siendo inundada por él. Sonreí ligeramente mientras ladeaba la cabeza hacia el lado contrario, "Me parece una elección muy sabia..." contesté

Rocé su cuello con mis labios, con delicadeza - Me alegro de que te parezca bien - susurré en su oído - Entonces - empecé a decir con sensualidad - ¿Me ayudarás a cargar con él? - pregunté divertido, me separé de ella, dejando sólo una mano en su cintura, como si fuera echar a andar hacia otro tesoro.

Fruncí el ceño al ver que se separaba de mí. Escuché lo que dijo y alcé una ceja, "pensaba que era la única que te había encontrado aquí..." contesté pasando mis manos por su cintura para acercale de nuevo a mí

Sonreí divertido, volviendo a pegarme a ella - Eres la única - dije mirandola con una sonrisa, volviendo a poner mis manos en sus caderas.

"Más te vale" contesté apuntándole con el dedo índice. Rodeé su cuello con mis brazos, "Entonces me disfrutarás poco a poco, ¿no?" comenté de manera sensual

- Muy poco a poco - contesté mientras apoyaba mi frente en la suya, rozando mi nariz con la suya. Posé mis lbios con suavidad sobre la comisura de sus labios.

Sonreí ligeramente al escucharle. "Me gusta tu manera de hacer las cosas..."

- A mí me gustas tú - Subí mis manos a su rostro, apartando el pelo que lo cubría, las deje sobre sus mejillas y alcé levemente su cara, para besarla con dulzura.

Perdí mi mirada en la suya durante unos segundos antes de devolver su beso de la misma manera. Parecía increíble que hubiese aguantado un día entero sin estar con él, sin tener sus labios junto a los míos...

Cerré los ojos, dejándome llevar por el momento, quería seguir besandola con suavidad, aunque se me hacía difícile estar disfrutando de este manera de sus labios y contenerme. Deslicé mis manos por su cuello y sus hombros, bajando por sus costados hasta llegar a su cintura.

Enredé mis dedos en su pelo mientras disfrutaba de sus caricias recorriendo lentamente mi cuerpo. Mis labios seguían dulcemente atrapados por los suyos, haciéndome olvidar el resto del mundo

Mordí con suavidad su labio inferior antes de seguir besandola. Escondí mis manos bajo su camiseta, acariciando la parte baja de su espalda.

Me acerqué más a él, ocupando el poco espacio libre que había entre nosotros. Continué besándole mientras una de mis manos bajaba hasta su cuello para acriciarlo con las yemas de mis dedos

Bajé mis besos a su cuello, disfrutando del sabor de su piel. Después de haber estado 24 horas sin ella necesitaba disfrutar plenamente de su compañía.

Ladeé de nuevo la cabeza al notar sus besos. Bajé una de mis manos por su pecho, separándome lo sificiente para poder pasearla por su cuerpo libremente. A pesar de estar la camiseta de por medio, podía notar como el calor que desprendía su cuerpo dejaba una huella irremplazable en mi mano. Había echado de menos ese calor...

Intercalé pequeños mordiscos con los besos. Subí mis manos por su espalda, sintiendo el contraste de temperatura entre su cuerpo y mis manos.

Bajé mis manos hasta su cintura y las pasé por debajo de su camiseta para acercalo de nuevo a mí. La sensación de su piel contra la mía era única...

Volví en busca de sus labios, para besarlos de nuevo, esta vez con más prisa que antes. Sentí sus manos en mi cuerpo y me estremecí, como siempre, no podía evitar la respuesta de mi cuerpo a su tacto.

Su corazón empezaba a acelerarse, al igual que el ritmo de sus besos. Acompasé mi ritmo al suyo mientras mis manos recorrían su espalda

Giré con ella, apoyando su cuerpo contra la pared. Dejé que mi mano recorriera su tripa mientras mis besos aumentaban de intensidad cada instante.

Separé mis labios de los suyos escasos centímetros, "¿Aquí?" pregunté con una sonrisa recordando un día que estuvimos en la cima de la montaña en una situación bastante similar...