Cima de la montaña

- Ya no estoy enfadada - transmití este pensamiento a Ethan mientras le sonreía. Había visto a Agatha hacerlo varias veces, por lo que no me costó nada. Me reí al escuchar que me llamaba loca psicópata de nuevo, "Mucho quejarte, pero tu mano está perfecta...". - Ya he aprendido algo nuevo de tí Agatha... -, dije refiriendome al comentario que le había transmitido a Ethan

-Todo es culpa tuya, Ethan, si no fueras amargado no te haría cosquillas- dije riendo. -Alice me lo coserás ¿Verdad?, Aunque dudo que se puede el daño es irreparable- Contesté simulando estar triste-

"Sera, es que mi vestido negro, quedo muchísimo más corto que antes por culpa de Ethan"- Contesté rápidamente.

Escuché esa vocecita en mi cabeza que tanto me relajaba "-Exelente-"

- Sé que me queda mejor y tú también lo sabes -digo sonriendo orgullosa. Miro alternativamente a Ethan y a Alice, lo má seguro esque quisieran estar solos...les comprendía. Me levanto y sacudo mis ropas de las hioerbas que se habíanquedado pegadas- Bueno, creo que me voy a ir... -me acerco a Ethan y le doy un beso en la mejilla- Arregla lo que tengas que arreglar... -susurro con dulzura en su oido- Y me debes una -sonrío y vuelvo a separarme. - Siento no poder presentarme... -le digo a la chica que entra- pero tengo que....emm... e... irme -digo al fín. Espero que consigan quedarse a solas...- Adios -me despido de los demás con una simple sonrisa y salgo de allí dando vueltas a mi collar de margaritas.

"Por supuesto Agatha, aunque puede que a cambio te pida algún vestido prestado... el rojo era bonito..." bromeé. Ví que Jade se iba, "Adios Jade". Escuché el pensamiento de Agatha y tuve que reprimir una risa.

- De lo estupendo que soy - contesté divertido. Escuché el pensamiento de Alice, que se la hubiera pasado el enfado era una gran alivio, le devolví la sonrisa. Al final iba a acostumbrarme a esto de los pensamientos. - Cuando la vea un médico y te de la razón, entonces dejaré de quejarme - dije sin perder la sonrisa. - hala, todo culpa mía - me quejé - ¿Amargado yo? - pregunté incrédulo - si soy el alma de la fiesta - dije divertido. Miré a Jade - El mío es mucho mejor - dije orgulloso. Recibí el beso en la mejilla y escuché lo que me decía, le agradecí con una sonrisa, aunque me parecía imposible que nos quedaramos a solas. - Ya me enseñarás a Nat - dije con una sonrisa antes de que se fuera.

-Te lo prestaré cuando quieras- dije con una enorme sonrisa. -Adiós Jade- Me despedí mientras le daba su chaqueta y me queda al borde de quedarme sin nada. Ante este pensamiento me sonroje.

-Si, todo es culpa de Ethan por ser amargado- Contesté a Sera mientras la miraba.

"¿Cuánto tiempo ha de pasar para que te des cuenta de que todo lo hago bien?" contesté a Ethan

-Bueno, creo que sería mejor que me fuera, o mataré a Ethan de cosquillas- Comenté a todos.

-"El se quiere quedar solo contigo, si quieres de verdad me voy"- Pensé para Alice

- Sí, podrías dejárselo - dije con picardía recordando como era el vestido. Vi que Agatha volvía a quedarse con su vestido roto - ¿Quieres mi cazadora? LA cogí por si hacía frío, pero no hace... - ofrecí. Miré a Seraphine - No la creas, tú ya sabes que yo no soy un amargado - la dije divertido. Escuché a Alice - No sé qué me pasa por la cabeza para pensar lo contrario - dije con ironía.

- Ya, lo he escuchado. Me siento un poco mal de hacer que te vayas... Aunque por otro lado, podrías ir a cambiarte, ¡que estás siempre provocando! - bromeé. - Ya en serio, si quieres quédate, podemos hablar más tarde... -. Escuché el comentario de Ethan, - Mi ropa interior es mejor que su vestido... - transmití a Ethan. Esto sí que era divertido

-Gracias Ethan, estoy pasada de exhibicionista- Contesté a Ethan con algo de pena.

-Oh Seraphine, sí es un amargado, lo que pasa es que aún no lo acepta- Dije mientras miraba a el cielo.

-¿Más que el? Imposible- Contesté a Sera sorprendida.

Escuché el pensamiento de Alice " tu cuerpo desnudo es mucho mejor que su vestido" pensé, aunque luego me avergoncé, Agatha tambien escucharía eso. LE di la chaqueta a Agatha - Sí, sé que te encanta enseñar - dije riendo. Miré a Seraphine - Por fin alguien que me defiende - dije con una amplia sonrisa - Menos mal que has venido...

Intenté aguantar la risa esperando la reacción de Agatha al escuchar el pensamiento de Ethan... "¿Y quié es tu candidato de amargado Seraphine?"

- Me da igual cuales fueran tus motivos, me has defendido, que es lo importante - dije, aunque un poco desilusionado - Al parecer nadie me quiere hoy - hablé al viento poniendo cara de tristeza.

"Un cuerpo desnudo es mejor que un vestido"- Transferí este pensamientos a ambos riendo un poco apenada, pero era la verdad.

-¿A mi, encantarme enseñar?, No es así, solo que estos vestidos..umm.. se rompen fácilmente-Concluí.
-Yo no te quiero porque gracias a tí ya no tengo vestido- Respondí a Ethan haciendo pucheros.

Me senté al lado de Ethan y le dí un beso en la mejilla. "Yo te quiero, aunque no te lo merezcas" bromeé de manera altiva. Escuché el pensamiento de Agatha y ahogué unas risitas. Aunque estaba algo avergonzada. Escuché lo que dijo Seraphine y me quedé mirándola extrañada. - ¿De qué habla Seraphine, Agatha? -

-Oh definitivamente de acuerdo contigo- dije riendo.

-Sera, volví a escuchar tu canción de cara de pizza- Añadí mientras sonreía y recordaba esa canción.

"-No lo se, está loca, por eso la amo, es una exelente amiga, claro que contigo tengo más vinculos.-"Comenté a Alice en mi mente

¿Canción cara de pizza? Definitivamente había perdido el hilo de la conversación... - Ya veo, y sí, lo de la mente hace que estemos bastante compenetradas... -

Escuché el comentario de Agatha en mi mente, eché a reir, intenté disinmularlo con una tos, una muy larga. - Ya, ya se rompen muy fácil, si no te empeñaras en hacerme cosquillas no te pasaría eso. Es el carma - dije riendo, no creía en el carma, pero me venía como anillo al dedo. Escuché a Seraphine - ¿Una banana en mi oreja? Lo tendré en cuenta - reí de nuevo. Mañana iba a tener agujetas. Vi a Alice sentarse a mi lado, la sonreí, cogí su mano cuando se sentó a mi lado y empecé a hacer círculos en su palma - Claro que me lo merezco - dije poniendo cara de bueno.