Isla del Faro

La miré confuso ¿Qué era lo que tenía que notar? ¿Qué tenía ella de diferente? - No sé que quieres que te diga - nunca había sido muy observador, ya que al final lo olvidaba, pero con ella era distinto, la recordaba, siempre estaba en mi mente. Intenté recordar algo distinto en ella, cuando sentí su mano noté una de las diferencias - Siempre estás fría - contesté sin saber lo que eso significaba.

FDR: Tengo que irme una horita...

Cogí su otra mano y la puse en su pecho. "Te aseguro que estoy diez veces más nerviosa que tú, sin embargo, tú no puedes notar nada en mi pecho...". Lo miré a los ojos con el horror pintado en los míos. ¿Qué estaría pensando ahora mismo? ¿Estaría asustado? ¿Qué haría cuando entendiera lo que le estaba diciendo ahora mismo? "No soy para nada lo que parezco... No soy frágil, no soy normal y no soy humana...". Me quedé paralizada por mis propias palabras...

Escuché sus palabras, repasándolas una a una. ¿Qué me estaba diciendo? Apreté más la mano contra su pecho, no sentía nada ¿Cómo era posible? ¿Que no era humana? ¿Cómo podía ser cierto? Quité la mano de su pecho - No sé qué estás diciendo. No entiendo nada - dije confuso - Esto es demasiado raro.

FDR: Gracias por esperar!

"Sé que es difícil de creer, pero es que... ¿crees en los mitos?" pregunté confusa.


Fdr: que conste que te he esperado, pero mi conexion...

- No mucho la verdad - dije con la confusión en la mirada. De verdad no sabía de qué me estaba hablando, y encima ahora hablaba de mitos... No entendía nada.

FDR: Consta, consta. Que cuando he vuelto estabas...

"¿Crees en... vampiros?" pregunté dudosa. Esto era demasiado difícil de explicar...

- ¿Vampiros? - pregunté alucinando. Esto ya era demasiado ¿Vampiros? ¿Quién cree en vampiros hoy en día? - ¿Me estás hablando en serio?

Me agaché y cogi una piedra. La puse en la palma de mi mano de manera que la viese perfectamente. Cerré la mano y cuando la abrí la piedra estaba perfectamente molida. "Mi piel es fría, mi corazón no late, no soy frágil... ¿Acaso te parezco normal?"

Mequedé mirando los restos de la piedra, aquello no podía ser cierto. Sentí que me faltaba el aire, tuve que sentarme. ¿Vampiros? Repetía una y otra vez en mi mente - No puede ser - dije pensando en voz alta. Mi sentido común me obligaba a negarlo, pero la piedra... y su corazón, su piel, estaba claro que algo raro había.

Me arrodillé frente a él. Estaba... ¿aterrado? ¿confuso?. Ya no se si ha sido buena idea. No me atrevía a tocarle, no me atrevía a mirarle, no sabía que hacer. Simplemente me quedé ahí esperando a que saliese corriendo...

Noté que se arrodillaba frente a mí, la miré a los ojos, seguía siendo ella. Mi corazón quería creer lo que me decía, pero mi cabeza sólo decía que no podía ser cierto. - Sigues siendo tú - era lo único que podía decir, lo único que tenía claro.

Me quedé pensando en sus palabras. ¿Estaba intentando convencerse? ¿Me estaba intentando convencer a mí? "Siento que sea todo tan... confuso". Levanté la mirada para mirarle "Por favor haz algo, no sé si quieres salir corriendo, si me tomas por loca, si quieres hacer como que nada de esto ha pasado... ". No aguantaba esa tensión, no aguantaba no saber que pasaba por su mente ahora mismo.

Oía lo que me decía, pero mi cuerpo no reaccionaba. Me quedé mirando sus ojos ¿Qué quería hacer?¿Qué iba a hacer? No parecía que ella estuviera loca, además de los pequeños detalles que apoyaban su historia, pero aún así no podía creerlo. No quería echar a correr, ni chillar, ¿qué quería? me pregunté a mi mismo. A ella, la quería a ella, fuera quien fuera. La besé, suavemente, no sabía cómo iba a reaccionar, pero eso era lo que yo quería.

