El Parque ...

La miré intrigado - Claro, pregúntame lo que quieras - Estaba nervioso, no sabía qué la preocupaba y quizá esta pregunta me ayudaría a entenderla.

"¿Cómo es encontrate conmigo cuando no sabes quién soy y a los 20 minutos estar besándome sin poder parar? quiero decir ¿Vas recordando conforme pasas tiempo conmigo?" le pegunté dudosa por si le molestaba la pregunta "no quiero ser indiscreta con la pregunta, pero es algo que me produce verdadera curiosidad..." dije un poco como justificando la pregunta.

Me sorprendí por su pregunta, sabía que alguna pregunta tenía que tener sobre ello - No es que no me acuerde de ti. No recuerdo todo lo que tiene que ver contigo, pero sí lo importante - respondí, sabía que era difícil de entender - Cuando te veo, siento algo, no sé cómo expicartelo, puede que no recuerde cómo te conocí, o cómo es tú nombre, pero lo que siento... eso no puedo olvidarlo - la miré con una sonrisa. - No vayas a pensar que me voy besando con la primera chica que se acerque a mí.

Escuché todo lo que me dijo. Un enigma menos, si al menos todos fueran tan fáciles de resolver...pensé. "Es bueno saber que esos labios sólo los toco yo ahora..." bromeé con una sonrisa mientras con la yema de mi dedo índice recorría sus labios.

Me alegraba que se lo tomara tan bien, poder decirla la verdad y que no se sintiera infravalorada, que no me echara la culpa de no recordar, de no esforzarme para guardar su imagen en mi mente. Sonreí sintiendo el dedo sobre mis labios. Hice cómo si fuera a mordérselo y luego reí - ¿Sabes? Me gustaría más que tocaras mis labios con otra parte de ti - dije con una sonrisa pícara.

Aperté mi mano cuando hizo como que me iba a morder si poder evitar reir. Puse mirada pensativa unos segundos, "Mmm...no sé con que otra parte podría tocar tus labios..." le dije con una mirada sensual y acercándome a él lentamente.

Puse mirada pensativa - No sé - cogí su mano y la bese en el dorso - Creo que con esta no - recorrí su brazo con mis besos - Nada, que no me convence - besé su hombro y su cuello - creo que me voy acercando - dije con voz sensual. Llegué con mis besos a la comisora de sus labios - siento que me estoy quemando.

Reí divertida por su juego. Subí mi mano hasta su cuello para enredarla con su pelo mientras lo acercaba poco a poco a mí. Acorté la poca distancia que quedaba y empecé a rozar mis labios con los suyos, notando su dulce aliento en mi boca. "¿No estás ardiendo aún?"

Sonreí notando el roce de sus labios - Ahora mismo no sé cómo no salen llamas de mi cuerpo - Posé mis labios en lus suyos y empecé a besarla, con calma, sin prisa, saboreando cada instante.

Le devolví el beso disfrutando de cada segundo. Me encantaban sus labios, eran tan cálidos, tan dulces, eran perfectos. No llegaría nunca el día en que me cansara de la sensación que me producían cuando se mezclaban con los míos.

Puse las manos en su cintura, tiré de ella hasta sentarla sobre mí. Aumenté la velocidad de mis besos, deseaba sus labios, no quería que nos separáramos nunca.

Noté que me sentó sobre él y no pude evitar aumentar la intensidad de mis besos. Pasé mi brazo izquierdo por debajo de su camiseta para acariciar sus espalda mientras mi otra mano seguía enredada en su pelo. En ese momento me vinieron a la mente las imágenes de la noche anterior. Intenté tranquilizarme y bajé el ritmo de mis besos, pero continuando en la misma posición.

Sentí su mano por mí espalda y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Noté como aumentaba la velocidad y me dejé llevar, cuando volvió a tranquilizarse recordé la noche anterior, tenía que tomármelo con calma.

Me separé de sus labios lentamente y me acerqué a su oído, "Me encantas, lo sabes, ¿verdad?" le susurré mientras seguía acariciando lentamente su espalda recreándome en cada recoveco de ella.

No quería que se separara, pero tuve que aguantarme. Sentí su aliento en mi oído - No me cansaré nunca de que me lo digas - dije con una sonrisa - Y menos si me lo dices así... - dije con voz sensual. - Tú tambien me encantas - dije en su oído, dandola un dulce beso.

Llevé mis labios por su mandíbula y le dije "Eso espero" contestando a su primer comentario. Seguí subiéndolos y antes de llegar de nuevo a sus labios le miré y con una sonrisa le dije "Espero que tampoco te canses de eso" repondiendo a su último comentario. Me acerqué de nuevo lentamente para besarle una vez más.

Sonreí sintiendo sus besos recorriendo mi mandibula. Escuché lo que me decía - Nunca - dije en un susurro antes de besarla. Metí la mano bajo su camiseta, acariciando la base de su columna. Su cuerpo me traía loco, el tacto de su piel bajo mis dedos era una de las mejores sensaciones que podía sentir, otra era besar sus dulces labios.

No pude evitar sonreir entre beso y beso cuando me contestó. Noté una de sus manos en mi espalda y me estremecí. Me encantaban sus caricias sobre piel. Bajé la mano que tenía en su pelo por su cuello hasta llegar a su pecho, donde empecé a recorrer cada milímetro de él.

Sentí sus manos por mi pecho y aumenté la velocidad de mis besos sin darme cuenta. Subí más mi mano por su espalda, disfrutando de su cuerpo. Apreté su cuepo contra el mío, bajando la otra mano por su pierna.

No pude evitar devolverle los besos acompasándolos a su ritmo. Me era muy difícil mantener el control de la situación. Noté su mano por mi espalda y un gruñido se ahogó en mi garganta. Me encantaba notar su cuerpo pegado al mío, podía notar su corazón golpeando mi pecho. Estaba perdiendo el control.

Profundicé el beso, jugando con su lengua, no podía reprimirme cuando estaba con ella, desesaba sus besos, deseaba su cuerpo, la deseaba a ella. Pero tenía que pensar en ella, no quería agobiarla. Me separé con la excusa de coger aire, volví a poner mis manos en su cintura, acariciando su cuerpo con suavidad. Me quedé mirando sus ojos - Me vuelves loco - dije sonriendo de lado.

Cuando profundizó el beso perdí el control, agarré su camiseta para pegarlo más a mí. Agradecí que fuera él el que se separó de mi, ya que yo no tenía tanta fuerza de voluntad en ese momento. Bajé la mirada mordiéndome el labio. Escuché lo que me dijo y volví a subir la mirada sonriéndole. "Y tú a mí".

Me quedé mirandola cuando bajó la mirada, pero me alegré cuando sonrió. Agarré su rostro con mis manos y la besé de nuevo, no podía resistirme a sus labios. Me separé y miré sus ojos, quité las manos y las extendí por el respaldo del banco, suspiré - Es difícil resistirme teniendote delante - sonreí, para que mi frase no sonara del todo mal.

Ví como ponía las manos sobre el banco y escuché lo que me dijo, "Demasiado difícil..." contesté mientras volvía a sentarme a su lado. No creo que esta posición ayudara a su control, y tampoco al mío. "Cuesta más de lo que pensábamos, ¿no?"

Vi que se levantaba y volví a sentarla sobre mí - No te alejes de mí, creo que puedo aguantar - dije seguro, con una sonrisa. No quería que ella se sintiera mal.