Sala de estar.

Quizá ella tenía razón, quizá no había nada diferente, pero yo sí sentía que era diferente, ahora empezaba a preocuparme por otras cosas - Mira, yo no puedo cambiar cómo me siento. - dije algo molesto por cómo me trataba ella, yo había aguantado mucho, y ella se comportaba así...

Lo noté molesto, no era mi intención, por lo que intenté mejorar mi tono de voz... Cogí su mano y la entrelacé con la mía, "Puedo esperar lo que tú me pidas, puedo tomarme las cosas con la calma que me pidas, no quiero agobiarte, pero si no me dices qué es lo que tú piensas o cuál es tu idea de formalizar algo, vamos a caer en un punto del que no vamos a poder salir, y no quiero eso contigo..." dije intentando mostrar comprensión, "Yo no tengo prisa por formalizar nada, lo único que quiero es estar contigo, pero es que no entiendo tu punto de vista..." añadí cogiendo su rostro para que me mirase.

Me separé de ella suavemente, tenía muchas cosas en la cabeza - Lo siento, creo que es mejor que me vaya, necesito pensar - la miré, ella no me entendía, pero yo tampoco - Nos vemos mañana, ¿vale? - le di un beso en la frente - Lo siento - dije de nuevo antes de salir de allí.

Cuando me dijo que se iba así... otra vez... el mundo se me vino encima, no sabía que era lo que estaba haciendo mal y él no parecía querer hablar conmigo... Inexplicablemente sentí como me empezaba a faltar el aire, a pesar de que yo no necesitaba respirar... Ví como se despedía, nisiquiera pude articular un simple adios, me quedé allí sentada, sin saber qué hacer, viendo como se iba una vez más... No soportaba el dolor que una vez más me ahogaba, por lo que salí de allí en busca de lo único que me calmaría ahora, cazar... Aunque recé porque ningún humano se cruzara por allí en ese momento, mis sentidos estaban incontrolables...

Entré en el salón de nuevo, no quería alejarme de ella, y menos dejar las cosas como lo había hecho. Pero ella no estaba, me senté en el sofá y escondí mi cara entre mis manos. La había cagado, de nuevo, era un idota. Aún tenía la cabeza llena de historias, pero quería estar con ella.

Corrí lo más rápido que me era posible hacia la sala de estar, supuse que si había vuelto, habría ido al sitio donde me dejó... Llegué corriendo y me paré en seco al verle allí, parecía estar muy mal... De nuevo me bloqueé y no supe decir nada, me quedé allí de pie mirándole

Oí un ruido, levanté la mirada con la esperanza de que fuera ella, cuando la vi mi corazón se detuvo, me quedé trabado unos segundos. Me levanté y fui corriendo hacia donde estaba ella - Lo siento mucho, en serio, sé que no debí irme, pero es que no podía pensar, lo siento, en serio - dije, hablaba demasiado rápido, unas palabras se juntaban con otras, no sabía si ella me habría entendido.

Escuché lo que me dijo y le abracé fuertemente rodeando su cuello con mis brazos, tenía miedo de que volviese a irse... "Ahora da igual..." dije apoyando mi cabeza en su hombro

Rodeé su cintura con mis brazos, apretándola contra mí. Subí una de mis manos por su espalda hasta llegar a su cabeza, acaricié su pelo suavemente. Cerré los ojos, inspirando su olor - No vuelvas a dejar que me vaya así, ¿vale? No es justo para ti - Siempre que me marchaba era porque me agobiaba, pero a los poco minutos de haberla dejado sola ya me estaba arrepintiendo, y al final iba a cansarse de mis reacciones.

"Verdaderamente no creo que pueda volver a dejarte ir así..." contesté con la voz algo entrecortada, "Me sentía tan impotente que he estado a punto de salir de caza, y no es muy recomendable salir de caza con los nervios descontrolados..." dije en un susurro apenas audible.

