Plaza de San Marco.

Por fin encontré un banco, en buena hora había ido al médico, ahora tenía que caminar con estas estúpidas muletas. Me senté en el banco, la voz del doctor resonó en mi cabeza, la pierna en alto, la subí con un suspiro de resignación, a partir de ahora, aléjate de los árboles. Saqué la PDA como cada vez que estaba solo, cuando metí la mano en el bolsillo allí había algo más, lo observé contrariado y volví a guardarlo.

Llegué a la plaza después de haber estado vagabundeando por las calles. Reconocía que estaba más agusto desde que estaba en Forks, pero me había gustado volver a ver a mi familia a pesar de que hacía poco que los había visto. Al llegar reconocí a la persona con la que más había hablado desde que me mudé ¿Qué hacía en Italia? me pregunté. Me acerqué por las sombras hasta el banco donde estaba sentado, en el cual aún incidían los rayos del sol, por lo que me quedé a la izquierda del banco.
"¿Cómo tú por aquí chico misterioso?" saludé

Guardé de nuevo la PDA, cuando una chica me habló, lo hizo con confianza, así que estaba claro que la conocía. A mi me sonaba y mucho, una sonrisa apareció en mi rostro, sin ningún motivo, lo que se me hizo extraño ¿Cómo yo por aquí? Y yo qué sé, si ni si quiera sé dónde es aquí. - Misterioseando un rato - respondí divertido. - ¿ y tú? - cuando no sepas que decir, responde con otra pregunta.

FDR: Igual tardo un poco en contestar

Lo noté más distante que la noche anterior, ¿le pasará algo? pensé. Escuché su respuesta, al menos algo no había cambiado, sus respuestas seguían siendo difusas...
"Visita familiar" respondí encogiendome de hombros. "¿Cumplirás hoy el trato, o me vas a hacer que te suplique de nuevo?" le prugunté divertida poniendo carita de pena.


Fdr: Don't worry ^^

Visita familiar, así que era de por aquí, ¿pero qué era aquí? La observé mientras hablaba, intentando recordar, había algo en ella que me resultaba familiar, me sentía cómodo, así que tenía que conocerla más allá de lo superficial. ¿Un trato? ¿Qué trato? - Súplicame, por favor - respondí divertido. Igual si ella hablaba más conseguía entender qué era lo que quería que hiciera.

"A este paso me vas a quitar el puesto de chica mala" le digo con carita de mala. "¡Andaaaa! contestame a lo que te pregunté, te he dejado tiempo de sobra para meditar la respuesta..." le pedí poniéndole ojitos y carita de pena mientras me aguantaba la risa.

Fdr: voy a desconectarme unos minutos, pero vuelvo enseguida. Medita la respuesta, jeje.

Cuando dijo lo de chica mala por fin recordé quien era, lo había leído en la PDA. Ella era la chica que quería saber cosas sobre mí, la chica de las preguntas, ahora me cuadraba lo del chico misterioso - Para mí siempre serás la chica mala, me gusta más que la chica suplicante.- El problema es que no recordaba la pregunta, necesitaba salir de esta - Si quieres una respuesta tendrás que preguntar como es debido - Levanté la cabeza orgulloso, lo único que necesitaba era tiempo, pero si ella me ayudaba recordandome la pregunta todo sería más facil.

"¿Qué escondes en tu PDA chico misterioso?" pregunté mirándole fijamente con una sonrisa en los labios


Fdr: perdón por la tardanza.

Así que quería saber lo que escondía en la PDA, no sabía qué contestar, necesitaba más tiempo - ¿Es que quieres que pierda todo mi misterio? - pregunté divertido. No iba a servirme de mucho, pero al menos me daba más tiempo para pensar. Me revolví el pelo en un gesto nervioso, no sabía que iba a contestarla.

FDR: Tranquila, si estoy liao buscando una cosa.

No sé por qué, pero era como si la pregunta le hubiese pillado con la guardia baja..."¡Así que he dado con la clave de tu enigmático mundo!"dije orgullosa. Noté su inquietud. "¿Estás nervioso chico misterioso" pregunté con un tono un tanto pícaro

- Nada de eso, es sólo que intento darle más misterio - me excusé, no quería tampoco que le diera mucha importancia al tema, así no preguntaría tanto por ello, pero mi falta de respuesta no estaba ayudando mucho. La miré durante unos segundos - Mi vida - respondí misterioso, eran dos palabras, era la verdad, pero aún así, ella no lo entendería y yo había contestado. Sonreí orgulloso de mí mismo. Ahora tenía que pensar una pregunta para hacerle a ella.

"¿Un puñado de números y unas cuantas citas anotadas son tu vida? No se te ve una persona tan ajetreada" contesté un tanto extrañada

Me encogí de hombros - Esa es mi respuesta - sonreí divertido. Había conseguido responder sin darla mucha información, esperaba que ella siguiera tomándoselo bien. Medité unos segundo mi siguiente pregunta - Mi turno, ¿Te gustaría cambiar tu vida por otra? -

"No" contesté sin más, como él no me daba explicaciones...tampoco me las podía pedir él a mi. Puse una sonrisa de superioridad al tener ese pensamiento en mi mente. "¿Conoces a mucha gente ya en Forks?" pregunté despreocupada. No era una gran pregunta, pero me daba tiempo hasta pensar alguna mejor.