Ví que por fin hacía algo y me besaba. Le devolví el beso, pero lentamente me volví a separar. "¿Es que no te das cuenta de lo que soy? ¿Es que no vas a salir corriendo?". Intenté mirarle al hablar con él, pero me era imposible. Tenía que haberme alejado de él antes...

- No podría echar a correr aunque quisiera - intenté bromear, aunque era cierto, mis piernas no me respondían. - Mira, esto es muy raro, no puedo creerme del todo lo que me has contado - dije hablando despacio - quiero creerte, pero es muy difícil. - Mi mirada confusa apoyaba mis palabras. De verdad no tenía ni idea de qué pensar, ni de qué decir. Mi corazón aún latía alocado y parecía que en cualquier momento se pararía de golpe. - Lo siento, no sé que decirte.

Escuché sus palabras..."¿Y ahora?"

¿Y ahora? No sabía que iba a pasar ahora - ¿Qué ha cambiado? Quiero decir, respecto a nosotros - No me parecía que nada hubiera cambiado, ella era diferente, pero ¿eso en qué me afectaba a mí?¿Qué iba a cambiar?

Le miré atónita. No me lo podía creer. "¡¿Qué que ha cambiado?! ¿Pero es que no me ves? ¿No eres consciente de lo que le he hecho a esa piedra? ¿Es que simplemente te da igual?". No sabía si alegrarme o no de que no le importara... No entiendo su sentido de la supervivencia...

- Tú sigues siendo tú - me encogí de hombros. - Lo que me has dicho no cambia nada, sólo que ya sé tu secreto, ahora puedo entender ciertas cosas - me expliqué - Pero tú, sigues siendo tú - repetí de nuevo. No sabía si es que ya no me asustaba el peligro, o que de verdad ella no me parecía peligrosa, pero no tenía miedo, quería segui con ella, fuera lo que fuera.

¿Pero cómo podía estar tan tranquilo? ¿tan inmune? "¿Pero es que no sabes lo que es un vampiro? ¿Sabes lo que como?". No lo podía entender. Explicárselo había sido difícil, pero entender su reaación estaba siendo una odisea...

No me había parado a pensar en eso - ¿Es que estoy en peligro? - pregunté confuso - Quiero decir, has tenido muchas oportunidades para hacerme daño - pensé la de veces que su boca había recorrido mi cuello - y no me has hecho nada. - Parecía que ella estaba empeñada en que la tuviera miedo, pero yo no lo sentía.

"Inteto alimentarme de animales, pero podría perder el control... ¿Es que te da igual?". Aún no me lo podía creer.

- Si me lo pones así, pues no me da igual. Pero realmente no creo que sea para tanto - me sentía bastante estúpido explicándole mi punto de vista, parecía que lo que yo pensaba no era normal - Ya te he dicho que llevamos varios días prácticamente juntos las 24 horas y no me has hecho nada, ¿por qué ibas a hacérmlo ahora? - Yo no podía sentir que las cosas hubieran cambiado, para mí, ella seguía siendo la chica que hacía que mi corazón latiera desbocado.

Dí la batalla por perdida y me senté a su lado. "Creo que nunca llegaré a entender tu concepción de miedo...". Esto era tan extraño, había montado la película de este momento tantas veces en mi cabeza, con tantos finales alternativos... Pero este no entraba en mis posibilidades...

- Es que mi cerebro no es del todo normal - me señalé la cabeza - Si quieres echo a correr - dije con una tímida sonrisa - pero si las historias que he oído son verdad, me alcanzarás enseguida - No sabía por qué intentaba bromear, quería que se animara, no me gustaba verla así. De verdad algo no estaba bien dentro de mí, seguramente mi reacción no era la más normal, pero yo ya estaba acostumbrado a ello.