Escuché lo que me decía, no llegué a entender por qué no habría sido buena idea, aún así me sentí mal por ello - Lo siento mucho - repetí. De verdad me sentía fatal, no sabía cómo ella se lo tomaba tan bien - No te merezco - dije acariciando su espalda - ¿Tienes sed ahora? - pregunté, si había pretendido ir de caza, igual ahora no era buena idea que estuviera tan cerca de ella, no quería que lo pasara mal.

Escuché como se disculpaba, no era culpa suya que yo no supiera canalizar lo que sentía de otra manera, debería haberme callado..."No ha sido culpa tuya, y no digas eso, no es verdad...". Escuché que se preocupaba por mi sed, "No, tranquilo, no tengo sed...". No quería explicarle los verdaderos motivos de mi repentino deseo de caza, no quería asustarle... "¿Estás tú mejor?" pregunté separándome un poco para poder ver su expresión

- Sí, claro - dije con una sonrisa volviendo a pegarla a mí. No era mentira, estaba mejor, pero no estaba bien del todo, mi cabeza aún daba vueltas entre frases que me quería decir y no podía y aquellas dos palabras que ella me dijo el otro día. ¿Qué me pasaba? Todo estaba bien, no teníamos ningún problema, a excepción de que ella era un vampiro y yo sólo un simple y débil humano.

"¿Quieres hablar del tema?" pregunté dudosa. A mi parecer, era mejor hablarlo e intentar dejarlo zanjado, siempre me resultaba imposible seguir con otra cosa cuando tenía algo en mente, pero puede que a él no le apeteciera...

- Prefiero no hacerlo, no creo que pudiera decir nada más que lo que te he dicho - volví a poner mis manos en su cintura, apoyé la barbilla en su cabeza, me encantaba estar así con ella. Acaricié con suavidad su cintura, no podía separarme de su cuerpo.

"Está bien" contesté, aunque dudaba de que mi mente pudiera dejar a un lado esos pensamientos... "No sabes cuánto me alegro de que hayas vuelto..." le dije mientras una sonrisa se dibujaba de nuevo, no necesitaba nada para ser feliz más que él.

- Y yo me alegro de haber vuelto - sonreí ampliamente, esperaba que no tuviéramos ningún problema más durante un tiempo, o al menos durante lo que quedaba de noche.

Suspiré profundamente y apoyé mi cabeza en su pecho, casi me sentía aliviada, me hubiese vuelto loca si no hubiese podido normalizar las cosas esta misma noche...

La levanté del suelo y di varias vueltas hasta llegar al sofá. Me senté sobre el sofá y la coloqué sobre mí, me quedé mirándola unos segundos - Eras perfecta - dije con una amplia sonrisa.

Escuché lo que me dijo y sonreí, me paré unos segundos a pensar las palabras que iba a decir, no quería que se sintiera agobiado... "Me encantas"

- Te quiero - dije sin pensarlo, esas palabras llevaban rondándome toda la tarde, era lo que sentía por ella, y no podía cambiarlo. Pensé que no me sentiría bien después de decirlas, pero al contrario, me sentía bastante bien después de decirlo. Sonreí ampliamente.

Le miré sorprendida, no me podía creer lo que había oído, ¿Seguro que le había escuchado bien? Era muy poco probable que le hubiese escuchado mal, aún así pensé en todas las palabras que rimaban con lo que había dicho... Definitivamente lo había dicho... Sonreí cuando llegué a esa determinación, le abracé y susurré a su oído: "Te quiero". Me separé para asegurarme de que seguía bien

Me quedé mirándola, se había quedado callada, no sabía cómo la había sentado, seguramente pensaría que estaba loco, aunque ya debería tener bastante claro que lo estaba. Cuando escuché su respuesta me tranquilicé, me abracé a ella y le di un suave beso en la mejilla, cuando se separó me quedé mirando con una sonrisa, acerqué mis labios a los suyos y la besé.

Respondí a su beso con otro dulce y suave. Mi mente no paraba de reproducir una y otra vez sus palabras, no me esperaba ese cambio, y menos ahora, pero me encantaba...

No quería separarme de ella, pero ya era tarde y estaba cansado. Tanto pensar no me venía bien. Me separé unos centímetros de ella -Creo que mis necesidades humanas van a estropear el momento.