El Parque ...

"No te lo tomes a mal, pero no los conoces, no me tranquiliza el hecho de que pienses que no va a pasar nada..." contesté sincera

- ¿Qué prefieres? ¿Que cada vez que esté con uno de vosotros, contigo, esté sufriendo por lo que pueda pasar? - pregunté intentando no sonar demasiado brusco.

"No, me valdría con que me hicieras caso de vez en cuando..." contesté con voz tranquila

"Da igual, haz lo que quieras..." contesté, "Me limitaré a preparame para la pelea..."

Me quedé mirandola - ¿Y no habría alguna manera de que todo fuera más fácil? - pregunté

"¿Alguna sugerencia?" pregunté. Como si fuera tan fácil...

- No se me ocurre ninguna que esté dispuesto a aceptar - dije acercándome, acariciando su pelo.

"Pues entonces me parece que ya está todo hablado. Haz las cosas a tu manera y yo me prepararé para las consecuencias" contesté con un suspiro

- No quiero que te expongas al peligro por mí - dije mientras mis dedos se enredaban entre sus mechones.

"No quiero que te expongas al peligro... a secas" contesté mirando sus ojos de manera suplicante.

No podía seguir mirando sus ojos. Apoyé su cabeza en mi tripa - Haré lo que pueda - era todo lo que podía prometerla.

Rodeé su cintura con mis brazos estrechándole fuertemente contra mí, "Supongo que tendré que conformarme..."

Suspiré, no me gustaba nada esto. Alcé la cabeza, el cielo estaba repleto de estrellas, la luna llena brillaba - Me gustaría viajar a la luna, contigo, y quedarnos allí los dos solos, sin nada que preocuparnos...

Sonreí ligeramente al escucharle, ¿sin preocupaciones? demasiado bonito... "¿A la luna? No creo que me quede bien el traje de astronauta..." bromeé intentando relajar el ambiente, no quería otra noche de problemas...

- No creo que tú lo necesitaras... En cambio, yo... Tendré que cargar con él allá a donde vaya - contesté divertido - Y se acabó eso de... ya sabes. Todo tiene su lado malo - dije riendo.

"Definitivamente la luna no es el mejor destino para relajarse... " bromeé con una sonrisa

- ¿Y qué te parece el sol? - pregunté divertido. Sin dejar de jugar con su pelo.

"Has elegido el lugar más mortal para mí... No creo que sea recomendable..." contesté sin perder la sonrisa

- Creo que será mejor otro sito... - dije pensativo - ¿Qué te parece el Polo Norte?

"¡Con los pingüinos! Son tan monos..." contesté entre risas

- Mejor no, no vaya a ser que te enamores de un pingüino y me dejes - dije finjiendo estar celoso.

Eché a reir al escucharle, "Eres el único que tiene cabida en mi cabeza..." dije perdiéndome en su mirada

- Eso es porque yo soy muy grande y tú tienes una cabeza muy pequeña - dije riendo, me quedé mirando sus ojos, eran mucho más bonitos que el cielo.

Eché a reir de nuevo. Me alegraba que hubiésemos dejado los problemas de lado, aunque sólo fuese por escasos momentos...