Estaba empezando a imitar mis respuestas, la vi sonreir, me sorprendió, la miré intrigado, aunque no dije nada - Que pasa, ¿que has decidido ser también la chica misteriosa? - pregunté divertido - Aquí solo puede haber un chico misterioso - dije orgulloso. Escuché su pregunta - No - contesté como lo había hecho ella, aunque no habría sido la respuesta que yo habría dado. Ahora tenía que pensar otra pregunta - ¿crees que se puede llegar a conocer a una persona?

"Quién sabe, a lo mejor me paso al bando oscuro" contesté entre risas. Escuché su pregunta y pensé en la posibilidad de conocerlo a él "No, sobre todo si la persona es como tú" dije en tono burlón. "¿A quién más conoces desde que llegaste a Forks?"

- Lo siento, pero para mí siempre serás la chica mala - sonreí de forma seductora. Escuché su respuesta y reí a carcajadas - Tranquila, no hay nadie como yo, soy único - dije orgulloso de mi mismo. Escuché su pregunta, cada vez me hacía preguntas más concretas, y con ello, más difíciles de contestar.- A todos los que he necesitado conocer - Vale, esa respuesta no la iba a servir, estaba seguro, pero no tenía otra. Busqué rápidamente una pregunta que hacerla, pero me había quedado en blanco.

"¡Eso no es justo! Te he hecho una pregunta demasiado concreta como para que te vayas por las ramas de manera tan descarada...¿No te da vergüenza?" dije con un tono de indignación en mi voz, pero aún así entre risas. "Voy a tener que ser verdaderamente mala contigo si sigues así...". Miré el cielo, y después la hora de mi reloj, llevaba un buen rato de pie, aunque para mí eso no era un problema, a lo largo de los años había visto como les resultaba incómodo estar de pie mucho rato. "Creo que Ethan no se ha percatado aún de eso" pensé, y volví a mirar el cielo intentando calcular cuánto más tendría que estar así.

Miré a la chica divertido, sin poder evitar reir, al menos se lo tomaba bien. - Lo siento, ¿que es eso de la verguenza? No sé que significa - entorné los ojos simulando confusión, aunque sin perder la sonrisa. La vi mirar el reloj ¿se estaría aburriendo? - ¿Por qué estás empeñada en que te cuente cosas sobre mí? - era mi turno de pregunta, y realmente me intrigaba que quisiera conocerme, la gente se cansaba de mi hermetismo enseguida, en cambio ella, seguía intentando traspasar la barrera.

Me reí mpliamente de su broma y le contesté entre risas: "Creo que a estas alturas es ya todo un reto...Me gusta resolver los enigmas..." dije esta última frase recalcando la palabra resolver, quién sabe, puede que así me diera algo de ventaja...

Me tranquilicé cuando la vi reirse, al menos no parecía aburrida, pero seguía de pie, me eché a un lado dejándola hueco - ¿Quieres sentarte? - pregunté señalandola el sitio amablemente. Escuché la respuesta a mi pregunta - Siento decirte que conmigo lo tienes difícil, pero no seré yo el que te quite de intentarlo. - Lo dije seguro de mi mismo, aunque con una sonrisa en el rostro.

Me tensé cuando escuché su oferta. El banco aún no era seguro, ¿qué le iba a decir ahora? no, no puedo exponerme al sol, mi piel brilla, por no hablar de que una familia de vampiros vendría a matarme... me tensé aún más al escuchar mis pensamientos, creo que no era la mejor respuesta. Necesitaba ganar algo más de tiempo, ¿pero cómo?
"No, gracias, creo que es mejor que te tumbes, se te ve algo pálido, por no hablar de tu tobillo, deberías ponerlo en alto más a menudo..." hablaba tan deprisa que casi no podía entenderme ni yo misma, por no hablar de como se me trababan las palabras. Creo que era la excusa más estúpida que había dicho en toda mi vida, pero el tiempo pasaba y era lo primero que se me había ocurrido... espero que cuele... Intenté poner una sonrisa despreocupada al escuchar su réplica con el fin de calmarme también un poco. "Te toca responder, ¿no?" dije aún nerviosa "¿Por qué te cuesta tanto hablar de ti?"

Parecía nerviosa, no entedía el por qué, hablaba de manera atropellada, igual no quería sentarse a mi lado, ese pensamiento hizo que mi gesto se tornara serio, cuando me di cuenta intenté recuperar la sonrisa - Debo tener una cara horrible - bromeé. Escuché su pregunta, me tocaba responder, preferiria preguntas impersonales, pero con esta chica no iba a ser facil conseguirlo - No me cuesta hablar de mí, pero tus preguntas no son sobre mí - siempre intentaba responder con sinceridad, y esta vez lo había conseguido. Ella me preguntaba sobre lo que había conocido, mis origenes, pero no sobre mí.

Parecía no darle muchas vueltas a mi estúpida respuesta, aún así seguía algo nerviosa. Ví que su rostro se puso serio durante unos segundos, estaba claro que mi respuesta le había sonado a excusa barata, ¿cual pensaría que era la verdadera razón de no sentarme con él? "Pues sí, muy mala cara, deberías hacerme caso de vez en cuando, que sepas que tiendo a tener razón siempre" contesté con una sonrisa y una mirada altiva. "Está bien, me centraré más en ti, tu lo has querido" dije divertida. "Cuál es tu comida favorita?"